Autor Tema: Documentación para el Belén  (Leído 292872 veces)

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #270 en: 29 de Noviembre de 2017, 12:03:04 »
2.12.3.1.– La Educación familiar

La historia educativa de los hebreos varió al compás de sus mudanzas políticas y sociales. En un principio, se restringía a la vida patriarcal del pueblo. La educación tenía su centro de gravedad en la familia, donde el padre era el maestro principal, ya que no había escuelas de ningún género.


El libro del Pentateuco rige minuciosamente la vida de la niñez. Prescribe las normas morales, las ideas religiosas, las festividades, la historia, etc..., que el niño debe aprender desde la más tierna edad. Sobre esta base religiosa e histórica se le enseña la lectura y escritura. Por otro lado el mandato de escribir en los umbrales de las puertas, fragmentos de la ley (mezuza), encierran virtualmente la obligación de enseñar a leer y escribir.

Pero no solo se limitaba la educación familiar en la enseñanza a leer y escribir sino que también se preocupaban de otros contenidos. Llegados a este punto nos podemos preguntar  ¿cuáles eran los contenidos de la educación?. Pues bien, podemos decir que los contenidos eran diferentes según fueran del sexo masculino o femenino, y que además fueron variaron según las diversas etapas históricas, pero teniendo en cuenta esta salvedad, podemos decir  que a los jóvenes y niños se les enseñaba los siguientes contenidos, que vamos a enumerar de forma resumida:
-La Ley de Dios: sus mandamientos y preceptos, referidos a la totalidad de la vida, según se leen en la Thora (los cinco primeros libros de la Biblia, conocidos como Pentateu¬co) y en los libros sapienciales, principalmente
-La oración, en la que los Salmos ocupan un lugar principal.
-La Historia Sagrada que abarca la religión, fundida con la historia de Israel; la geografía; la historia de los pueblos circundantes y su cultura; las leyes del culto, leyes morales y civiles.
-La música, bajo sus diversas manifestaciones: canto, instrumentos, danza, todo ello de gran importancia en la vida de Israel
-La escritura, cuya enseñanza no era obligatoria, pero no era inusual. Por otra parte, y a diferencia de lo que ocurría en la Mesopotamia y en Egipto, su dominio no confería dignidad, era tan sólo un servicio.
-El oficio, habitualmente propio de cada familia, y trasmitido de padres a hijos.


En cuanto a la educación de la mujer no era desatendida en Israel, contrariamente a lo que sucedía en otras culturas, es más, podemos observar como en más de un pasaje de la historia sagrada el protagonismo pertenece a la mujer, lo cual pone de relieve su preparación, y la posibilidad que tenía de incidir en los acontecimientos con sus palabras y con sus actos.


Y a la mujer se le enseñaba:
-Las Sagradas Escrituras, como miembro que era del pueblo de Dios, compañera de su esposo, educadora de sus hijos y piedra fundamental de su casa.
- Hilar, tejer, habilidades indispensables para familias de no gran fortuna, que en todo momento debían satisfacer la mayor parte de sus necesidades con sus artesanías.
-Cocinar
-Cuidar los rebaños, tarea en la que trabajaba ayudando a los varones de la familia.
-La administración de los bienes: la economía doméstica quedaba en manos de la mujer, quien debía manejar valores (oro y plata), campos y ganado, siervos y siervas, las compras y hasta el comercio, cuando convenía.
-El buen gobierno de la familia, con la formación en las virtudes que lo hacían posible: honestidad, prudencia, fortaleza, mesura, bondad y compasión, solicitud por los demás, laboriosidad y previsión, y una profunda religiosidad (sentido de la presencia de Dios, y espíritu de oración).
-Y por ultimo citar que dependiendo del nivel social también se les enseñaba la música y la danza.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #271 en: 29 de Noviembre de 2017, 12:21:59 »
2.12.3.2.– Las Escuelas Infantiles

En el siglo I el aprendizaje escolar había cambiado, ya no estaba reservada sólo a los chicos que se preparaban para las altas funciones de la justicia la política o el culto religioso, sino que se extendió a otras clases sociales. Mucha culpa de ello se debió a la mayor facilidad que había con respecto a siglos anteriores, para leer, escribir y poseer textos escritos en papiros o pergaminos que hacía más asequible que le llegara la cultura. Por otro lado, gracias a la invasión de los griegos y siglos de influencia helenística en Palestina, permitió que se difundieran y se asimilara mucho de su cultura (los escritos de sus sabios, filósofos, gramáticos y etc...). Esta influencia cultural fue también aprovechada, para  enseñar y ahondar en el conocimiento de la Torah. Sin embargo aun estaba lejos de conseguir que todos los niños fuesen a la escuela.


En el siglo I de nuestra era, había una orden en que los niños judíos debían acudir a la escuela, pues ésta era una responsabilidad grave que se encargaba sus padres. Bueno, al menos esa era la obligación, aunque en la práctica parece que no se tomaba muy en serio, al menos en la mayoría de los casos, ya fuese por imposibilidad de cumplirla si se habitaba en poblaciones pequeñas o en aldeas, o por dejadez, ya que eran tiempos difíciles, con gran carga de impuestos, por lo que muchas veces se optaba por tener más mano de obra con los propios hijos. Dicha orden existía cerca de un siglo antes de que naciera Jesús. Sabemos que el jefe del Sanedrín (Simeón ben Shetah), durante el reinado de Alejandro Janneo (103-76 a.C.), ya había ordenado que todos los niños fueran a la escuela. Y durante la vida de Jesús es de suponer que debió de seguir, ya que en el Talmud de Babilonia se recoge la noticia acerca de que ese deber seguía vigente en el año 64 d.C. También se ha logrado saber que a mediados del siglo I d.C. era obligatorio para los padres de todo el país en enviar a sus hijos a la escuela a partir entre los 5 y los 7 años.

Estas escuelas estaban ligadas a la sinagoga del lugar, y allí el maestro (que era el sofer o escriba, pero más comúnmente el hazzán, su asistente), quien además de enseñar a los niños a leer los libros de la Biblia y adquirían los conocimientos básicos para la práctica del judaísmo, también tenía a su cargo aplicar la dura disciplina. 


Los ciclos en la enseñanza escolar
La educación escolar primaria se estructuraba en dos ciclos: en la bet séfe (casa del libro) se aprendía los números, el alfabeto y la lectura de la Biblia, y después en la bet talmud (casa de la instrucción), se estudiaba la Torah oral. No conocemos con certeza las edades adecuadas para cada ciclo escolar en la época de Jesús, pero creemos que no debían ser muy diferentes a la que aparecen a finales del siglo II  en la Misná, donde  se recoge lo establecido por Yehudah ben Temá (finales del siglo II): El niño de cinco años debe de comenzar los estudios de la Biblia, con diez los de la Misná; con trece ha de comenzar a observar los preceptos y con quince ha de comenzar a estudiar el Talmud. Llegado ese momento, los jóvenes que querían continuar sus estudios buscaban a un rabino prestigioso que estuviese dispuesto a aceptarlos en su bet misdrash, incorporándolos al grupo de sus discípulos. En esta fase de la enseñanza superior se estudiaba preferentemente la Torah oral, conforme a sus disciplinas fundamentales: midrash, hagadá y halaká
 
Método de enseñanza
Los métodos de enseñanza deberían de ser análogos a los empleados en otros países del Próximo Oriente y Egipto basados en la repetición.


Para comprenderlo mejor debemos de viajar, al menos mentalmente, en cómo podían estudiar aquellos alumnos con los pobres materiales que tenían. No poseían la cantidad de libros necesarios que les hacían falta, y como sistema de escritura tenían unas tablillas, donde no había espacio suficiente como para tomar apuntes. Luego el único procedimiento al que podían optar, estaba basado en la repetición oral de frases para grabarlas en la memoria y en la de revisión o repaso de lo aprendido de una forma sistemática .


El maestro animaba al discípulo a que escuchara y retuviese su instrucción, y también le insistía en que conservara en la memoria la bondad y justicia que le habían enseñado.“.......Escríbelas sobre la tabla de tu corazón” (libr. Prov. 3,3). Así mismo, se consideraba que las reprimendas y castigos corporales eran útiles para que pusieran mayor interés, como nos da a entender en el libro de los Proverbios:  “Aplica tu corazón a la instrucción, y tu oído a las palabras sabias. No prives al muchacho de instrucción: aunque le pegue con vara no va a morir”   (libr. Prov 23,12-13) o esta otra “ Vara y corrección dan sabiduría, el muchacho consentido es la vergüenza de su madre” (libr. Prov.29,15)

Dado que la enseñanza estaba contenida en los textos, y que estos como ya hemos dicho eran insuficientes, resultaba por lo tanto vital el que pudieran ser fijados, retenidos y conservados en la memoria. Pero cabe preguntarse ¿cómo se conseguía esto, para que fuera más fácil la retención de lo aprendido?. Pues bien, para facilitarlo se empleaban varios recursos de tipo nemotécnico.

El Contenido
En cuanto al contenido de la enseñanza se cree que era todo lo referente a la religión-ley: la Thora o Pentateuco, los libros históricos, los sapienciales, los de los profetas, los salmos, etc.... También cabe suponerse que se estudiaba la lengua aramea, la hebrea y, en algunas ciudades importantes, también el griego. A diferencia de las escuelas de los escribas, pero en común con la educación griega y la helenística-romana, era más importante saber leer que saber escribir.


Todo contenido era oportuno para proveer instrucción (y formación) religiosa y moral.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #272 en: 29 de Noviembre de 2017, 12:49:56 »
2.12.3.3.– La Educación Superior

La enseñanza superior, estaba orientada a los varones que querían tener una cultura superior y poder llegar a ser escribas, rabinos o doctores de la ley


Lo normal es que si alguno quería estudiar la Ley se dirigiera a uno de los sabios para incorporarse al grupo de sus discípulos y a prender de él. Pero no todo el que podía estudiar lo hacía. Había padres, incluso ilustres, que ponían a trabajar a sus hijos en las faenas del campo sin preocuparse de que estudiasen con detalle la Ley.

Esta educación superior tenía lugar en la “Casa de Investigación o de Estudio”, en la que recibían su formación el escriba, el rabino y el doctor de la Ley.

En otros tiempos el escriba había sido el sabio (no por saber escribir, sino por su actitud ante la Sabiduría): consejero de reyes, funcionario de gobierno, juez, cronista del reino, mensajero real o embajador, secretario privado y maestro. Ahora, el escriba había quedado relegado a la función de maestro elemental, y el concepto de sabio se había desplazado hacia rabinos y doctores.

El escriba debía ser persona de situación económica desahogada, no sólo por el tiempo que necesitaba su formación (la lectura y la meditación de los textos sagrados, juntamente, el aprendizaje de: lenguas, cálculo, astronomía, algo de ciencias, la historia de muchos pueblos y su geografía, como así también su sistema de gobierno y legislación, el derecho, las costumbres..etc..., y todo ello para una tal valoración que fuera posible esperar luego un consejo prudente, o una decisión acertada), sino también porque su espíritu no debía quedar atrapado en el mundo de lo material, en el negocio y los intereses; sino que debía aplicarse por entero a la Palabra de Dios, a entenderla y ponerla en práctica.

 Los rabinos eran, fundamentalmente, maestros: maestros de doctrina (por la predicación) y maestros de vida (a través del consejo y la guía espiritual). Ya que el contenido fundamental de esta enseñanza avanzada eran las halakot: normas muy concretas de actuación para cualquier situación de la vida real, que se formulaban a partir de las prescripciones de la Torah oral o escrita.

En las poblaciones más o menos grandes, existía al menos uno de estos rabinos. En Jerusalén, se sabe que había barios. Pero en las pequeñas poblaciones y aldeas, no existían, para paliar este déficit mucho de los rabinos llevaban una vida itinerante, recorriendo pueblos y ciudades, donde podían recoger discípulos que se unían al grupo para aprender su doctrina. (Ahora creo que estamos en mejor disposición para comprender el de ambular de Jesús por toda Galilea y Judea)

Si el rabino tenía cierta fama reconocida, podía ser constituido juez de asuntos menores y cuestiones domésticas por los propios habitantes de un lugar.

Finalmente tenemos al doctor de la Ley, personaje de gran autoridad y prestigio, vinculado a la Sinagoga y al Sanedrín: teólogo, maestro, legislador y juez.

En Jerusalén en tiempos de Jesús hubo uno de ellos y muy afamado fue Gamaliel, fariseo y miembro del Sanedrín, con el que estudio Pablo de Tarso (San Pablo) (Hch. 22,3).
La sabiduría de los doctores, y su enseñanza, se encuentran recopiladas en el Talmud (siglos II a XIII d.C.), que recoge la tradición erudita de Israel desde al menos el siglo I a.C.


Se llegaba a ser doctor de la Ley tras largos años de aprendizaje junto a un doctor, escuchando respetuosamente sus lecciones (lectura de los textos sagrados, explicación de los mismos, interpretación, tesis, etc...), memorizando la doctrina, asistiendo a las discusiones entre los maestros. Los discípulos interrogaban y eran interrogados, en forma privada o pública. Debían procurar vivir de acuerdo a la Ley, hasta en sus prescripciones más pormenorizadas. Cuando el maestro ya consideraba que su discípulo se hallaba suficientemente preparado para enseñar y comentar, lo dejaba ir para que abriera su propia escuela: Israel contaba con un nuevo doctor de la Ley, un nuevo sabio por su doctrina y por su vida, para edificación del pueblo a través de la instrucción y el ejemplo.
Ahora vamos a relatar donde se realizaba la formación, así como la relación que había entre discípulos y maestro, y como era el método de enseñanza.
 
La Formación
Como ya hemos dicho la  educación superior tenía lugar en la “Casa de Investigación o de Estudio”, pero no siempre esta formación que se daba a los discípulos por parte del maestro, se circunscribía al local de la escuela, sino que con frecuencia al tener un carácter itinerante se realizaban en otras casas (La Misná apela a la gente para que ofrezca sus casas a este tipo de reuniones) e incluso tenían lugar al aire libre: en medio del campo, o junto a los caminos, bajo un árbol, cualquier sitio era bueno para aprender. E incluso, cuando entraban en un pueblo, la plaza del mercado podía ser el escenario de las lecciones, sin importar el ruido y el bullicio de los comerciantes y de la gente alrededor del maestro y sus discípulos, o que los viandantes se acercaran a escuchar lo que estos discutían. El pueblo en general los escuchaba y algunas veces los curiosos también intervenían en la lección. Hay que recordar que muchas de las lecciones de moral eran dadas como consecuencia de ejemplos de la vida practica. En las ocasiones en concurrían varios rabinos, estos se solían sentar para discutir sus puntos de vista ante sus discípulos y ante quienes tuvieran interés en asistir.

 

El trato del discípulo con el maestro
Uno de los elementos decisivos en la formación era lo que el discípulo aprendía al fijarse  en el comportamiento de su maestro en las más variadas circunstancias. Por eso lo solía seguir a todas partes. Sin embargo aunque la convivencia era muy estrecha, la dignidad de la que se rodeaba el maestro hacía que no fuera habitual un trato en un plano de igualdad. El maestro estaba en es “status” superior y era excepcional que comiera con sus discípulos. 
 
Tampoco era intenso el trato hacia ellos, de aquí que no tuviera un profundo conocimiento de las circunstancias personales del discípulo. Generalmente conocía sus nombres y su procedencia y poco más.
 
Los alumnos, tenían la obligación de además de estudiar, prestar servicios personales al maestro como el cargar con los objetos de su posesión, incluidas las sandalias, y aunque normalmente debían de caminar detrás de él, alguno de ellos guiaban el asno sobre el que cabalgaba, así como despejar el camino en caso de aglomeración. En una palabra el discípulo tenía que prestar al maestro los mismos servicios  que un esclavo a su amo, con la única excepción de que no estaba obligado a desatarle las sandalias, ni a lavarle los pies. De todo lo dicho se deduce que el alumno debía dar un trato de honor superior al que daba a su padre

 

Método de enseñanza
El sistema de enseñanza estaba basado en la conversación oral. El rabí dirigía la lección, y los discípulos le iban haciendo preguntas. En las lecciones se procuraba fomentar la participación.
 
El método normal era la discusión. Cada uno exponía sus opiniones de otros sabios famosos, y las ponderaban guiados por la sabiduría del maestro que, finalmente, decía cual era la solución que consideraba más aceptable.
 
La oración ocupaba en la práctica un puesto secundario en la formación de los jóvenes; saber rezar el shemá, la plegaria y la bendición de la mesa: Prácticamente a eso se reducía la oración acostumbrada incluso entre los más observantes. Y estamos hablando en una época en que la religiosidad era, eminentemente formalista. Donde la plegaria pública, echa en común, era considerada de gran valor, muy superior a la realizada en privado. Y se daba más importancia en la práctica a los preceptos relativos a las cuestiones de pureza ritual.
 
Y ya para cerrar este acercamiento a la educación hebrea del siglo I d.C. nos parece oportuno hacer referencia a una institución que, aunque en sí era independiente del proceso educativo seguido por los grandes maestros, tenía un notable impacto en el pueblo, antes de la destrucción del Templo de Jerusalén. Nos referimos a las asociaciones fariseas o Jaburot, en las que se reunían los que querían vivir con toda su radicalidad la Ley (conforme a la ortodoxia farisea), especialmente en lo relativo a la pureza ritual.
 
El unirse a uno de estos grupos traía consigo una serie de compromisos serios ya que con frecuencia los miembros tenían sus propiedades en común, o al menos disponían de un fondo común para la comida. En algunos casos esto era permanente, y en otros era solamente ocasional, durante los viajes. Cosa bastante común en aquella época (el grupo de Jesús y sus discípulos parece ser que también lo utilizaban). Por otro lado para incorporarse al grupo era necesario que cortaran sus lazos familiares. Debían dejar a las mujeres, hijos o padres. Como es de suponer, todo esto suponía un cambio notable en la vida de los nuevos miembros, teniendo que reorganizar sus relaciones personales, así como adaptarse a las nuevas formas de comportamiento que reglaban específicamente la vida del grupo.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #273 en: 30 de Noviembre de 2017, 09:46:33 »
2.12.4.– El Matrimonio

Las costumbres antiguas de las bodas judías son bastante difíciles de determinar, según los expertos. No disponemos más que de referencias dispersas y fragmentarias que nos impiden configurar una visión completa. Además, las costumbres variaban de un distrito judío a otro. Teniendo presente estas limitaciones voy a intentar profundizar un poco más, aunque sea de forma resumida el típico proceso de una boda de aquel tiempo.

El joven pretendiente solía acudir a casa del padre de la novia portando una gran suma de dinero, un contrato de esponsales, llamado shitre erusin (redactado por las autoridades y costeado por el futuro novio), y un pellejo de vino.


En cuanto entraba en una casa un joven portando estas cosas ya se sabía a qué venía. Entonces el pretendiente discutía con el padre de la chica y con los hermanos mayores el precio acordado para poder desposar a su hija. El coste solía ser de al menos doscientos denarios para un doncella y cien denarios para una viuda, mientras que el consejo sacerdotal de Jerusalén fijó cuatrocientos denarios para casar con la hija de un sacerdote. Por supuesto, estas cifras indican sólo el mínimo legal, y podían ser aumentadas a voluntad. Si finalmente el padre accedía, bebía con el pretendiente un trago de vino, y se invitaba a la hija a pasar. Si la hija accedía (rara vez se opondría a un acuerdo previo del padre), entonces había acuerdo, y la hija y el pretendiente sellaban su acuerdo de esponsales bebiendo de misma copa de vino, mientras se pronunciaba una bendición.

Desde ese momento y hasta doce meses después tenían lugar los esponsales. El momento del inicio de los esponsales se marcaba con un regalo de boda (o mohar, Gen 34 12, Ex 22 17, 1 Sam 18 25). Desde el momento de los esponsales, la novia era tratada como si realmente estuviera casada. La unión no podía disolverse excepto por un divorcio legal; el incumplimiento de la fidelidad era tratado como adulterio; y la propiedad de la mujer pasaba virtualmente a ser del esposo, a menos que expresamente renunciara a ello (Kidd. IX 1). Pero incluso en este caso él era el heredero natural.

Después del contrato de esponsales los novios continuaban separados cada uno en la casa de sus padres. Durante este período la novia se preparaba para su futuro papel de esposa y el novio se encargaba de conseguir el futuro alojamiento para su mujer, que podía ser incluso una habitación dentro de la casa de los padres.

El matrimonio seguía después [de los esponsales] tras un período más o menos largo, los límites de los cuales estaban fijados por la ley. La ceremonia en sí consistía en conducir a la novia a la casa del novio, con ciertas formalidades, la mayor parte datadas de tiempos antiguos. El matrimonio con una doncella se celebraba comúnmente por la tarde de un miércoles, lo cual dejaba los primeros días de la semana para los preparativos, y permitía al marido, si tenía alguna acusación en contra de la supuesta castidad de su prometida, realizarla de inmediato ante el sanedrín local, que se reunía cada jueves. Por otra parte, el matrimonio con una viuda se celebraba en jueves por la tarde, lo que dejaba tres días de la semana “para gozarse con ella”.


A última hora de la tarde los invitados se entretenían en la casa de la novia. Después de horas de esperar al novio, cuya llegada era repetidamente anunciada por mensajeros, llegaba finalmente, media hora antes de la media noche, para encontrarse con la novia; iba acompañado de sus amigos; iluminado por las llamas de las candelas, era recibido por los invitados que habían venido a encontrarse con él. La comitivia de la boda se desplazaba entonces, de nuevo en medio de muchas luminarias, en una procesión festiva hasta la casa del padre del novio, donde tenía lugar la ceremonia del matrimonio y el agasajo.

En Judea había en toda boda dos amigos del novio. Antes del matrimonio, actúan como intermediarios entre la pareja; en la boda ellos ofrecen regalos, asisten a los novios y les atienden en la habitación nupcial, siendo también los garantes de la virginidad de la novia.

Con una bendición, precedida por una breve fórmula, con la que la novia era entregada a su marido (Tobías VII 13), las festividades de la boda comenzaban. Después la pareja era conducida a la habitación nupcial (cheder) y al lecho nupcial (chuppah). La novia iba ya con su cabello descubierto.


La costumbre del velo nupcial, sea para la novia sólo o extendido sobre la pareja, data de tiempos antiguos. Fue suprimida por un tiempo por los rabbís después de la destrucción de Jerusalén. Todavía más antiguo era portar coronas (Cant 3 11, Is 61 10, Ez 16 12), que también estuvo prohibido después de la última guerra judía. Palmas y ramas de mirto eran llevadas delante de la pareja, grano o monedas eran arrojadas sobre ellos, y la música precedía la procesión, a la cual era obligación religiosa sumarse si alguien se encontraba con ella. La parábola de las diez vírgenes, que con sus lámparas, estaban a la espera de la llegada del novio (Mt 25 1), está basada en una costumbre judía. Pues, de acuerdo con las autoridades rabínicas, tales lámparas sostenidas por bastones eran de uso frecuente, siendo diez el número siempre mencionado en conexión con las solemnidades públicas. Las festividades del matrimonio duraban una semana, pero los días nupciales se extendían por todo un mes.

Previamente a la boda, la novia debía purificarse debidamente en un miqwaoth o baño ritual. Por su parte, el novio debía preparar la habitación nupcial o chuppah.

La ceremonia, llamada kiddushin, implicaba realizar un segundo contrato o kethubah. En este contrato se disponía de los llamados “amigos del novio”, dos testigos especiales que se encargan de atender a las necesidades de la pareja. Después de firmar estos testigos se llevaba el contrato a los padres de la novia. El contrato contenía las promesas que el novio se comprometía a realizar con su futura mujer.


Después de la ceremonia, los novios se retiraban a su habitación nupcial, que previamente habría preparado el novio, o cheder, donde se dispondría de un lecho conyugal o chuppah. Aquí el novio entregaba unos regalos a la novia.

Durante una semana (aunque seguramente en ciertos distritos esta costumbre se acortara a unas pocas horas para no alargar en exceso la espera de los invitados) los novios permanecían todo el tiempo en la cámara nupcial, vigilada por los “dos amigos del novio”. Cuando el novio finalmente da una voz, entran los amigos y salen con la buena noticia de la consumación del matrimonio. En ese momento salen los novios del cheder, momento en que se ve por primera vez a la novia con el velo (badecken) descubierto.

Este hecho es recibido con gran regocijo por parte de los invitados, lo cual iniciaba la fiesta de la boda, donde se servía comida, se bailaba y se cantaba al son de la música (Sal 45 1-17). Las comidas exigían el uso de una gran cantidad de agua para realizar las frecuentes abluciones y lavatorios rituales. La fiesta duraba toda una semana, al término de la cual todos los invitados regresaban a sus casas.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #274 en: 30 de Noviembre de 2017, 10:25:35 »
2.12.5.– Las Enfermedades

El estado sanitario del pueblo judío era, en tiempos de Jesús, lamentable. Todas las enfermedades orientales parecían cebarse en su país. Y provenían de tres fuentes principales: la pésima alimentación, el clima y la falta de higiene. En tiempo de Jesús ciertamente había muchos enfermos. Los Evangelios dan testimonio de ello. Y la historia de la época también. Los duros impuestos a Roma y a la misma Judea habían dejado al pueblo en la miseria. Muchos campesinos habían perdido sus campos. Y en la más extrema escasez no es de extrañar la proliferación de enfermedades...


Era el clima el causante de la mayor parte de las dolencias. En el clima de Palestina se dan con frecuencia bruscos cambios de calor y frío. El tiempo fresco del año, con temperaturas relativamente bajas, pasa, sin transición ninguna, en los "días Hamsin" (días del viento sur del desierto), a temperaturas de 40 grados a la sombra. Y, aun en esos mismos días, la noche puede registrar bruscos cambios de temperatura que, en casas húmedas y mal construidas como las de la época, tenían que producir fáciles enfriamientos, y por lo mismo, continuas fiebres. Y con el clima, la falta de higiene.


¿Cuál era la postura de los judíos frente a la enfermedad? Se miraba a los enfermos como castigados de Dios. Se pensaba que las enfermedades crónicas y, sobre todo, las deficiencias físicas, eran fruto de un castigo de Dios a causa de los pecados del enfermo o de sus antepasados. La ceguera, el defecto de una mano o un pie y especialmente todas las enfermedades de la piel eran consideradas enfermedades impuras, consecuencia de una maldición de Dios. Por ello el judío piadoso no debía compadecerse de esta clase de enfermos; debían ayudarles, pero con desprecio, ya que así pensaban seguir la misma actitud de Dios hacia ellos. A esos malditos de Dios, había que maldecidlos... El que los tocaba quedaba impuro, inhábil para dirigirse a Dios en la oración. Por eso se les prohibía entrar en las ciudades. Solo podían pedir limosna en las puertas de la ciudad o en los caminos.


De todas las enfermedades la más frecuente y dramática era la lepra que se presentaba en sus dos formas: hinchazones en las articulaciones y llagas que se descomponen y supuran. La lepra era una terrible enfermedad, que no sólo afectaba al plano físico y corporal, sino sobre todo al plano psicológico y afectivo. En el caso de los leprosos, o sea, todos los que tenían alguna enfermedad de la piel, no podían ni acercarse a los caminos, ya que se pensaba que si alguien los miraba contraía impureza legal; por eso se les obligaba a colgarse una campanita para que el que la escuchase desviara la vista y no quedase así impuro al verlo. Basta leer el capítulo trece del Levítico para que nos demos cuenta de todo lo que se reglamentaba para el leproso. ¡La lepra iba comiendo sus carnes y la soledad del corazón! Todos se mantenían lejos de los leprosos. E incluso les arrojaban piedras para mantenerlos a distancia.


Como tenían la firme creencia que la enfermedad era un pecado que tomaba carne. Es decir, pensaban que era consecuencia de algún pecado cometido contra Dios. El Dios ofendido se vengaba en la carne del ofensor. Por eso, el curar las enfermedades era tarea casi exclusivamente de sacerdotes y magos, a los que se recurría para que, a base de ritos, exorcismos y fórmulas mágicas, oraciones, amuletos y misteriosas recetas, obligaran a los genios maléficos a abandonar el cuerpo de ese enfermo. Para los judíos era Yavé el curador por excelencia (cf. Ex 15, 26).

Más tarde, vino la fe en la medicina (cf. Eclesiástico 38, 1-8). No obstante, la medicina estaba poco difundida y no pasaba de elemental. Por eso, la salud se ponía más en las manos de Dios que en las manos de los médicos.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #275 en: 30 de Noviembre de 2017, 10:42:39 »
2.12.6.– Medicina Hebrea

La mayor parte del conocimiento que se tiene de la medicina hebrea durante el primer milenio antes de Cristo proviene del Antiguo Testamento de la Biblia. En él se citan varias leyes y rituales relacionados con la salud, tales como el aislamiento de personas infectadas (Levítico 13 45-46), lavarse tras manipular cuerpos difuntos (Números 19 11-19) y el entierro de los excrementos lejos de las viviendas (Deuteronomio 23 12-13). Los mandatos incluyen profilaxis y supresión de epidemias, supresión de enfermedades venéreas y prostitución, cuidado de la piel, baños, alimentación, vivienda y ropas, regulación del trabajo, sexualidad, disciplina, etc. Muchos de estos mandatos tienen una base racional, tales como el descanso del Sabbat, la circuncisión, leyes relativas a la alimentación (prohibición de la sangre y del cerdo), medidas relativas a la menstruación, parturientas y enfermos de gonorrea, aislamiento de leprosos, e higiene del hogar.


Los médicos no eran bien vistos en el Antiguo Testamento porque los hebreos pensaban que la gente debia confiar en Dios para tener salud y curarse. Consideraban que las enfermedades eran castigos por desobecer a Dios: " Yavé te herirá de agotamiento, fiebre, inflamación, ardor con las úlceras de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de lo que no podrás curar " ( Deuteronomio 28:22 ). Para tratar las enfermedades la gente recurria a remedios caseros, con hierbas, aceites y ungüentos tales como el famoso " bálsamo de Galaad " ( Jeremias 8:22 ). Isaias prescribió " una cataplasma de higos " ( Isaias 38:21 ) para el mal del rey Ezequias. Isaias también habló de " heridas, golpes, llagas vivas " que debian ser " curadas, vendadas o mitigadas con aceite " ( Isaias 1:6 ). Los israelis no eran atendidos por médicos profesionales, y desconfiaban de los de otras naciones. El rey Asa de Judá enfermó gravemente de gota, y fue condenado porque en su enfermedad " no confió en Yavé, sino en los médicos " ( 2ª de Crónicas 16:12 ). El Eclesiástico, libro de alrededor del siglo II a. de C., muestra más respeto por la medicina. Todas " las curaciones provienen del Altisimo " ( Eclesiástico 38:2 ), afirma el Eclesiástico. Dios ha dado sabiduria a los médicos, y " por medio de ellos cura y alivia el dolor " ( Eclesiástico 38:7 ). El enfermo prudente " rezará al Señor " ( Eclesiástico 38:9 ) y " ofrecerá en sacrificio una dulce sonrisa " ( Eclesiástico 38:11 ), pero también " le dará su lugar al médico " ( Eclesiástico 38:12 ). En el Nuevo Testamento, Marcos relata de una mujer que tenia " flujo de sangre desde hacia doce años " ( Marcos 5:25 ) y que habia " sufrido mucho con muchos médicos y, después de gastar toda su hacienda, no habia mejorado nada, sino que habia ido de mal en peor " ( Marcos 5:26 ). Casos como éste eran muy comunes, dados los limitados conocimientos, incluso entre los médicos más avanzados de la época. En los albores del cristianismo, los médicos estaban asociados con el dios griego Esculapio, bajo cuya égida se fundaron muchos templos. Su simbolo, el caduceo ( serpientes enlazadas alrededor de un báculo ), es todavia el emblema de la profesión médica. Esos templos, como los de Epidauro, Grecia, y Pérgamo, Asia Menor, eran una combinación de centros de salud, escuelas de medicina y santuarios. Algunos devotos creian que serian curados por soñar con Esculapio


La arqueología ha iluminado aún más las prácticas médicas en el mundo antiguo. Algunos esqueletos descubiertos durante las excavaciones demuestran evidencia de más asombrosos éxitos quirúrgicos. Quizás la evidencia más sorprendente de la cirugía antigua sofisticada se puede encontrar en los cráneos que muestran signos de trepanación, un procedimiento todavía se utiliza hoy en día que se realiza mediante la perforación de un agujero en el cráneo para aliviar la presión intracraneal.

Las excavaciones también han revelado evidencia de prácticas dentales sofisticados en la antigüedad. En una fosa común en Horvat en Ziq en el desierto de Negev del norte de Israel, un cráneo que data de aproximadamente el año 200 aC se encontró que contiene uno de los empastes dentales más antiguos que se conocen. Un alambre de bronce de 2,5 milímetros se había insertado en el canal del diente


La medicina Judía está escrita tanto en la Biblia – Antiguo Testamento – Génesis – Deuteronomio – Levítico – Número – Pentateuco como en el Talmuth, en el que las referencias médicas son abundantes y precisas tanto de medicina como de cirugía. Se describen estudios anatómicos post morten de esófago, laringe, tráquea, membranas del cerebro, páncreas, órganos sexuales, bazo, riñones, médula, en el Talmud se habla del número total de los huesos del hombre; la sangre considerada como principio vital, hay estudios del hígado, sobre la cirrosis, necrosis hepática, la descripción de tumores, de enfermedades tropicales sobre ictericia, trastornos biliares, Difteria y la descripción extraordinaria de la Lepra y los esfuerzos para evitarla, los Hebreos crearon la profilaxis, en la Tora – Moises – recomienda el aislamiento de enfermos contagiosos. Tanto en la Biblia como en el Talmuth se hace referencia a la Circuncisión, que era obligatoria para todos los niños. Los judios médicos sacerdotes hacen referencia a muchas alteraciones congénitas como la acromegalia, la sordera.


En el Levítico se reseñan los severos mandatos de higiene y limpieza, los sacerdotes médicos se ocupan de hacer cumplir los códigos sanitarios de higiene ritual, la abominación de las perversiones sexuales, la higiene sexual como norma arte y ciencia, la desinfección por el fuego y el escaldamiento. La medicina judía está impregnada de la idea que la enfermedad es un castigo divino por los pecados "si obedeces la palabra de Yahve no te impondré enfermedades como se las he impuesto a los egipcios, soy el Señor tu médico" Ex. 15-26.


La cirugía judía también progresó debido a la influencia de las culturas vecinas, principalmente de Alejandría, donde aprendieron anatomía, fisiología (siglo IV a.C.).  En levítico 12-3 se escribe: “Y al octavo día se circuncidara al niño”. El médico era llamado Rophe, y el cirujano era el Uman. Practicaron además cesáreas, amputaciones, trepanaciones, sangrías y castraciones.; así como también hay descripciones de heridas y su tratamiento, aplicación de aceites, vinos, suturas internas, tratamiento del ano imperforado y el uso y aplicación del Samme de Shinta para producir sueño y calmar el dolor.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #276 en: 30 de Noviembre de 2017, 11:04:36 »
2.12.7.– El Fallecimiento

El fallecimiento en la costumbre judía va acompañado de una serie de rituales que tienen por objeto honrar la memoria del difunto y llevar consuelo a sus deudos. El ser judío tiene un intenso amor por la vida, pero a la vez, siente un gran respeto por la muerte.

Los relatos bíblicos sobre los rituales funerarios revelan lo meticulosos que eran los judíos al preparar los cadáveres para su entierro. Parientes y amigos bañaban el cuerpo del difunto, lo impregnaban con especias aromáticas y buen aceite y lo envolvían en telas (Juan 19:39, 40; Hechos 9:36-41). Los vecinos y otras personas iban a expresar su dolor y a consolar a la familia (Marcos 5:38, 39).

En el funeral judío, las personas afectadas a los ritos del duelo son el padre, la madre, el hijo, la hija, la hermana y el cónyuge. Para la religión judía, cualquiera de estos deudos se llaman Onen y están eximidos de las obligaciones religiosas, como de recitar oraciones en la mañana y la noche o colocarse tefilim, a fin de que pueda hacer los arreglos referentes al funeral. Luego del entierro el enlutado se denomina “Avel”.

Según la costumbre judía, hasta este momento el cadáver debe estar tapado, ya que exhibirlo es considerado deshonroso, y no se lo debe dejar solo. El ritual judío exige que a la cabecera se coloque una luz o vela en recuerdo de que “el alma es la luz del Señor” (Proverbios 12:21). También se acostumbra a cubrir los espejos y objetos de adorno para que ningún símbolo de lujo o de la vanidad del hombre aparezca en esos momentos. No se acostumbra a colocar flores a los muertos ya que estas son símbolos de vida.


Para la costumbre judía, asistir a un funeral y acompañar los restos mortales hasta el cementerio es una de las mayores mitzvot del judaísmo.

Los judíos enterraban rápidamente a sus muertos, por lo general el mismo día del fallecimiento. Dos eran las razones para actuar con tanta prisa. La primera, porque los cadáveres se descomponen pronto en el clima cálido de Oriente Medio. Y la segunda, . porque dejar un cadáver sin sepultar durante varios días era —según el pensamiento de la época?— una deshonra para el difunto y su familia. La postergación solo es permitida si el objetivo es honrar al fallecido; aguardar la llegada de parientes cercanos que residan en otro lugar; por Shabat o Iom Tov.


Los Evangelios y el libro de Hechos relatan al menos cuatro entierros que tuvieron lugar el mismo día de la muerte (Mateo 27:57-60; Hechos 5:5-10; 7:60–8:2). Siglos antes, la amada esposa de Jacob, Raquel, falleció mientras estaba de viaje con su esposo y su familia. En lugar de volverse para enterrarla en la tumba familiar, Jacob le dio sepultura “en el camino a [...] Belén” (Génesis 35:19, 20, 27-29).

Cuando se llega al cementerio se realiza la Tahará (baño ritual), en el caso de que el cuerpo aún no haya sido lavado y purificado. Luego se colocan los Tajrijim (mortajas blancas). Las mortajas señalan la igualdad absoluta que existe entre todos los seres humanos en el momento de la muerte.


Luego de la Tahará se lleva a cabo una breve ceremonia donde se pronuncia Tziduk Hadin (la aceptación de la Justicia del decreto Divino). En esta ocasión es costumbre que el rabino pronuncie unas reflexiones sobre el tema de la muerte y sobre la persona fallecida.

Posteriormente, se realiza la Keriá (rasgadura de la ropa que se está usando), que es la manera religiosa de expresar la amargura por la pérdida de un ser querido. Keriá es una expresión externa de las emociones interiores de aquellos que están de luto y es obligatoria para el padre o madre, hijo/a, hermano/a y los cónyuges. Por la muerte del padre o madre, se acostumbra a hacerla en el lado izquierdo a fin de descubrir el corazón; mientras que por la muerte de los demás parientes se acostumbra a hacerla en el lado derecho.


Culminado este acto, se recita la oración El Male Rajamin, en recuerdo del alma del ser querido que se ha perdido y se dice el Kadish. Luego, el cuerpo es llevado para ser enterrado.

Al llegar los familiares y amigos al lugar escogido deben, inmediatamente, bajar el ataúd a la fosa. Las personas que echan tierra en la sepultura deben tener cuidado de no pasarse la pala de mano en mano, sino que deben dejarla en la tierra para que la otra persona la tome de allí. Esto simboliza la voluntad de no transmitir desgracias a otra persona. También se acostumbra a colocar una pequeña piedra o un puñado de tierra sobre la sepultura y despedirse del muerto antes de retirarse.


La obligación de enterrar a los muertos en la tierra tiene su origen en la Biblia “... pues polvo eres y al polvo volverás”. (Génesis2:19). Por este motivo, la ley judía prohíbe los entierros en mausoleos y las cremaciones. Muchas familias judías enterraban a sus muertos en cuevas y en tumbas excavadas en roca blanda, común en diversas partes de Israel. De ese modo seguían la tradición introducida por los patriarcas. Abrahán, Sara, Isaac y Jacob, entre otros, fueron sepultados en la cueva de Macpelá, cerca de Hebrón (Génesis 23:19; 25:8, 9; 49:29-31; 50:13).

A la salida del cementerio, en cualquier ocasión, se procede al lavado de manos ritual (Netilat Iadaim). De este modo se aleja simbólicamente la impureza creada por el contacto con la muerte.

Duelo
La ley judía estipula tres periodos sucesivos de luto, que disminuyen gradualmente su intensidad: Shivá (primeros seite días de luto); Shloshim (treinta días después de la muerte) y Avelut (doce meses hebreos desde una muerte).
La semana de Luto (Shivá)
La shivá comprende los siete primeros días inmediatamente después del entierro y sirve para ayudar a las personas enlutadas a enfrentar el fallecimiento acontecido. La forma más apropiada de observar la Shivá es que la familia esté reunida en la casa del fallecido.

Es una mitzvá organizar en la casa de los enlutados un Minián para recitar el Kadish tres veces por día: Shajarit, Minjá, Maariv. De no ser esto posible, el enlutado debe trasladarse a un templo para rezar y pronunciar el Kadish.

Durante este periodo está prohibido asistir a fiestas.

Shloshim
Luego de la Shivá los enlutados ingresan en la etapa del shloshim. En este periodo, los dolientes retornan a sus actividades normales, aunque siguen privándose de algunas cosas en señal de respeto y dolor. No se pueden cortar el cabello, ni asistir a celebraciones de ningún tipo.

Tradicionalmente, se visita el túmulo en el día 30. Después de ese día el luto deja de ser obligatorio, a no ser en caso de fallecimiento del padre o la madre.

Avelut
Es el tercer periodo de luto, observado exclusivamente por la muerte del padre o de la madre. Se inicia a partir del shloshim y se extiende por doce meses hebreos, hasta el primer aniversario del fallecimiento (y no del entierro). Concluidos los doce meses, está prohibido continuar con las prácticas o abstenciones que simbolicen una continuación del luto.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #277 en: 30 de Noviembre de 2017, 11:14:13 »
2.12.8.– Las Tumbas en tiempos de Jesús

Las costumbres de sepelio en Israel, sobre todo entre las personas más ricas de Jerusalén, alcanzaron un desarrollo especial en el último siglo antes de la destrucción del templo. El que estaba en condiciones, se hacía labrar una tumba familiar en la roca, de las cuales muchas están bien conservadas hasta el día de hoy. Esta usanza comenzó en la época del primer templo, de la que provienen algunas de las tumbas familiares magníficas. Los pobres se sepultaban directamente en la tierra, sin ataúd. Los más pudientes se construían tumbas cavadas en la roca blanda, donde se depositaban los cadáveres amortajados en nichos.


Los sepulcros (tumbas) eran labrados en la roca de una ladera o utilizaban cuevas (Génesis 23:19-20; Marcos 5:5). Debido a que los cadáveres eran considerados impuros, las tumbas judías y cementerios siempre estaban fuera de las paredes de la ciudad.


En el caso de las tumbas labradas en la roca, los muertos eran envueltos en lienzos y acostados sobre un banco especialmente tallado en la rosa para eso. Un cuerpo puesto de esta manera en una tumba en la peña, después de un año estaba desintegrado. Los restos mortales, entonces, eran colocados en un recipiente parecido a un pequeño ataúd de arcilla o de piedra, denominado osario, que no ocupaba mucho espacio.


Los osarios se depositaban en pequeños túneles dentro de la tumba, con lo cual los nichos quedaban libres para colocar allí otros cadáveres. Algunas tumbas llegaron a contener decenas de osarios. Así, la tumba podía ser utilizada una y otra vez por las siguientes generaciones. Por eso, las tumbas en las rocas necesitaban un acceso que pudiera ser abierto en todo momento, así como la gran piedra en la tumba de Jesús. Como las tumbas se abrían de tanto en tanto, junto al cuerpo y sujetados con el lienzo, se colocaban especias aromáticas para que, dentro de lo posible, no se sintiera el mal olor del difunto, pero también para conservar el cuerpo.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #278 en: 04 de Diciembre de 2017, 11:02:40 »
2.13.– LA RELIGIÓN

La sociedad israelita estaba íntimamente relacionada con su religión. El judaísmo era la principal religión de la zona. Era una religión heterogénea, con muchas sectas dentro de sí que diferían en diferentes aspectos teológicos. Los judíos creían ser el pueblo elegido por Dios, que ellos eran la base y que el mesías llegaría con espada en mano para liberar al pueblo de Israel. Había un único Dios que inspiró la ley de los cinco primeros libros de la Biblia y es creador de todo lo conocido. Todo se basa en la obediencia. Dios había pactado con ellos mediante la Alianza y debían cumplir su ley.


Las dos sectas principales eran los Fariseos y los Saduceos . Los primeros basaban su vida en la Thorá, la ley, y se separaban de todo aquel que no era como ellos. Se basaban en la pureza de la religión, el diezmo y la observancia a rajatabla de los mandamientos.

Los saduceos eran los principales adversarios de los fariseos. Ellos eran la espina dorsal de la fe judía conservadora. Diferían con los fariseos en el ritual del Templo, en interpretaciones de la Ley y en la vida diaria. Defendían el libre albedrío del hombre. No creían en la resurrección de los muertos.

Estos dos grupos estaban representados por la clase judía más elevada y poderosa. El gran Sanedrín (órgano encargado de velar por la religión y la ley judía) estaba compuesto por fariseos y saduceos y el Sumo Sacerdote era siempre de una de las dos sectas. También había escribas de una u otra secta. Así pues eran la clase dominante judía.

Además de estos dos grupos encontramos a los  Zelotes , Esenios , y otros grupos menores.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #279 en: 04 de Diciembre de 2017, 11:16:13 »
2.13.1.– ¿Cuáles eran las obligaciones religiosas de los judíos?

Celebrar las fiestas
Eran importantes porque en ellas el pueblo se reunía y reforzaban su fe común.
‒ La fiesta de la Pascua. Celebraban la liberación de la esclavitud de Egipto. Acudían unos 200.000 peregrinos a Jerusalén. La tarde del 14 de Nisán se inmolaban en el Templo los corderos que las familias comían después de ponerse el sol. La fiesta se prolongaba durante ocho días.
‒Pentecostés. Cincuenta días después de la Pascua, fue primero la fiesta de la cosecha, pero después pasó a ser la fiesta del don de las Tablas de la Ley en el Sinaí, fiesta de la renovación de la Alianza.
‒La fiesta de las Tiendas o de los Tabernáculos. Era más espectacular. Para recordar la estancia del pueblo en el desierto, cada familia se hacía una choza de ramaje en los alrededores de la ciudad.


El Templo
. El Templo de Jerusalén era el otro polo de la vida judía. En él se celebraba a diario el culto a Yavé, los sacerdotes desempañaban las tareas litúrgicas y ofrecían los sacrificios. El Templo significaba la presencia permanente del Señor en medio de su pueblo.
 

La Ley
Fue dada por Dios a Moisés; debía ser explicada y adaptada a las circunstancias cambiantes de la vida. Ello dio lugar a las Ley oral o tradiciones de los padres. El trabajo de interpretación de la Ley escrita fue realizado por los escribas, que ejercían funciones de teólogos y juristas.


El sábado
Es la práctica más sagrada. El descanso estricto, con ciertas actividades muy limitadas y minuciosamente reglamentadas, tenía que permitir al hombre descansar y alabar a Dios.
 
La sinagoga
La palabra “sinagoga” significa “reunión de los creyentes”. Esta palabra pasó luego a designar el edificio en donde se reúne la comunidad. Más aún que el Templo, lejano para muchos y a donde sólo iban en las fiestas, es el lugar donde se vive la fe del pueblo. EL culto comprende una lectura de la Ley, iluminada por un texto de los profetas y seguida por una homilía.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #280 en: 04 de Diciembre de 2017, 11:41:26 »
2.13.2.– Calendario Hebreo

El calendario hebreo es un calendario un tanto complejo ya que une el calendario solar, es decir, el que se basa en el ciclo de que la Tierra de una vuelta alrededor del Sol (año), junto con el calendario lunar, ciclo de la Luna al rodear a la Tierra (mes judío). Por lo tanto, se distingue del calendario nuestro (calendario gregoriano), en que este está basado exclusivamente en el ciclo solar-anual. Y también se distingue del musulmán (desde Mahoma),en que es puramente lunar.

El calendario hebreo se asemeja al chino. No se sabe si ha existido alguna influencia  del uno con el otro, pero es posible. Basta recordar que Abraham procedía de Ur (Mesopotamia Irak) y que los judíos posteriormente  estuvieron cerca de 50 años desterrados en Mesopotamia.

Este calendario comienza con la creación del mundo (Génesis), que según la tradición judía, aconteció, el domingo 7 de octubre del año 3761 a.d.C; fecha equivalente al 1 del mes de Tishrí del año 1. Por lo tanto para convertir un año del calendario gregoriano a su correspondiente hebreo, habrá que sumar o restar la cifra de 3761 (Ejemplo: 2007 + 3761 = 5768). Eso si, hay que tener presente que el mes de Tishrí es equivalente entre los meses de mitad de septiembre y octubre.
 
El día hebraico
El día, en el calendario hebreo, comienza con la salida de 3 estrellas, y termina  con la puesta del sol, por ello las festividades judías comienzan al ponerse el sol (ejemplo la cena de la pascua judía). Esta tradición de comenzar la fiesta en el principio de la noche nos ha llegado hasta nosotros,  en algunos casos, como el celebrar la Nochebuena con la cena 


El día estaba compuesto de horas sin duración fija, ya que llamaban día (de la raíz din: luz) al tiempo comprendido entre la salida y la puesta del Sol. Este espacio de tiempo lo dividían en 12 horae de mayor o menor duración según la estación del año. Los días en in­vierno, por ejemplo, son más cortos que en verano.

Llamaban hora prima a la hora de salida del Sol, y así sucesivamente, secunda. tertia. quarta, quinta, sexta, séptima, octava, nona, decima, undécima y hora duodécima a la de la puesta del Sol. A la hora sexta solían descansar o dormir un rato y de ahí viene nuestra siesta.

La hora séptima coincidía siempre con la mitad del día (meridies). por eso a las horas de la mañana se les llama ante meridiem: horas antes del mediodía; y a las de la tarde post meridiem: horas después del mediodía.

La noche la dividían sólo en cuatro partes llamadas vigiliae, nom­bre tomado del lenguaje militar, de las cuatro guardias o vigilias que hacían los soldados.

Así pues las horas no eran de sesenta minutos, sino de duración variable pero los romanos conocían el reloj de sol, horologium, tomado de los griegos en el siglo II d.C. y el reloj de agua o clepsydra para poder medir el tiempo también de noche o sin el sol.

La semana en el calendario hebraico
Los días de la semana hebrea se basan en los días de la Creación, según relata el libro del Génesis, en su primer capítulo,  Dios creo el mundo en seis días y el séptimo descanso. De aquí que los días se denominen como los denomina la Biblia en el Génesis: “primero, segundo, etc... hasta llegar al séptimo día que se le denomina el shabat, del hebreo ???, shabbat, descanso (Génesis 2: 1-3). Por lo tanto,  la semana hebrea comienza con el ??? ?????, "yom rishón", "el día primero” (nuestro domingo), y no el lunes como en el mundo cristiano, y termina con el sábado, el día consagrado al descanso.

Hay que señalar la gran importancia que tiene la santidad de la festividad del Sábado, que es considerada la más sagrada de las celebraciones judías, superada tan sólo por el Yom Kipur o Día del Perdón, precisamente denominado también "Sábado de Sábados". Esto hace como veremos más adelante que haya que ajustar el  calendario hebreo, para adaptarse a las necesidades derivadas del Sábado en primer lugar, y luego de otras fiestas y ritos judíos. De esta manera, se propone el calendario hebreo impedir que ciertas celebraciones, se superpongan o hasta se contradigan entre sí.

El mes hebraico
El mes en el calendario hebreo, como ya hemos dicho,  se basa en el ciclo que da la Luna alrededor de la Tierra, pasando por los cuatro diferentes fases de la Luna, a saber: Luna nueva, cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante. Este ciclo tiene una duración de 29 días y medio. Comienza con la luna nueva (Cuando Moisés saco a los judíos de Egipto)Al despuntar el Cuarto creciente, se alcanza a ver apenas a la Luna como una finísima guadaña, que desaparece en el horizonte minutos después del ocaso: es el comienzo del mes hebreo. Con el correr de los días, crece paulatinamente la parte iluminada de la Luna que se aprecia desde la Tierra, hasta llegar al plenilunio que marca exactamente la mitad de mes. A partir de ahí, vuelve la Luna a menguar con el discurrir de los días, hasta desaparecer por completo, culminando también del mismo modo el mes del calendario hebreo.

Debido a que la cantidad de días en un mes debía ser exacta, el calendario hebreo estipuló meses de 29 y de 30 días, intercaladamente.


Los nombres de los meses hebreos, tienen sus orígenes en la antigua Babilonia, de donde fueron tomados por los judíos cuando fueron allí desterrados por el rey Nabucondonosor II (del 586 a.d.C. al 536 a.d.C.). Pero anteriormente, los meses eran denominados tan sólo por su orden numérico, comenzando en la primavera (boreal) por el mes primero, Nisán y culminando con el duodécimo, Adar

Os pongo a continuación los nombres de los meses . Observad que debido a que la escritura hebrea los signos no se corresponde con la nuestra, se pueden escriben de diferente forma, ya que lo que se busca es el sonido de las palabras.

También quiero haceros ver que los meses se corresponden con los signos del Zodiaco, por lo que según algunos autores dichos meses se representan por dichos signos


Y por ultimo marcaros de nuevo la diferencia entre el mes nuestro, generalmente entre 30 y 31 días y el de los hebreos 29 a 30 días, por lo que se produce un desfase que lo arreglan añadiendo en el año bisiesto, un mes “bis” en el sexto mes suyo “Adar”, entre febrero y marzo, mientras que nosotros solo añadimos un día (29 de febrero)

1.   Tishrei o Tishrí (tiene siempre 30 días) Cae aproximadamente entre septiembre y octubre, y podrá comenzar sólo en lunes, martes, jueves o sábado de la semana. Es el primer mes del otoño boreal, cercano al equinoccio de otoño ( 21 de septiembre) en que el día y la noche tienen la misma duración. Es representado en el zodiaco por Libra, debido a que es un mes de balance personal. Acoge  a las más solemnes festividades del año judío (Rosh Hazaná, Yom Kipur , los días que hay entre ambas, llamados "los diez días de penitencia"  y Succot (fiesta de las tiendas o de los tabernáculos).
2.    Jeshván(de 29 ó 30 días), llamado también Marjeshván literalmente octava luna, por ser el octavo mes en la Biblia.  Está entre los meses de  octubre y noviembre. Es un mes de otoño boreal. Su signo es Escorpio, debido a que en este mes suele empezar a orar por la lluvia, después del largo,  extenso y seco verano vivido en la Tierra de Israel, y por lo cual es un mes ávido de agua, como el escorpión del desierto.
3.   Kislev(30 ó 29 días) - noviembre. Es el último mes del otoño boreal. Su signo es Sagitario: el arquero y su arco, son la alegoría del arco iris, arco frecuente  en este mes lluvioso. Acoge a la fiesta de la Januca  o"La fiesta de las luminarias"- del 25 de Kislev al 2 de Tevet
4.   Tevet (29 días) Entre  diciembre y enero. Es el primer mes del invierno (boreal. Su signo es Capricornio, ya que en este mes salen los cabritos a pastar, después de las pródigas lluvias del mes y de los meses anteriores.
5.   Shevat (30 días) - enero o febrero. Es un mes del invierno (boreal), Su signo es Acuario, por ser la  época de las lluvias y del aumento del agua en los ríos y en las fuentes.
6.   Adar  (29 días) entre febrero y marzo. Su signo es piscis, ya que en este mes se multiplican los peces de ríos y mares. Es de notar que los signos del Zodíaco llevan por lo general nombres en singular, mientras que el signo del mes de Adar viene en plural: "Piscis", en alusión a los dos meses de Adar, Adar "A" y Adar "Bis", que caen en un año embolismal Adar cuenta siempre con 29 días, y es el último mes del invierno (boreal), paralelo a los meses gregorianos de febrero y marzo, según el año. En un año bisiesto o embolismal, cambia su nombre de Adar a Adar "Bis" (Adar Bet), pasando de duodécimo mes a decimotercero, y se intercala entre éste mes y el anterior de Shevat, un nuevo mes de 30 días: Adar "A" (Adar Álef).Contiene la fiesta de Purim.
7.   Nisán (30 días)  Entre  marzo y abril. Deberá coincidir siempre con el principio de la primavera boreal, determinada por el equinoccio vernal ( 21 de marzo), en que el día y la noche tienen la misma duración. Con dicha finalidad, y para que la festividad de Pésaj (Pascua judía) se celebre en el mes de la primavera según el precepto bíblico, decidía el Sanedrín para estas fechas si decretar o no el embolismo del año, agregando al calendario un segundo mes de Adar y postergando así el comienzo de Nisán y la celebración de la Pascua judía en un mes.  Su signo es Aries, en recordación al sacrificio pascual de "un cordero o cabrito por cada familia"
8.   Iyar (29 días) Entre abril y mayo. Es un mes de primavera boreal. Su signo es Tauro, debido a que las praderas en esta época están verdes, ofreciendo abundante pasto al ganado.
9.   Siván (30 días)  Entre mayo y junio. Es un mes de primavera boreal. Su signo es Geminis, aludiendo a Moises y a su hermano Aharón, el primer sacerdote o cohen, por medio de quienes Dios dio la Torá al pueblo judío en el Monte Sínai, en el mes de Siván. Tiene como fiesta al Shavuot  "Pentecostés" o "Fiesta de las Semanas"
10.   Tamuz (29 días) Entre  junio y julio.  Es el mes que marca el comienzo del verano boreal. Su signo es Cáncer, por abundar los cangrejos en las aguas en esta época.
11.   Ab o Av (30 días) (llamado también Menajém Av). Entre julio y agosto. Cae en pleno verano boreal. Su signo es Leo, el rey de los animales; por haberse dicho de Israel que "he aquí que el pueblo se levanta como leona, se yergue como león", y se levantará airoso como un león de sus catástrofes.
12.    Elul (29 días). Entre agosto o septiembre. Es el último mes del verano boreal. Su signo es Virgo, por el llamado del profeta Jeremias al pueblo judío al arrepentimiento: "Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades", en donde "volver" toma el sentido de "arrepentirse", del hebreo teshuvá, "vuelta, arrepentimiento".


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #281 en: 04 de Diciembre de 2017, 11:58:40 »
2.13.3.– El Shabbat

Etimológicamente la palabra hebrea Shabbat viene del verbo shavat , que significa literalmente “cesar,”  luego Shabbat es el día del cese, de cesar en el trabajo. El Shabbat por lo tanto conmemora el séptimo día de la creación, en el cual Dios después de crear el Universo descanso.
 
Para el mundo occidental el sábado no es considerado un “día festivo”. Sin embargo en el judaísmo el Shabbat se trata de un día santo y  feliz; es más, la ley judía da a Shabbat el privilegio de ser el día santo más importante del calendario judío. No en vano es un día de fiesta ordenado por Dios, y Él fue el primero en observarlo con el descanso de la creación del Universo (Génesis 2:1-3), de aquí que la persona que viola dicho mandamiento comete una seria ofensa; la persona que trabajó en el sabbath debía " ser cortada entre de su gente " (Exod. 31:14). El castigo dado en las épocas más antiguas al nacimiento de Jesús por profanar el  Shabbat era la lapidación, el castigo más severo dentro de la ley judía
 
La observancia de Shabbat se menciona barias veces en la Torah (Biblia), entre las que podemos citar como lo más notablemente sea el posible el cuarto mandamiento de los diez que Dios dio a Moisés (no coincide en el numero con los de la Iglesia Católica), y que dice textualmente así:
“Acuérdate de santificar el día de sábado. Los seis días trabajaras, y aras todas tus labores: mas el día séptimo es sábado, o fiesta del señor Dios tuyo. Ningún trabajo harás en el, ni tú ni tu hijo, ni tu hija, ni tu criado, ni tu criada, ni tus bestias de carga, ni el extranjero que habita dentro de tus puertas, o poblaciones. Por cuanto el Señor en seis días hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y  todas las cosas que hay en ellos, y descanso en el séptimo día: por esto bendijo el Señor el día del sábado, y le santifico.”
(En el Éxodo 20: 8 y en el Deuteronomio 5: 12)
 

 En este mandamiento vemos como  "un shabbat del señor" es un día fijado separado para Dios y para el resto. Prohíbe el trabajo, para el judío y para sus criados y huéspedes, esto implica un motivo humanitario en el concepto del sabbath, y así ningún hombre o animal no debe ser requerido a trabajar los siete días a la semana y ser esclavizado como los judíos estaban en Egipto. El shabbat es por lo tanto una indicación directa de la consagración del Dios de Israel, así como de su creación.
 
Según la ley rabínica, Dios ordena  a los judíos  que observen (guardándose de las actividades prohibidas) y recuerden (con palabras, pensamientos, y acciones) el Shabbat. Estas dos acciones son simbolizadas encendiendo al atardecer del viernes las dos velas (ya veremos más adelante) por las mujeres judías, generalmente la madre o la esposa, aunque los hombres a que vivían solos también debían hacerlo.
 
Aunque la mayoría de los leyes de Shabbat son restrictivos (ya veremos más adelante cuales son), el cuarto mandamiento tiene unos mandatos positivos para el Shabbat.
 
Entre estas actividades obligatorias o mandamientos positivos se incluyen:
•   Recitación del  Kiddush, o “santificación,” sobre una taza de vino al principio de Shabbat antes de la primera comida


•     Comer tres comidas suntuosas (seudot del shalosh). Los tres (o por lo menos las comidas la noche de viernes y de la mañana de sábado) se deben iniciar con dos panes de pan (mishneh del lechem). Es acostumbrado para que la carne o los pescados sea servida en todas las comidas. La tercera comida, comida tarde el la tarde de sábado, se llama Seudah shlishit (literalmente, “tercera comida”) y es generalmente una comida ligera y puede ser parve (no carne, no leche) o  a base de productos lácteos.


•   Gozar de Shabbat (Oneg Shabbat). Esto puede incluir actividades tales como comer el alimento sabroso, reclinación, o acoplamiento a relaciones íntimas.
•    Honrando Shabbat (Kavod Shabbat), el hogar se le debe de decorar como buenamente se pueda, así se puede poner flores u otras decoraciones, usar las ropas de gala
•    Recitación de Havdalah, o “separación,” en la conclusión de la noche de sábado (sobre una taza de vino, y con el uso de especias fragantes y de una vela)


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #282 en: 04 de Diciembre de 2017, 12:15:40 »
2.13.3.1.– Las Actividades Prohibidas

La ley judía, prohíbe el hacer de cualquier forma de melachah, (melajá, melajot o melachah, de ambas formas la podemos encontrar escritas), que en sí, no es el trabajo. 
 
Lo que la Torá prohíbe realizar en Shabbat no es "trabajo" (avodá), como comúnmente se afirma, sino que se aproxima más a "labor" (melajá),  aunque en realidad, tampoco ésta es la más adecuada, pues, el término melajá es intraducible.

Una aproximación a la definición de melacha o melajá para que se comprenda mejor sería: algún acto donde el hombre demuestra su dominio sobre la naturaleza. Pero también, todo acto que implique "creación", es decir, una modificación sustancial y no imprescindible para la vida (por ejemplo, respirar o comer son modificaciones sustanciales, pero necesarias o imprescindibles para poder vivir). Así que, lo que define la melajá (labor), no es el esfuerzo que se realice para conseguir un fin; o que sea parte de la actividad profesional habitual de la persona; sino la misma esencia de esa actividad la transforma en melajá.
El hombre no puede demostrar el dominio sobre la naturaleza ni realizar ningún acto de creatividad, ya que intentaría compararse con Díos. Aunque la Torá especifica muy pocas melajá prohibidas en Shabbat, en total 4 (el número puede variar un poco, de acuerdo la traducción):
 
1. Que se haga arder fuego.
2. Segar.
3. Cosechar.
4. Cortar los árboles o leña con hacha.
 


Sin embargo de ella derivaron 39 categorías o matices que veremos más adelante
 
Otros agregan además el no salir fuera del tejum (límite) en Shabbat.
 
Así leemos en la Tora: "Que nadie salga de su lugar el día de Shabat" (Exodo, 15, 29). La explicación es la siguiente: en el interior de la localidad donde uno se  encuentra durante el Shabat, puede desplazarse a pie sin limitación, (sin transportar nada consigo), pero si desea salir de esta localidad en Shabat, solo puede recorre una distancia de aproximadamente 1000 metros a partir del límite de esa ciudad, esta distancia se llama tejum Shabbat (limite del sábado). Si la distancia entre dos localidades no es superior a dos veces el tejum Shabbat. o sea 2 kilómetros, pude ir a pie durante el Shabbat de una localidad a otra, a condición de efectuar antes de Shabbat el sistema de Eruv Tashimin, es decir la fusión de los dos lugares, que consiste en lo siguiente: El viernes se va a medio camino entre las dos localidades y coloca en un lugar seguro la cantidad de pan necesaria para dos comidas (355 gramos aproximadamente).  Y se recita una bendición para tal fin. Esta acción significa que transfiere simbólicamente su morada de Shabbat a este lugar intermedio y que, por consiguiente, tiene el derecho de ir a pie durante el Shabbat de su localidad hasta el lugar de Eruv situado a una distancia de 1000 metros y de seguir otros 1000 metros desde este punto intermedio hasta la próxima localidad. Por medio de este Eruv les estará permitido recorrer la distancia de 1000 metros en todas las direcciones.

Volviendo a la melajá, diremos que los doctores habían hecho una lista de 39 ocupaciones que estaban prohibidas los sábados. Pero lo malo no era la existencia de este catálogo de ocupaciones, sino el espíritu con que lo interpretaban, siendo más estrictos cuanto más ortodoxo eran. Así los fariseos, en este punto como en otros, inocularon una especie de veneno en el organismo de la Ley. Vamos a poner algún ejemplo para que esté más claro: según la Ley, estaba prohibido «segar» número 3 de la lista (lo veremos más adelante). El concepto de «segar» fue ampliado por los doctores de la Ley, con lo que se agravó el precepto de una manera exorbitante. Según sus declaraciones, era «segar» que un joven se subiera a un árbol en sábado y echara al suelo algunos higos maduros; por eso no se podían comer esos higos. Ni siquiera le estaba permitido gustar los frutos que se hubieran caído por sí solos en sábado. Por la misma razón se negaba a las amas de casa la facultad de usar los huevos puestos por las gallinas en sábado.

Incluso los profetas, se llegaron a oponer en su tiempo, a que las grandes caravanas de comerciantes prosiguieran su camino en sábado, aunque estos no fueran hebreos y no observaran por lo tanto la ley judía.

Los doctores de la Ley, por su parte, dieron a la acción de «llevar cargas» la siguiente declaración: «Es culpable de violación del shabbat el que transporte la cantidad de comestibles equivalente a un higo seco, o la cantidad de vino que basta para la mezcla de una copa, la leche que se toma en un sorbo, la miel que se pone en una herida, el aceite necesario para ungir un miembro pequeño, el agua que se requiere para la limpieza de los ojos». Y hasta estaba prohibido llevar en shabbat  una bolsa con monedas,  aconsejándose dárselo a llevar a uno que no fuera judío o ponerlo sobre un animal de carga. La mujer no podía salir de casa con una aguja de coser, ni con un anillo que tuviera algún engaste, ni con una pastilla de perfume tipo incienso, ni con una botella de bálsamo.
•   Este  mandamiento del descanso sabático influía en la vida de todos los israelitas más que ningún otro precepto, no sólo en alguna que otra ocasión, sino cada siete días, pero lo malo era, que sus transgresiones las podía advertir cualquiera, incluso más fácilmente que las otras violaciones de la Ley.

Estas categorías se derivan  de las clases de trabajo que eran necesarias para la construcción del Tabernáculo.
Muchos estudiosos religiosos han precisado que estas labores tienen en la actividad común que es “creativa,” o que control o dominio de los ejercicios sobre su naturaleza.
Cada melajot  o melachah ha derivado prohibiciones de varias clases. Daremos una bravísima explicación de las mismas de las 39 categorías.
 
1. Arar : Cualquier labor que mejore la tierra, así queda incluido el excavar, rastrillar, desempedrar o abonar.
2. Plantar: Esto incluye todas las formas de plantar, sembrar, injertar y cultivar un huerto o jardín. Dentro de cultivar se halla el riego, e incluso poner flores en agua.
3. Segar: Cortar, podar o arrancar cualquier cosa naciente de la tierra. Se incluye el trepar a un árbol o el oler una flor en su lugar de nacimiento (por temor a que fuera arrancada, por lo tanto, se pecara). Tampoco está permitido hacer uso de las frutas de un árbol que cayeron del mismo en Shabbat, a pesar de que la persona no haya intervenido en su caída (citado ya anteriormente).
 4. Cosechar:  Aparte de esta labor se prohíbe el formar haces o manojos de mies o similares. Tampoco se debe agrupar las frutas en sus cestos, o agruparlas por especie (incluso en propiedad privada, dentro de la cual está permitido "cargar").
5. Trillar: Dentro de esta categoría se incluye cualquier actividad que tienda a seleccionar y a separar entidades distintas, entre sólidos y entre líquidos. (Ejemplos: extraer zumo, ordeñar, trillar el grano para quitarle su cáscara, etc.)
 6. Aventar: Todas las actividades que sean para separar los elementos diferentes merced a la acción de una corriente de viento. El ejemplo original es aventar el grano al viento, para que sea separada la paja del trigo.
7. Seleccionar: Esto incluye separando porciones no deseadas de comida. Así, por ejemplo, si se está comiendo, no se debe escoger el alimento (de entre los de su especie) sino coger el primero. Sin embargo, si se coge uno en mal estado, lo puede desechar. Pero, si es un trozo malo dentro o junto a uno en buen estado, se debe cortar lo malo junto a una porción de lo bueno y desechar ambos. También se permite pelar la fruta, para su consumo inmediato. Por esta misma prohibición no se debe apartar las espinas del pescado. Siguiendo el espíritu de esta categoría también está prohibido todas que sea ordenar y archivar, pues, en esencia son seleccionar.   
8. Cerner:  Cerner, tamizar, colar sólidos o líquidos.
9. Moler: Moler o aplastar cualquier artículo. Dentro de esta prohibición se incluye la de no usar medicamentos que no sean de uso perentorio o vital.
10. Amasar: Cualquier masa o pasta queda prohibida de hacerse en Shabbat, incluso si no es necesaria la cocción.
11. Peinado:  El peinado de lana o algodón u otra fibra como parte del proceso de hilado.
12. Hilar: Hilar propiamente dicho o cualquier actividad con sogas.
13. Teñir: Cambiar el color de cualquier objeto usando cualquier sustancia está prohibido.
Pintar, teñir, mezclar pinturas están incluidas en la prohibición. Por la misma causa queda vedado el uso en Shabbat a las mujeres el hacer uso de ciertos cosmético , salvo que lo hicieran antes del ingreso en el Shabbat.
14. Bordar: El bordado, o el trenzado o uso de telar.
15. Retorcer:  Esto incluye la preparación de la urdimbre en un telar, incluso si no hay un tejido en el mismo.
16. Tejer: Similar prohibición a la del bordado, pero sin la que sea como aquella una obra de fino arte. El simple acto de tejer, desprovisto de toda destreza, también está prohibido.
17. Desenredar: Desenredar o desenmarañar cualquier tejido.
18. Cocinar: Cocinar, hervir, asar, calentar, fundir, hornear, etc. se incluyen en esta categoría (sean alimentos u otros objetos). Incluso si no hay necesidad de encender el fuego, estas actividades están prohibidas. La prohibición contra cocinar no nos impide comer comida caliente en el Shabbat. Se acostumbra dejar una lumbre encendida desde el viernes   
19. Lavar: Lavar, quitar manchas o emblanquecer vestimentas u objetos similares.  Dentro de "lavar" se halla el retorcido de tejidos húmedos. Así por ejemplo, al lavarse las manos, uno puede secarse con una toalla, pero sin retorcerla.
20. Coser: Cosido, costura, pegar, adherir con goma arábiga,  cola  o similar, grabar, zurcir . El uso de alfiler de gancho o de horquillas se permite (en tanto no violen otras leyes).
21. Rasgar: Rasgar, romper, trozar, cortar cualquier tejido (incluso papel, o dos superficies adheridas con cola).
22. Anudar: Prohibido cualquier nudo que sea imposible de desamarrar con un solo movimiento. Así pues, atarse los cordones de los zapatos está permitido, pero, el doble nudo no.
23. Desatar: Está vedado el desatar cualquier nudo permanente, es decir, que no se deshaga con  un solo movimiento. Pero, si el nudo no tenía la finalidad de ser permanente, por ejemplo, los cordones de los zapatos acordonados con doble nudo de forma accidental, se permite que sean desatados, pues la finalidad no era la de ser nudos permanentes.
24. Dar forma o modelar: Amasar cualquier objeto, recortar (sea dando forma, o artículos de diario, por ejemplo), tallar madera u otro material, alfarería, etc. Las comidas no entran dentro de esta prohibición (en tanto sean utilizadas como alimentos), así que se permite que sean cortadas para ser servidas o ingeridas.
25. Quemar: Incluye el generar el fuego o el movilizarlo de una fuente a otro lugar (tomar la llama de un fuego para encender otro).  Ésta es una de las cuatro categorías de labor mencionada específicamente en el Torá: "No harán arder fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de sábado.'' (Shemot / Éxodo  35:3) . Esto es debido a que el  uso del fuego es uno de los más primitivos dominios que el Hombre consiguió sobre la naturaleza.
26. Extinguir: Apagar una llama o reducir su intensidad son actividades prohibidas (Hay que decir que ante peligro de vida, todas las prohibiciones shabbaticas se levantan).   
27. Terminar o completar una labor: Cuando se repara o ajusta cualquier cosa, incluso sin violar ninguna de las otras prohibiciones de Shabbat, se está incurriendo en esta de "completar". Ejemplos: afilar un cuchillo,  afinar un instrumento musical, etc.  Por la prohibición de afinar un instrumento musical, se derivó la prohibición de tocar cualquiera de ellos, es decir, de interpretar música.
28. Escribir: Esto incluye todas las formas de escritura y dibujo. Como en sus orígenes la escritura se asoció al registro de actividades comerciales, quedaron prohibidos todos los actos que necesiten de un registro (comercios, matrimonio,  divorcio, etc.).  No importa la finalidad de la escritura , sea trabajo o no, la escritura y sus derivados están prohibidos (aunque no ciertos tipos de lecturas, como por ejemplo las que cultivan el espíritu, las recreativas, las "religiosas", etc.   
29. Borrar: Esto incluye borrar o destruir cualquier forma de escritura. También entran en este apartado el romper o rasgar un escrito o cualquier otro objeto que sus palabras terminen siendo borradas.
30. Construir: Cualquier edificación o actividades conexas. Se incluye las refacciones o reparaciones. Tampoco se permite clavar o formar una tienda o choza.
31. Demoler: Cualquier elemento de una edificación. Incluido el desmontar una tienda, o el desmantelar cualquier artefacto.
32. Colocar trampas: Se prohíbe el atrapar, cazar, pescar o restringir la libertad de cualquier animal libre incluidos los molestos insectos, que en Shabbat no deben ser atrapados. Tampoco se puede cercar a los animales propios que no tienen el hábito adquirido de permanecer en el redil, gallinero, etc.
33. Esquilar: Quitar la lana, el  pelo, o las plumas de cualquier ser vivo. Tampoco el corte del cabello, de barba, depilación o corte de uñas en los humanos. Se recomienda que en Shabbat para peinarse debe usar un cepillo muy suaves, para que involuntariamente no se arranque algún cabello.
34. Matar: Cualquier ser vivo, sin importar tipo o tamaño. La única excepción es la auto-defensa o preservación de la propia integridad.
35. Desollar:  Quitar la piel de cualquier animal (incluso la cutícula de los humanos).
36. Curtir:  Todos los procesos de curtido, ablandado o mejoramiento del cuero están prohibidos de hacerse en Shabbat. A la prohibición sobre el uso de animales, que ya mencionamos, se le puede agregar que si la silla de montar fuera de cuero, se prohibiría darla de grasa o frotarla.
37. Aplanar: Todos los procesos incluidos en aplanar o allanar. Se incluye el pulido.
38. Marcar: Marcar o anotar con vistas a escribir, delimitar, conformar o cortar algo. Como apreciamos, marcar no es similar a escribir, es otra prohibición.
39. Cargar: Se refiere a transportar cualquier objeto en un lugar público. También, a sacar un objeto del espacio particular al público. Cuando se refiere a objetos, lógicamente no se está indicando la vestimenta que se tiene puesta, pero SÍ a cualquier objeto, sin importar su tamaño, peso, valor o utilidad. Está prohibido, por lo tanto , transportar en espacio público incluso cosas triviales, como una llave, no pueden llevarse, bolsas y accesorios innecesarios.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #283 en: 04 de Diciembre de 2017, 13:01:39 »
2.13.3.2.– La Celebración

Al igual que todos los días del año, el shabbat comienza al atardecer del viernes, por esa razón, el viernes por la tarde, los judíos que observan el shabbat salían de sus trabajos para hacer los preparativos. El ánimo era muy similar a cuando uno se preparaba para recibir un amigo muy especial: se limpiaba la casa de arriba abajo, la familia se baña y se vestía con su mejor ropa, se sacaba la mejor vajilla, y se preparaba una cena festiva. Además, todo lo que no se podía hacer en shabat, por estar prohibido se hacía con anticipación. Debemos decir que la liturgia judía trata el Sabbath como una “novia”o como una “reina”.

El viernes por la noche, al aparecer a primera estrella vespertina, el hazan (ayudante en las labores de la sinagoga), se subía al el tejado de la sinagoga y anunciaba el comienzo del día del Señor con tres agudos toques del sofar (trompeta de cuerno de carnero).


A esa hora las mujeres ya deberían haber terminado todas las tareas de la semana, deberían haber preparado las tres comidas del shabbat y haber dejado fuego encendido que durara todo un día, haber vestido a los hijos, haberse aseado y cambiado de ropa así como haber encendido las lámparas del shabbat (Hadlakag nerot) y comprobado que estas estaban llenas de aceite para poder durar todo un día.

Hadlakag nerot
Cuando se enciendian las velas o lámparas del shabat, se recitaba una bendición. Ese ritual, era celebrado por la mujer del hogar y denota oficialmente el comienzo del shabat dentro de la casa. Dos luces son encendidas por las mujeres judías (generalmente la madre / la esposa, aunque los hombres a que vivieran solos también deberían hacerlo ellos mismos), en símbolo de los dos mandamientos: de zajor (recuerda) y shamor (guarda)


Zajor: Acuérdate...
Dios ordena recordar el shabat, pero eso implica mucho más que meramente no olvidar de observarlo. También significa recordar el significado de shabat, a manera de conmemoración de la creación y la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud egipcia.

El ¿por qué se adjudicó este precepto especialmente a la mujer?. Parece ser que se adjudicaron varios motivos:
1. La mujer se encuentre en el hogar durante más tiempo que el hombre.
2. "Felicidad doméstica": En el tratado de Shabat nuestros sabios explican que, "no hay bienestar sino con la luz".

La mujer, es la encargada de la educación de los niños y del ambiente general de la casa, a esto se le agrega una nueva dimensión, la de crear un ambiente sabático.
3. El encendido de las velas representa la expiación de pecado de Ádan (el haber comido del árbol de la sabiduría y de esa manera "apago la luz del mundo").

También la mujer deberían haber comprobado que las vasijas estaban llenas de agua y de vino para todo el día.

Los hombres mientras tanto deberían haber terminado el trabajo y haber recogido y guardado sus instrumentos con los que realizaba el trabajo y procedían a su aseo personal. Tras las abluciones rituales y tras perfumar su cuerpo con aceite de oliva, al que se le unía algún producto como la mirra, el aloe, etc.., se colocaban las túnicas limpias preparándose para asistir al servicio vespertino en la sinagoga.

Sinagoga
Una vez en la sinagoga, los hombres cubiertos con el talit, ocupaban la parte central (los más ancianos ocupaban los bancos), mientras que las mujeres estaban separadas por unos biombos con celosía o de algún lugar más alto a modo de bacón especifico para ellas (esto se puede apreciar en la sinagoga de Córdoba), aunque para ellas no era obligatorio

Kabalat Shabbat
Es la oración de la noche del Shabbat se acostumbraba a pronunciar en la sinagoga seis capítulos de los Salmo, como la cantidad de los días de la semana que relatan sobre la creación del mundo y la grandeza del creador, y también se recitaban poemas, que reciben al Shabbat. Cuando se aproximaban al final del poema, los oradores giraban hacia la entrada de la sinagoga, esperando la llegada de la novia “ el Shabbat”, y se completaba el poema diciendo "Ven en paz, con alegría y regocijo... ven novia, Shabbat la reina...".


Debemos de indicar que en el judaísmo el rezo individual se considera aceptable, pero el rezo con un quórum de diez adultos (lo que se denomina un minyan) se considera “rezo con la comunidad”, y éste es la forma más recomendada de rezo. Cuando hay minyan se puede sacar la Tora y leerse en público. Debemos recordar que el judaísmo ha contado tradicionalmente solamente a hombres en el minyan para el rezo formal, y no a las mujeres ya que se parte sobre la base de que no se puede contar a alguien que no se obliga participar También debemos aclarar que se considera adulto en este contexto, a partir de la edad de 13 años, esto es, cuando ha realizado la bar mitzvah.

Terminada las oraciones en la sinagoga, cada uno se despedía hasta la mañana siguiente y se marchaba a su casa.

Imposición de las manos o bendiciones
Bendición de los hijos
Se acostumbraba (y se sigue haciendo) a bendecir a los hijos con una bendición especial. Algunos lo hacen antes que le padre se dirige a la sinagoga, pero la mayoría lo hacían a la vuelta, para ello coloca las palmas de las manos sobre las cabezas y bendice a los niños con la bendición que hizo Jacob sobre Efraín y Manases, los hijos de José: "Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés" (Gén. 48:20). De esa manera, las cualidades que exhibieron esos dos varones, las de buscar juntos el bien de todos y procurar guardar los valores judíos en un ambiente gentil, se convirtieron en el ideal para la crianza de los hijos durante los siglos posteriores.


A continuación bendice a las niñas con las siguientes palabras: “Que Dios te haga como Sara, Rebeca, Raquel y Lea.” Esas mujeres, de espíritu sensitivo, entendido y sacrificial, todas poseían una relación especial con Dios, y utilizaron sus dones para procurar el bien de otros y del pueblo judío.

Si los hijos no están presentes, también se recita la bendición, ya que no es necesario que estén para poder bendecidlos. Es un momento lleno de amor y significado judío.

Bendición de su esposa
El padre entonces bendice a su esposa utilizando Proverbios 31:10-31. No sólo es un momento especial para ella, sino también para los hijos, viendo que su madre es honrada en el hogar.

La cena
Terminadas las bendiciones y lavados las manos se procede a la cena del Shabbat

La cena del viernes era un jubiloso acontecimiento, pues se habían preparado platos especiales en honor del señor, pero antes de comenzar a comer se bendecía el vino y el pan

Bendición del Pan y del Vino
El hombre de la casa recita el “Kidush”, la oración para el vino, en santificación del Shabbat.
La palabra Kidush viene de la raíz en hebreo de “kedusha” o “Kodesh” que significa santificar o elevar algo a nivel espiritual. Las cosas de este mundo nos retan a tomar las bendiciones que Dios nos da para nuestro deleite,  y poderlas utilizar con un propósito más elevado. El vino, en concreto, es utilizado porque el Shabbat es un momento de gozo.

El vino que utilizaban en aquella época ( y en la de ahora) tenía que ser un vino “kosher”, esto es un vino que se producía según la ley religiosa judía, y este vino se solía rebajar con agua por ser un vino muy fuerte (¿costumbre tomada de los romanos?) .

Luego, se recita la oración por el pan. Esta oración se hace sobre dos panes enteros “jala”. Los panes son recordatorios de la doble porción de maná que Dios envió tanto para el viernes como para el sábado a medida que andaban vagando por el desierto (Ex. 16: 22- 30). La palabra “jala” se uso para referirse a los doce panes de la proposición (uno por cada tribu de Israel) que se colocaban en una mesa en dos hileras dentro del  Tabernáculo (Lev. 24:5)

Hay que decir que en las oraciones judías, la bendiciones sobre los alimentos son bendiciones de agradecimiento por las provisiones que Dios nos da, y no para bendecir el alimento, como si la comida tuviera algún defecto (como hacemos los cristianos) 
 
La comida de la Cena
Una vez que se ha bendecido el vino y el pan , la familia disfrutaba de la cena del  Shabbat. Aunque no existían restricciones o costumbres sobre lo que se debía de comer, las cenas eran generalmente sopas o comidas hechas a fuego lento dada la prohibición de prender fuego durante ese día.

Al terminar de cenar, la familia recitaba una oración el “birkat ha –mazón” , esta oración se hacia todos los días, pero en el Shabbat se hacía de una forma más especial , de forma más relajada, y podía incluir algún que otro cántico. Después la familia conversaba sobre la religión y se acostaba a dormir.
 
A la mañana siguiente
Aunque los servicios de la sinagoga comenzaban por la mañana temprano (sobre las nueve aproximadamente), era un día de descanso, ya que ellos estaban acostumbrados a levantarse al amanecer para comenzar sus trabajos. 

Los hombres de la casa  y las mujeres que querían asistían al acto religioso en la sinagoga. Se sacaba le Sefer Toráh y se permanecía de pie, en señal de respeto,  mientras que estuviera fuera. Se procedía a leer la Toráh ( que es parte de  los servicios de la mañana del sábado), con una lectura algo más larga que durante los demas días de la semana.

La Toráh se lee sobre un ciclo anual de 54 parshiot o secciones, uno para cada Shabbat del año (aunque a veces esta secciones se doblan). En el sábado, la lectura está dividida en siete partes (son más partes que cualquier otro día santo incluido el día del Yon Kippur que ya veremos). Después del acto religioso, los judíos se paseaban por las calles con sus mejores vestidos y sin salirse de los limites sabáticos que quedaban delimitados con cuerdas tirantes que marcaban las fronteras.

De vuelta a casa, se procedía a lavarse las manos y los pies para posteriormente comenzar la comida. La familia nuevamente se reúne en torno a los alimentos  y se hace las oraciones  de Kidush  (bendición del vino y el pan), disfrutando de una comida pausada y relajada, ya que después no hay que ir a trabajar.

Los platos que se tomaban habían sido preparados el día anterior, pero no forzosamente se tomaban fríos, ya que se podían calentar en el fuego hecho anterior a la entrada del Shabbat.

Durante el Shabbat, era costumbre el invitar a comer a los amigos y huéspedes, para gozar juntos de la comida y de la compañía y amistad del otro (Jesús fue también invitado, suponemos que en más de una ocasión, como nos narra en una ocasión San Lucas “En casa del fariseo” (Lucas 14 : 1)).Hay que hacer mención que, la mayoría dela gente que su situación económica se lo permitía, hacia tres comidas durante el Shabbat, contentándose generalmente los demás días con dos.

Con todo, la comida principal se tenía el sábado después de la festividad religiosa de la mañana, y no por la tarde. Así es natural que la sobremesa se prolongara más de lo ordinario, conversando más tiempo con la familia y con los invitados. Para los fariseos (grupo ortodoxo judío de aquella época), era de buen  tono entretejer conversaciones religiosas, para estudiar la Toráh y alargar estas conversaciones hasta la caída de la tarde, terminando con una ligera comida antes de terminar el Shabbat.

El  Shabbat termina al anochecer del sábado cuando aparecen las primeras tres estrellas (unos veinte minutos después de ponerse el sol), son los loceros (tres estrellas de magnitud media visibles a simple vista), en esos momentos se realiza en la sinagoga el último servicio religioso del Shabbat
 
Havdalá
Después del acto religioso de la noche del sábado, maariv, se termina con la ceremonia del Havdalá o de la separación, en la cual se alaba a Hashem (Díos) por la generosidad de haber otorgado el Shabbat para el deleite, y haber efectuado las separaciones necesarias en el Universo, para que cada cosas tenga su lugar  y su tiempo, existiendo un día para el gozo del alma (Shabbat) y otros seis días para dedicarse al trabajo diario.


Para cerrar formalmente el Shabbat, esta ceremonia se repetía luego en la familia (el ritual de havdalá) donde el jefe de familia enciende una luz con doble mecha, prepara  especies o hierbas aromáticas, llena una copa de vino al máximo y entona una plegaria 
•         Se encienden dos luces unidas generalmente por dos mechas de lámparas de aceite o por dos velas (posteriormente se añadió dos velas trenzadas), para dar mas contraste entre la luz y las tinieblas y para llevarse el recuerdo del Shabbat durante toda la semana.
•         Se echa vino sobre una copa colocada en un plato, para que pueda rebosar. Ese es el símbolo bíblico que representa la abundancia de Díos, según dice el salmo “... mi copa está rebosando”  (Sal. 23: 5)
•         Se guardan en envases ciertas especies. Las especies aromaticas son, según una antigua explicación, porque el judío recibe por parte de Díos,  un alma suplementaria para  gozar de los placeres del Shabbat y esa alma (neshamá ieterá) abandona el cuerpo al finalizar el sábado, entonces para consolar al hombre que siente un vacio al terminar el Shabbat, se emplea el oler esas fragancias. Aromas que deben permanecer con la persona durante todos los días siguientes, recordando el Shabbat pasado y brindando la esperanza para uno próximo.
•         Se cita la bendición de Havdalá, marcando la separación o división entre lo sagrado y lo que es secular, esto es entre el Shabbat y los demas días de trabajo semanal.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #284 en: 05 de Diciembre de 2017, 09:27:28 »
2.13.4.– Fiestas Hebreas

Tal vez no deberíamos denominarlas fiestas por lo menos como lo conocemos en occidente, ya que en algunos casos se tratan de días laborales, sino conmemoraciones, y se manifiestan en costumbres y prácticas tradicionales que  dejan su huella en diferentes aspectos de la vida nacional. Siendo estas fiestas hoy día una parte importante de la vida cotidiana, en la que se suelen celebrar, en las calles, en las sinagogas, en el sistema electivo y por supuesto en los hogares. De entre todas las fiestas, la más sencilla e importante es el "Shabbat", que es la que ha mantenido a lafamilia judía unida a traves de los siglos. Selebrandose cada sabado en las sinogogas y en los hogares "el día de descanso del Señor"; y de la que ya hemos hablado. 


Hay autores que a las fiestas las clasifican en:

I.- Yamim Noraim  o  “Los Días Terribles”
    Rosh Hashaná, o "Año Nuevo", días 1 y 2 de Tishrei.
    Yom Kipur,  o "Día del Perdón", 10 de Tishrei.

II.- Shelósht Ha’regalim  o  Las tres Fiestas de Peregrinaje
 
Las 3 grandes fiestas judías de peregrinación, son Tabernáculos la Pascua y Pentecostés; Todo judío que podía subía en las 3 fiestas a Jerusalén, a celebrar la fiesta en el Templo... Jesús subió en los 3 últimos años de su vida, y a la edad de 12 años, cuando se "perdió y fue encontrado en el Templo", en la Pascua (Luc.2).
 
    Sucot, "Fiesta de las Cabañas" o de los "Tabernaculos", del 15 al 22 de Tishrei. (Septiembre o Octubre): Celebra la entrada en la tierra prometida después de 40 años de andanzas por el desierto.     Son 8 días de fiesta, en las que las familias dejan sus hogares y viven en "tie ndas de campana", (Sucot).
    Pésaj, o “La Pascua judía”, del 15 al 22 de Nisán (Marzo o Abril): Es la fiesta más importante, en la que se celebra la "liberación" del pueblo judío de la esclavitud egipcia... y siempre va conectada con el "Paso del Mar Rojo", ¡la entrada a una "nueva vida de libertad"! (Exodo 12 y 14). Son 8 días de fiesta que se celebran en la primera luna llena de la primavera.
    Shavuot,  es nuestro Pentecostés 6 de Siván.  (Mayo o Junio): "Pentecostés" quiere decir "50 días después de la Pascua", y los judíos celebran la promulgación de los 10 Mandamientos a Moisés, que ocurrió a los 50 días de la liberación de la esclavitud egipcia (Ex.23:15-22).

III.-  Festividades menores (no aparecen en la Torá)
    Jánuca, o "Fiesta de las Luminarias", del 25 de Kislev al 2 (ó 3) de Tevet.
    Tu Bishvat o Tu Bi'Shevat, "Año Nuevo de los Árboles", 15 de Shevat.
    Purim, 14 de Adar.
    Tu Be’av, "Día del Amor", 15 de Av.
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