Autor Tema: Documentación para el Belén  (Leído 292802 veces)

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #240 en: 26 de Octubre de 2017, 08:01:25 »
2.9.1.- Los Pueblos

Exceptuando Jerusalén, la Judea y La Galilea, donde Jesús creció, era esencialmente zonas rurales. La gran mayoría de la población vivía en las muchas pequeñas ciudades y pueblos dispersos por todo el campo. Trabajaban la tierra, atendían sus rebaños, y ejercían sus oficios, rara vez se aventuran más de un día de camino de casa. Excepto en las Peregrinaciones a a Jerusalén, para celebrar la Pascua. Y eso no era un pequeño viaje, sino hasta 110 kilómetros a pie ida y vuelta.

 

Según Josefo había 240 aldeas dispersas por toda Galilea. El pueblo promedio podría no ser más que unas pocas manzanas con una población de unos pocos cientos de almas. Las aldeas más grandes, llamados pueblos, podrían cubrir 4 hectáreas o más y, a menudo estaban amuralladas. El mundo para sus habitantes se limitaba, prácticamente, a su pequeño pueblo y los campos de alrededor.
En general, esas poblaciones, eran construidas en las colinas en lugar de en los largos valles en pendiente. Así eran más fácilmente protegidas y las mejores tierras de los valles se reservan para la agricultura.

 

Las aldeas galileas eran bastante distintas de las ciudades griegas de la Decápolis, que eran construidas en el estilo clásico griego y tendían a ser mucho más grandes y más cosmopolitas.

Cada pueblo dependía de los cultivos y el ganado que utilizaba los campos de los alrededores y el valle. Además, cada pueblo estaba construido alrededor o cerca de un pozo o manantial. Cada pueblo tendía a ser autosuficiente en términos de necesidades básicas. De vez en cuando, la gente venía de las ciudades más grandes para proporcionar servicios especializados.

Las calles eran en general bastante estrechas, más como callejones.

 

Los habitantes vivían en modestas casas de una planta de piedra o adobe cubiertos con una especie de estuco. Las paredes de las casas tendían a ser por lo menos de 3 metros de alto, con sólo unas pocas ventanas en la parte superior.

Las casas en este momento tendían a tener patios, alrededor de los cuales estaban habitaciones de tamaño variable en función de la riqueza y necesidades del propietario.

 

Las casas tendían a agruparse en torno a una plaza de la ciudad. En la plaza había algunas tiendas, un mercado al aire libre, y por lo general un pozo comunal o fuente.

Cada ciudad tenía un puñado de artesanos, que típicamente incluían un alfarero, un tejedor, un carpintero, un herrero y un zapatero. La mayoría de los hombres en el pueblo, sin embargo, trabajaban en los campos, ya sea labranza, siembra, poda, o la cosecha.

 

La mayoría de las familias mantenían un pequeño número de animales tales como ovejas y cabras. Estos eran útiles para leche, lana, cuero y, finalmente alimento.

La mayoría de los pueblos también tenían un pastor o dos cuidando los rebaños del pueblo en las laderas cercanas.

En muchas noches de los hombres se reunían en la sinagoga del pueblo para los servicios nocturnos y estudio de las Escrituras. Durante el día la sinagoga servía como una escuela para los jóvenes de la localidad, que aprendían hebreo antiguo y estudiaban las Escrituras.

La mayoría de la gente ya no hablaba hebreo; era un lenguaje sagrado usado sólo en el templo y en la sinagoga. La mayoría de los aldeanos hablaban arameo, pero también sabían algo de griego, porque era la lengua materna de los paganos alrededor de ellos.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #241 en: 26 de Octubre de 2017, 08:13:38 »
2.9.2.- Las Viviendas

La palabra hebrea bavith y la palabra árabe bait quieren decir "abrigo". El equivalente español es la palabra "casa". El término más significativo "hogar", nunca ha sido inventado por los hijos de Palestina, porque ellos se consideran como "peregrinos en la tierra". Su tienda y su casita le proveyeron abrigo suficiente para él y sus familiares durante la peregrinación mundana o terrenal.

 

Las casas modestas eran de caña o ladrillos de adobe, amasados con los pies y cocidos al sol. Los muros se revestían con cal. Job al referirse a esta clase de moradas dice: "casas de arcilla" (Job. 4:9).

Generalmente las casas no tienen otro piso que el de la tierra misma que se empareja y aplana, hasta quedar maciza. Algunas veces se hace una mixtura de cal con lodo y dejándolo algún tiempo para que se seque y endurezca Algunas veces se ha encontrado pisos de piedra resquebrajada unida con cal

Las casas sencillas presentaban el aspecto de una gran caja cuadrada compuesta únicamente de una planta baja dividida en dos, a veces por una diferencia de nivel: la parte más alta servía como comedor y dormitorio; la parte más baja como establo. Cuando los animales estaban en el campo, la parte inferior se usaba como taller.

 

Estaban cubiertas por un techo hecho de vigas entrecruzadas con ramajes, y todo ello recubierto de barro apisonado, pasándose luego sobre ella un rodillo de piedra, el cual permanece sobre el techo para usarlo varias veces apisonando el techo, podemos relacionar esto con el milagro del paralítico al que bajan por el techo, Mc 2, 1-12).

El conjunto debía ser consolidado cada año antes de la estación de las lluvias. Estaba rodeado de un parapeto y provisto, con trechos en las casas antiguas para permitir escurrir el agua de lluvia, y para evitar la caída de alguna persona. La Ley de Moisés es muy definida al ordenar la construcción del pretil mencionado. El reglamento dice: "Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, porque no pongas sangre en tu casa si de él cayere alguno" (Deut. 22:8 ).  Y el techo disponía de una escalera exterior

El techo se utilizaba para tomar aire, dormir en la época de calor, secar las legumbres, hacer madurar las frutas y rezar (Hech 10,9).

 

Estando los techos de la casa en gran parte hechos de tierra y arcilla podemos imaginarnos cómo crecerá la hierba encima de las casas, como lo indican las referencias bíblicas "serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca" (Sal. 129:6; véase también 2 Reyes 19:26; Isa. 37:27).

En la vivienda no había chimenea. En una cavidad situada en el centro de la habitación se colocaban brasas o bien se utilizaba el brasero.

Las casas  tienen pocas ventanas, las cuales se abren hacia la calle, y éstas son bastante altas. Por regla general las ventanas tienen barrotes de madera que sirven de protección contra los ladrones, y la parte baja de la ventana tiene una especie de "biombo enrejado". "Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía" (Prov. 7:6) - Postigos de madera cierran las ventanas por la noche. Cuando se abre la ventana los que están dentro de la casa pueden ver hacia fuera sin ser vistos ellos mismos.

Tanto las puertas como las ventanas ordinariamente eran construidas de madera de sicómoro. Sólo por lujo de los ricos y como ornamento eran construidas de cedro (cf. Isa. 9:10). Las puertas se montaban sobre bisagras y "Se revolvían sobre sus quicios" (Prov. 26:14). Las puertas quedaban firmes al cerrarse, y esto se lograba con el uso de barrotes de madera (Prov. 18:19)

Las casas de los más ricos eran de piedra y argamasa. Las habitaciones se distribuían alrededor de un patio central.

 

El patio es una parte importante de la casa. Uno puede estar en el patio y al mismo tiempo en la casa. Como un ejemplo Mateo 26:69 dice: "Y Pedro estaba sentado fuera en el patio". Aunque el patio está abierto al aire, a veces un toldo se pone sobre parte de él. Algunas casas tienen una galería en derredor a los lados del patio. Frecuentemente se plantan árboles, arbustos o flores.

A veces disponían de un piso, la “habitación alta”. El cuarto superior o cámara es realmente una parte muy indispensable en las casas , y en la Biblia con mucha frecuencia se hace referencia a él. (cf. 2 Reyes 1:2; 23:12; Hech. 9:37; 20:8, etc.) - Aquellos cuyos medios no les permiten tener ese cuarto se conforman con un cuarto hecho con tablas o un emparrado sobre el techo. Pero cuando pueden, construyen ese cuarto. Esto provee un lugar fresco en verano, un lugar de retiro, y si hay un huésped distinguido, se le aloja ahí. Si la casa tiene más de un cuarto en el techo. se le llama casa de verano, en contraste con la casa de invierno que está en la parte baja.

Esas casas poseían cisternas y baños. Las cisternas se cavaban en los patios  para recoger el agua de lluvia. También calefacción central, con un sistema de cañerías de agua o aire calientes procedentes de un fogón. En época de Jesús hubo gran influencia de la arquitectura romana, sobre todo entre las clases pudientes.

La puerta o Zaguán quedaba localizado a la mitad del frente de la casa. Esta entrada estaba arreglada de tal manera que nadie podía ver hacia adentro desde la calle. A veces se construía una pared frente a la puerta, lo que llenaba el propósito.

Los zaguanes casi siempre tienen pequeñas puertecitas como entrepaños entre ellas. La puertecita se usa en ocasiones ordinarias, y el portón o zaguán se abre sólo en ocasiones extraordinarias. En Hechos 12:13 se habla de Pedro golpeando "a la puerta del palio", lo que sin duda quiere decir la puertecita incrustada en el portón.

 

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #242 en: 26 de Octubre de 2017, 08:36:47 »
2.9.3.- El Interior de las Casas

La mayoría de las puertas interiores eran estrechas. Sólo la abertura que daba a la calle era amplia y tenía una puerta con bisagras que podía ser asegurada.
En los hogares más pobres, el suelo era simplemente de tierra apisonada. Los de mayor poder adquisitivo podrían tener piedras o baldosas de barro cocido. Los pisos de madera eran sólo para los muy ricos.

 

Sólo los muy ricos podían permitirse el lujo de tener agua corriente en sus casas. La gente común iba al pozo o manantial, una fuente, o tal vez un arroyo local, y recogían el agua con pieles, tarros, y todo tipo de envases. El agua de lluvia se recogía cuidadosamente en cisternas o recipientes grandes, porque en el clima más árido del Mediterráneo oriental hasta la última gota de agua era preciosa. Algunas ciudades más grandes tenían conductos o acueductos que traían el agua a ciertas áreas públicas.

 

Generalmente no había necesidad de una gran cantidad de calefacción, excepto en los meses más fríos del año. La mayoría de las casas, por lo tanto no tenía chimeneas. Si crecía el frío, había braseros de carbón donde se encendían fuegos pequeños.

 

La iluminación no era muy abundante. Se utilizaban lámparas de aceite pequeñas. Como se recordará, la mayoría del tiempo la gente estaba afuera, de modo que las luces interiores eran menos necesarias.

La cocina como la conocemos, no existía. En las casas pequeñas la cocción se hacía en la parte de atrás, en un fuego abierto o en un pozo de fuego. En las casas más grandes el patio podía ser el lugar de los elementos de fuego de cocina y los utensilios de cocina permanecían en un almacén. Sólo las casas más grandes tenían un espacio especial con un horno ardiente.

Muchas casas aún las más pequeñas parecen haber tenido algún tipo de baño. Los antiguos judíos eran de conciencia acerca de la limpieza y lo veían como en relación con la santidad y la pureza ritual.

 

El baño usual (a menudo llamado un mikve) era estrecho. Bañarse era para estar seguros de la higiene, pero también había baños rituales que los judíos tomaban.

Las letrinas eran más probables fuera de la casa y estaban situadas lejos de la vivienda principal. Podían haber sido compartidas entre varios domicilios, dependiendo del tamaño y el diseño de la ciudad o pueblo. Hay un pasaje de la Torá en el que Moisés da instrucciones a los antiguos israelitas de “construir sus letrinas fuera del campamento”. Además, establece: “Cuando vayas al baño, lleva un remo o una pala contigo, utiliza el inodoro y luego cúbrelo”, lo que sugiere que algún tipo de cal era arrojada después del uso. Otras direcciones sobre las letrinas eran que debían estar ubicadas en lugares discretos y privados.

Ciertas excavaciones arqueológicas han descubierto la presencia de letrinas, que consistían en un hoyo cavado en el suelo en una cámara de techo cerrado.

 

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #243 en: 26 de Octubre de 2017, 09:25:05 »
2.9.4.- Mobiliario de las Casas

El mobiliario muy rudimentario, consistía en esteras y almohadones que se utilizaban para sentarse durante el día y para dormir durante la noche, abrigándose con un manto a modo de manta por encima.

Había cofres de provisiones y baúles para la ropa. Para las familias más pobres, los baúles se duplicaban como mesas.


Los hebreos,  no tenían mesas, sino que comían sentados o reclinados en el suelo, tomando la comida de un recipiente único puesto encima de una estera o de una piel. Por eso es posible que en las casas con mayor bienestar económico hubiera mesas que se usaban en las grandes ocasiones. Han llegado hasta nosotros representaciones de mesas semicirculares, pero los ejemplos más antiguos se remontan a los siglos II-III a.C.

Normalmente no hay sillas, salvo en banquetes, donde se usaban una especie de banquillos. En la Biblia vemos varios casos donde se habla del rey o de personajes muy importantes, donde sí usaban estas especies de sillas. Usar sillas, sillones, etc… era señal de dignidad y distinción.

Las vasijas son simples y de cerámica sin revestimiento. En todas las casas había platos, escudillas, ollas, cazuelas, jarras para aceite y vino, ,etc. Las piezas «selladas» o «sigillatae» son escasas y de importación; la cerámica propiamente dicha se usó ampliamente en la vida familiar: es el material arqueológico más fácil de reconocer y de fechar.


Hay que partir de la base que la casa tenían una puerta y una o dos ventanas, esto hacia que la estancia fuera oscura, principalmente en los meses de invierno, donde la duración de la luz solar es menor. Por todo ello, la lámpara se consideraba, entre los aldeanos, como un lujo necesario.  Cuando el sol se ponía, la puerta de la casa se cerraba y entonces se encendía la lámpara o las lamparas, permaneciendo encendida/s hasta que la luz del nuevo día hacia su aparición.

Con frecuencia y por motivos de comodidad, una lámpara al menos se mantenía encendida permanentemente, porque el encender con pedernal era bastante engorroso, además de ser más cómodo poder encender otra llama o lumbre, tomando el fuego de la ya existente en la lámpara. Por otro lado se creía que la luz alejaba a los espíritus malignos.
 
El dormir sin luz se consideraba como un signo de extrema pobreza.  Decir que se había apagado la lámpara de alguien era significar la pobreza de esa persona, la ruina, el final de una familia.
 
En la época de Jesús, la principal forma de iluminación era por medio de lámparas de aceite o de un candil (1), siendo lo primero lo más frecuente. También y por influencia romana apareció la linterna romana, especie de farol realizado en barro cocido y que se hace referencia en el prendimiento de Cristo  (San Lucas 18, 3)


Las lámparas eran recipientes de líquido oleoso que se hacían arder por medio de una mecha. Las más antiguas son de barro añadiéndose luego las de bronce (y alguna vez de piedra o de metales más o menos valiosos) bien abiertas o cerradas recibiendo unas y otras el nombre de lychnos entre los griegos  y de  lucerna entre los romanos.  Las de barro cocido tienen la forma redonda u oval, con elegante asa y uno o más picos si están cerradas o con los bordes algo doblados u ondulados si son abiertas, estas ultimas también se las conoce como lámparas platillo, son las más antiguas, y que resucitaron su uso los Macabeos (siglo II a. de C.).

La familia aldeana no solía tener un pie para el sostén de la lámpara, sino que se colocaba en alguna piedra que sobresalía de la pared o de una repisa u hornacina dedicado a tal fin. A veces era el almud (Unidad de medida de áridos) colocado bocabajo sobre el suelo, el que hacia de sostén.

Es digno de mencionar que no utilizaban más que cuchillos como cubiertos, ya que empleaban los dedos y un trozo de pan a modo de cuchara para comer, y comían de un plato común que se colocaba en el centro. Ellos decían: “¿Para qué necesita el hombre una cuchara cuando Dios le ha dado tantos dedos?” Unos panes gruesos como la franela lo utilizaban como cucharas; de esta manera lo usaban para sacar sopas, salsas o jugos. La carne se sirve en un plato y se come también con los dedos. El caldo se sirve en un plato por separado y se usa para humedecer el pan que se come a la vez con el alimento contenido.


Palancanas, de cerámica, de metal o incluso de piedra, ya que antes de comer así como después de comer tenían que lavares las manos ya que comían con ellas. El lavatorio de manos viene desde tiempos muy antiguos y estuvo muy en boga durante la época de los profetas. (2 Reyes 3,11). Cuando los fariseos decían de los discípulos de Jesús, que éstos comían sin lavarse las manos (Mt 15, 1-2; Mc 7, 1-5), era por el largo ceremonial que tenían de lavarse las manos, y de ello hablaban, ya que parece ser que los discípulos no seguían al pie de la letra las largas prescripciones. También era costumbre el lavado de los pies a la persona que entraba en una casa como invitado. Se han encontrado un lava pies de piedra .

Después de comer es necesario lavarse las manos. Si hay un sirviente, éste trae la jarra de agua y la jofaina, poniendo el agua sobre las manos de los que participaron en la comida. Sobre los hombros, el sirviente se pone una toalla para que se sequen las manos. En el caso de que no haya sirvientes, esto lo hacen unos a otros.

El molino para moler el grano, cántaros y odres de cabra para guardar líquidos. Y otros utensilios como: escoba para el barrer, cuencos para hilar etc..


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #244 en: 26 de Octubre de 2017, 11:51:15 »
2.9.5.- Mezuzá

Mezuzá (del hebreo «jamba de la puerta») es un pergamino que tiene escrito dos versículos de la Torá; se encuentra albergado en una caja -o receptáculo- que es adherido a la jamba -o marco- derecha de los pórticos de las casas y ciudades judías. Es una de las características más singulares de las moradas de los judíos.

La mezuzá consiste en un rollo de pergamino donde están inscritas dos plegarias: la más solemne del judaísmo, «Shemá Israel»  "Escucha, oh Israel" (Deuteronomio 6:4-9)) y «Vehayá im shamoa» ("En caso que me oyéreis " (Deuteronomio 11:13-21)). La mezuzá es albergada en una caja, generalmente cilíndrica, que puede tener muchos tamaños y decoraciones.


El precepto de fijar una mezuzá en las puertas de las casas judías es uno de los más antiguos y arraigados del judaísmo, y tiene sus fuentes en el libro del Deuteronomio: Deuteronomio 6:9

Existe la falsa noción que la mezuzá es el cilindro o receptáculo en vez del pergamino que se encuentra adentro; esto se debe a que siempre que una persona ve o piensa en la mezuzá tiene en mente la caja que lo contiene, dado que el pergamino en su interior permanece invisible para la gran mayoría de la gente.


La inscripción de las oraciones en el pergamino es llevada a cabo por un escriba ritual especializado, llamado Sofer Stam, que es quien también escribe a mano los rollos de la Torá. En su parte externa, la mezuzá lleva inscritas la palabra "Shadai", uno de los nombres de Dios, que hay quienes interpretan como iniciales de «El que cuida las puertas de Israel».

La mezuzá se fija en la base del tercio superior de la jamba derecha del pórtico principal de la casa, en posición inclinada, como compromiso entre las posturas encontradas de Rashi, según quien la mezuzá debería colocarse en posición vertical, y la de Rabbenu Tam, que sostuvo que debiera posicionarse horizontalmente.

Respecto a las cajas que contienen las mezuzót las hay ostentosas, fruto de finos trabajos de orfebrería y confeccionadas con los materiales varios, y las hay de las más simples, incluso de plástico, siendo ritualmente irrelevante, ya que la única parte importante del arreglo es la mezuzá misma, que va dentro del receptáculo. El receptáculo es meramente un medio para procurar la mayor probidad posible, conservándola incólume e intacta.


En el relato bíblico (Éxodo 12:12-13) Dios les indica a los judíos marcar las jambas de su casa con sangre de un cordero para que, cuando caiga la plaga sobre Egipto, las casas marcadas no sean visitadas por la desgracia. Si bien hay quien propone que esta marca en la puerta está vinculada con la mezuzá, no hay una conexión textual o directa entre una cosa y la otra.

Hay judíos que suelen tocar la mezuzá con la mano al pasar ante ella, tanto a la entrada como a la salida.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #245 en: 26 de Octubre de 2017, 12:12:34 »
2.9.6.- Tipos de Viviendas

El pueblo hebreo, era originalmente Nómada, y vivía en Tiendas. Cuando se asentaron empezando a construir sus viviendas, con los materiales de la zona. Principalmente adobe, y en aquellas zonas más propicias Piedra.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #246 en: 26 de Octubre de 2017, 12:29:05 »
2.9.6.1.- Las tiendas

Por muchos años después que Israel entró a poseer la Tierra Prometida aún vivían en sus tiendas. Al rey David le fue dicho en sus días: "El arca, e Israel, y Judá están debajo de tiendas" (2 Sám. 11:11), lo que indica que la mayoría de las gentes moraban en tiendas.

Cuando el templo fue terminado en Jerusalén, y el pueblo hacía sus peregrinaciones para ir a la celebración de las fiestas del Señor, algunos millares de ellos dormían en tiendas que levantaban en las laderas de las montañas que rodean la ciudad.


La tienda es fabricada con telas de pelo negro. Se llama beit sha'ar, "casa de pelo". Se fabrica con una tela basta, y sirve para proteger a la familia de los vientos fríos del invierno. En el verano, los lados de la tienda se levantan, y sirve entonces como sombra.

La tela de pelo de cabra usada para hacer estas tiendas es porosa, cuando está seca; pero con las primeras lluvias de la estación se aprieta el tejido de manera que se convierte en impermeable.

La tienda oriental es comúnmente de forma oblonga y consta de dos y algunas veces de tres apartamentos divididos por cortinas de pelo de cabra. La entrada conduce al departamento de los hombres, el que también sirve de sala de recepción; mas allá está el departamento de las mujeres y los niños. Algunas veces hay un tercer apartamento para los criados o el ganado.


En el departamento interior, que está encortinado, están las mujeres, no visibles desde la sala de recepción, pero pueden ellas oír todo lo que sucede en esa sala. Así fue como Sara en su departamento oyó lo que el ángel dijo a Abrahán en la sala de recepción (Gen. 18:10-15). Hay casos en que son necesarias tiendas separadas para las mujeres. Se necesitaron varias tiendas para alojar a la gran familia de Jacob. Se hace referencia a la tienda de Jacob, a la tienda de Lea, a la de Raquel y a la tienda de las dos criadas (Gén. 31:33).


El amueblado de una tienda debe incluir sólo lo necesario. El piso se cubre con alfombras, y por la noche se usa la ropa de cama, la que se compone de esteras sobre las cuales se duerme. Los mantos usados durante el día les sirven por la noche de colchas.


Se pueden poner en alrededor de los postes de sacos de grano. Deben encontrarse a la mano en la tienda un molino de mano y el mortero en que se muele el grano. Colgados de los postes estarán los sacos de piel para el agua y demás líquidos. También habrá una cubeta de cuero para sacar el agua del pozo que se encuentra cerca, y un cántaro que usan las mujeres para llevar el agua. Los utensilios de cocina no son muchos, pero incluyen botes, bandejas y vasijas. Con las fuentes para servir se incluirán esteras y platos más grandes, así como tazas para beber. Una lámpara de las primitivas quemando aceite de oliva se usará para iluminar la tienda por las noches. Si la familia tiene la dicha de contar con un camello, entonces se usará la fornitura para sentarse en el interior de la tienda, de la manera como Raquel hizo cuando su padre buscaba sus dioses en su tienda (Gén. 31:34) -Pocas cosas además de las enumeradas arriba se necesitan para la vida sencilla de los moradores de tiendas


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #247 en: 26 de Octubre de 2017, 12:37:08 »
2.9.6.2.- La Casa de Adobe

Las casas de esta época que se han encontrado eran de piedra o bien estaban excavadas en la roca, pero probablemente no eran las únicas, ni siquiera las más comunes. Los estudios sobre la arquitectura doméstica a principios de este siglo en Palestina, indican que existía otra clase de casas: las casas de adobe. Entre los campesinos estas casas eran probablemente las más comunes, aunque no hayan sobrevivido al paso del tiempo.


El adobe es una pieza para construcción hecha de una masa de barro (arcilla y arena) mezclada con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol.


Para evitar que se agriete al secar se añaden a la masa paja, crin de caballo, heno seco, que sirven como armadura. Las dimensiones adecuadas deben ser tales que el albañil pueda manejarlo con una sola mano, normalmente son de proporciones de 1:2 entre el ancho y el largo, variando en su espesor entre 6 y 10 cm, medidas que permiten un adecuado secado. Las proporciones más comunes de encontrar son de 6 x 15 x 30 cm, 10 x 30 x 60 cm, 7 x 20 x 40 cm; esto depende de la región del mundo y sus condiciones.


El agua ablanda el barro seco, por lo que se debe proteger de esta en distintas circunstancias: de aguas de lluvias, infiltraciones por malas instalaciones, inadecuado mantenimiento (al regar exteriores, etc); la protección elemental es hacer aleros de suficiente vuelo hacia la zona desde donde proviene la lluvia y correcta construcción de las fundaciones o cimientos. Se requiere un mantenimiento continuo, que debe hacerse con capas de barro (revoques de barro). No es correcto hacerlo con mortero de cemento, puesto que la capa resultante es poco permeable al vapor de agua y conserva la humedad interior, por lo que se desharía el adobe desde dentro e incluso podría provocas desprendimiento del estuco de mortero de cemento por separación con el muro.


Lo mejor para las paredes externas es la utilización de enlucido con base de cal apagada en pasta, con arcilla o arena, para la primera capa, en la segunda, solamente pasta de cal y arena. Para las internas se puede hacer una mezcla de arcilla, arena y agua, o con revoques de terminación fina de tierra estabilizada con arena, a la que se le pueden agregar impermeabilizantes en el agua de amasado.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #248 en: 26 de Octubre de 2017, 12:52:50 »
2.9.6.3.- Las Casas de Piedra

Las casas de los más ricos eran de piedra y argamasa. Las habitaciones se distribuían alrededor de un patio central. A veces disponían de un piso, la “habitación alta” que se reservaba para los invitados de paso. Esas casas poseían cisternas y baños. También calefacción central, con un sistema de cañerías de agua o aire calientes procedentes de un fogón. En época de Jesús hubo gran influencia de la arquitectura romana, sobre todo entre las clases pudientes.


La argamasa es un tipo de mortero empleado como material de construcción en albañilería, compuesto por una mezcla de cal, arena y agua. El elemento que actúa como conglomerante de la mezcla es la cal, que al secarse adquiere una constitución muy dura, pero menor que la del hormigón. Antiguamente fue muy empleada como mortero para unir piedras o ladrillos en la construcción de murallas y casas. Se tiene constancia del empleo de morteros de cal desde el Neolítico, en el asentamiento de Çatalhöyük (Turquía).


Su consistencia es más elástica que la de los morteros de cemento, pero es menos resistente, por lo que los romanos fueron sustituyendo este material a medida que fueron desarrollando el segundo.


La casa de patio común. Estaba compuesta por diversas viviendas que daban a un mismo patio. Este tipo de vivienda es el más característico de la arquitectura doméstica tradicional en Palestina. El conjunto estaba rodeado por un muro externo y tenía sólo una entrada que daba al patio, alrededor del cual había dos o más viviendas unifamiliares de dos o más habitaciones.


El patio era de uso común, y en el se realizaba todo tipo de tareas domésticas: moler el grano, cocinar, hilar, lavar, etc, y también otra serie de tareas agrícolas o artesanales. Este tipo de casa estaba habitada por miembros de la misma familia, o por familias emparentadas entre sí, porque el patio era común y sólo había una verdadera entrada a la casa. El tamaño de estas casas (entre 200 y 300 m2) indica que las familias que habitaban en ellas tenían una buena situación económica.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #249 en: 26 de Octubre de 2017, 15:38:28 »
2.9.7.- El Shaduf

El cigoñal o shaduf es una máquina simple que, usada a modo de palanca, sirve para subir agua desde un río, canal, depósito o un pozo. Esta agua se emplea para regar o para uso doméstico y de los animales.


El cigoñal se utiliza para sacar agua de un río o pozo, subiéndola hasta el nivel en el que se encuentra la persona que lo utiliza. Se trata de una palanca, conformada por un palo apoyado en un soporte, de modo que uno de sus extremos sea mucho más largo que el otro; en el extremo largo se coloca una cuerda con una vasija, y en el otro un contrapeso. Cuando está correctamente equilibrado, el cigoñal se mantiene en posición horizontal cuando el recipiente está medio lleno.


Para sacar el agua se empuja hacia el pozo el extremo con el recipiente, sujetándolo dentro del agua hasta que está lleno; en ese momento se suelta y el contrapeso lo hace subir con un pequeño empujón.4


Aunque se atribuye al cigoñal un origen egipcio, datándose el inicio de su uso durante el Imperio Nuevo (c. 1550-1070 a. C.), ya figuraba en relieves y sellos cilíndricos de Mesopotamia (datados entre 2500 y 3000 a. C.). También se encuentra representado en Mohenjo-Daro, India (c. 2500 a. C.)


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #250 en: 26 de Octubre de 2017, 15:44:18 »
2.9.8.- Noria de Sangre

La noria de sangre es una máquina compuesta básicamente de dos grandes ruedas, una horizontal que movida por un animal, transmite su giro a otra vertical instalada sobre la boca del pozo, la cual lleva aparejada una cuerda circular con vasijas adosadas que cuelga hasta el fondo del pozo y que con el girar de la rueda eleva el agua hasta la superficie. Sobre su origen se han barajado diversas procedencias (Egipto, Mesopotamia, China, India, Grecia) pero lo que parece estar claro es que la noria de sangre no se comprende sin que previamente haya existido la mecánica helenística. La mecánica griega en el siglo III a.c. poseía ya las bases teóricas y técnicas para construir este tipo de aparatos con ruedas hidráulicas dentadas, además de tener experiencia en el uso de la tracción animal para mover artilugios. 


La construcción de las norias la llevaban a cabo maestros carpinteros. Una vez excavado el pozo el carpintero tomaba las medidas del brocal y teniendo en cuenta la profundidad del pozo se fabricaban utilizando para ello «maderas duras», previamente curadas, de las existentes en los alrededores. El uso de clavos o soportes de hierro era escaso o nulo empleándose cuñas y ensamblajes de madera. Las reparaciones las solían hacer los mismos dueños reponiendo sobre todo las piezas de los engranajes sujetas al desgaste por rozamiento.


La elaboración de la maroma era una tarea comunal en la que intervenían varios vecinos o familiares tal como se hacía en las matanzas o en la trilla. Para ello se hacían guitas con las que se trenzaban sogas de tres ramales, las cuales se unían a su vez en grupos de 4 para formar cabos. Grupos de 4 cabos se trenzaban para constituir finalmente la maroma. Este proceso exigía el trabajo y la pericia de 6 ó 7 hombres que estiraban, manipulaban y trenzaban las cuerdas. Un artilugio simple de madera con cuatro canales (uno por cabo ) en forma de pirámide alargada llamada borrego cerraba el proceso de trenzado juntando los cabos de la maroma.


En cuanto a la fuerza motriz, aunque en alguna época lejana fue ocasionalmente humana, la llevaban a cabo bestias de tiro, básicamente mulos y asnos. Sin embargo también se podían emplear vacas y dromedarios.


Los pozos de noria son alargados, casi siempre rectangulares y como los demás pozos, fuentes, galerías subterráneas y otros sistemas de captación de aguas se localizaban generalmente en las zonas abancaladas que existen junto a las ramblas, buscando las corrientes subterráneas de aguas poco profundas con que abastecer a las fértiles huertas y núcleos de población.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #251 en: 30 de Octubre de 2017, 07:59:48 »
2.10.– LA ALIMENTACIÓN

Tal vez no haya rasgo más característico y vital en la cultura de los pueblos que el relacionado con la alimentación. El pueblo hebreo tenía una alimentación bastante monótona y basada en los productos que les daba la tierra, sin muchos refinamientos. El alimento ordinario de la mayoría de los hebreos de los tiempos bíblicos, era pan, aceitunas, aceite, suero de manteca, y quesos de sus ganados, frutas y verduras de sus huertos y jardines, y carne en raras ocasiones.


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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #252 en: 30 de Octubre de 2017, 08:46:25 »
2.10.1.– La Ley. EL Cashrut

El cashrut (del hebreo "correcto" o "apropiado"; aquello que cumple con los preceptos del cashrut es casher, conocido también por su pronunciación en yídish, kósher) es la parte de los preceptos de la religión judía que trata de lo que los practicantes pueden y no pueden ingerir, basado en los preceptos bíblicos del Levítico 11. Tales reglas, interpretadas y expandidas a lo largo de los siglos, determinan con precisión qué alimentos se consideran puros, es decir, cuáles cumplen con los preceptos de la religión y cuáles no son casher (estos últimos se llaman, en hebreo, trefá).


Alimentos explícitamente prohibidos
La Torá permite el consumo de los animales terrestres que tienen pezuñas hendidas y rumian (estas dos características deben darse al mismo tiempo). El cerdo, la liebre, el tejón, el camello y varios animales más no cumplen ese requisito; por lo tanto, las reglas del cashrut establecen que no se deben consumir las carnes de estos animales.

De los animales acuáticos, está permitido el consumo de los que tienen aletas y escamas (estas dos características deben darse al mismo tiempo). Por lo tanto el consumo de las langostas, camarones, ostras, cangrejos, tiburón y bagre está prohibido.


En las aves, la distinción es menos clara: la Torá provee una lista explícita de aves impuras, sin explicar por qué lo son. Aunque la mayoría son aves de rapiña o carroñeras, de modo que las interpretaciones rabínicas suelen colocar todas las aves de presa y de carroña entre las "no casher". Debido a que la definición del cashrut es menos clara con las aves, se ha generado una larga polémica entre los estudiosos del judaísmo respecto a si las aves provenientes del Nuevo Mundo (p. ej. el pavo) eran casher o no, pues éstas no son mencionadas en la Torá. En el caso del pavo, la mayoría de las opiniones se decantan por considerarla como casher, pero aun así existen opiniones encontradas en algunas corrientes.

Entre los insectos alados, unos pocos están permitidos, como la langosta y el saltamontes, mientras que todo el resto de los insectos voladores están prohibidos. Asimismo lo están roedores, reptiles, anfibios e insectos rastreros.

Hay que notar que la prohibición se extiende a todos los productos derivados de los animales mencionados anteriormente, tales como las vísceras, leche, huevos, etc. Una notable excepción es la miel de abejas, que es considerada ampliamente como casher, mientras que las abejas en sí no lo son. Una explicación común de esto es que la miel es un producto de las flores, aunque las abejas lo almacenen en sus cuerpos y luego en sus panales. También debe considerarse que la miel es explícitamente mencionada varias veces en la Torá como un producto noble, formando parte incluso del nombre poético dado varias veces a Israel: "tierra que mana leche y miel". Cabe notar que existen opiniones afirmando que la miel referida en dicha frase es la miel de higos o dátiles, y no la miel de abeja.

Shejitá
Las reglas del cashrut establecen también que los animales permitidos deben ser muertos de cierta manera para ser consumibles. Los animales que han muerto por causas naturales, con enfermedades o defectos en sus órganos internos, están prohibidos.

Los mamíferos y las aves kosher son faenados en un procedimiento especial llamado shejitá, en el cual la garganta del animal es rápidamente cortada, en un corte exacto y sin dolor con un cuchillo perfectamente filoso y liso (llamado jalaf) por un shojet - altamente entrenado. No es raro que el shojet y el rabino sean la misma persona.


Un animal que muere o es matado por cualquier otro medio no es kosher. También se prohíbe terminantemente comer la carne arrancada del animal mientras que está vivo (esta prohibición es una de Siete leyes universales de Noé.


Los peces no requieren shejitá.

Desangramiento
La Torá prohíbe explícitamente el consumo de sangre, de modo que los animales y sus carnes deben ser desangrados totalmente antes de ser consumidos, salándolos. Los peces están exentos de esta regla.

La prohibición se extiende a otros alimentos: una mancha de sangre en un huevo lo convierte en no casher o taref.

Grasas y órganos prohibidos
Ciertas partes de los animales considerados como casher están prohibidos, en particular, las grasas que se encuentran alrededor de los órganos vitales y del hígado, así como el nervio ciático. En algunas comunidades judías solamente se consumen los cuartos delanteros de los animales para evitar que se trate de carne o grasas que no son kosher.

Utensilios
Los utensilios de cocina son también considerados dentro de las reglas del cashrut. Como se mencionó anteriormente, el contacto de cierta clase de alimento (ya sea lácteo o cárnico) con los platos, cucharas, vasos, sartenes, etc., los convierte en exclusivos para la clase de alimento que los toque. Cualquier utensilio (por ejemplo, para carnes) que llegue a entrar en contacto con la otra clase (los lácteos), se convierte en no casher e inapto para servir a la cocina.

Los observantes de la norma casher deben tener mucho cuidado para evitar que ambas clases de utensilios se arruinen mutuamente, incluso en el instante de lavarlos.

Productos de la vid
El proceso de elaboración del vino debe ser llevado a cabo en su totalidad por judíos. Empezando por el viñedo, éste tiene que tener, al menos, cuatro años y las cepas crecer solas. Cada siete años, el suelo debe reposar, aunque si el viñedo cambia de propietario en este periodo se puede omitir este requerimiento. Se debe realizar el último abonado orgánico dos meses antes de la vendimia.

Las uvas deben ser cuidadosamente recogidas y transportadas, pues deben llegar enteras, sanas y bien maduras. Sólo un judío puede tocar y prensar la uva para transformarla en mosto de vino y la maquinaria u objetos que entren en contacto en la elaboración del vino, habrán sido anteriormente limpiados bajo la vigilancia de un rabino.


El uso de la sal
La carne para ser considerada Casher no debe contener sangre, por lo cual pasa por un proceso de salado y lavado para ser apta para el uso.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #253 en: 30 de Octubre de 2017, 09:20:11 »
2.10.2.– Comer y Beber

Pan y Cereales
Como regla general, aquellos judíos se alimentaban en forma modesta. El pan constituía el elemento esencial de la mesa. En hebreo "comer pan" significaba "hacer una comida"; exactamente como en la Ilíada o en la Odisea, para decir "un hombre" Homero dice "un comedor de pan".

Nos encontramos así ante un producto básico que debía ser tratado con respeto: estaba prohibido poner carne cruda encima del pan, colocar una jarra sobre él o acercarle un plato caliente; tampoco podían tirarse sus migas, las que debían ser recogidas con esmero. El pan no era cortado sino partido con las manos.


Los cereales se usaban también de otras maneras. Los granos de trigo tostados sobre los cuales muchas veces se habla en la Biblia y usuales en las guerras o durante viajes prolongados, constituían también un aderezo para las carnes. Triturados en forma gruesa, daban una sémola que servía para hacer una papilla que se parecía a la vez al "pulens" romano (antecedente de la polenta), al cuscus de los moros (argelinos y marroquíes) y al "gaudes" de los francos (Francia).

Se hacían grandes tortas de flor de harina, bien amasadas con aceite y perfumadas con hierbabuena, comino, canela y también con langostas. Además se preparaban buñuelos de harina y miel fritos en sartenes, al estilo de los que actualmente se sirven en todo el Medio Oriente. En la comidas de lujo daban a esas pastelerías formas pintorescas de animales o de palacios, según una técnica que los hebreos aprendieron en Egipto -una pintura en la tumba de Ramses II muestra a pasteleros realizando esos trabajos- y se combinaban con el uso de bombones de miel aromatizados con rosas, jazmines o alfóncigos, los mismos que actualmente se conocen como "lukums"

Leche y Productos Lácteos
La leche de vaca era un producto raro y menos apreciado que la de oveja o de cabra, pues tenía tendencia a cuajarse con mayor rapidez. Sin embargo, los judíos de aquella época sabían batir la leche hasta obtener manteca, como decía el Libro de los Proverbios, sacudiéndola en forma constante dentro de un odre colgado de un trípode de madera. También producían queso, y el "Valle de los Queseros", en Jerusalén, quizás deba su nombre al antiguo lugar del mercado donde se vendían esos productos.

Miel
La miel era de uso aún más corriente. A decir verdad era indispensable, puesto que todavía no sabían extraer el azúcar de la caña. Palestina producía mucha miel, tanta que hasta se había convertido en un producto de exportación. Pero no sólo se consumía miel de abeja, silvestre o doméstica, sino que se daba el mismo nombre a la extraída de las uvas y de los dátiles. El "zumo de los panales", es decir la miel virgen que corre sin que se opriman esos mismos panales, era la golosina preferida por los niños.

Huevos
Los habitantes de aquella antigua Palestina comían muy pocos huevos. En el Nuevo Testamento, sólo San Lucas pone esa palabra en boca de Jesús, cosa que no hace San Mateo. Pero como es sabido, Lucas era de la diáspora y no de Palestina, y las aves de corral fueron introducidas en la región recién después del Exilio, y los huevos de gallina, que ya los romanos sabían preparar de distintas maneras, sólo aparecieron sobre las mesas de los ricos.

Legumbres
Las legumbres ocupaban un lugar destacado en la alimentación popular. En primer lugar las habas y las lentejas, los muy apreciados pepinos, las cebollas procedentes de Egipto, la lechuga y la escarola eran todos productos muy apreciados. En cambio, la carne se consumía en escasas cantidades, pues era un alimento de lujo que sólo los ricos podían probar, tanto por ostentación como por gusto. Entre los más humildes apenas si se mataba un animal para ser comido en las fiestas familiares, y en ese caso el ternero gordo, el proverbial "ternero gordo" de la parábola del hijo pródigo, era particularmente apreciado, aunque la gente se contentaba con un cabrito o con un cordero.

Carne
En general, asaban la carne sobre un fuego de leña, como el "mechui" de los árabes, pero también preparaban guisados de borrego con lentejas.

A falta de pollos, los palomos eran baratos y los animales de caza eran codiciados. Desde Salomón hasta Herodes todos lo reyes fueron grandes consumidores de ciervos y gacelas, pero para nada despreciaban perdices y codornices, y el pavo real, llegado de la India, era uno de los manjares más codiciados.


Pescado
Pero mucho más que de carne, el pueblo se alimentaba de pescado. Pan y pescado eran los alimentos más comunes; una frase de Jesús así lo demuestra : "Pues quién de vosotros es el que, si su hijo le pide pan, le da una piedra, o, si pide un pez, le da una serpiente". El día de la multiplicación de los panes, la única vitualla que los discípulos encuentran entre los concurrentes es pescado, "siete pescados", y es muy probable que se hubiese tratado de piezas secadas al sol.


Resucitado, y para demostrar ante los suyos que no era un fantasma, el Cristo comió con ellos pescados asados sobre leñas. El tratado de "Barakoth" asegura que el pescado hace al hombre fecundo. El lago Genesaret era muy abundante en peces y también se practicaban capturas en las costas del Mediterráneo. Como se trataba de un producto que se pudría muy pronto, mucho antes que otros comestibles frescos, el pescado era secado al sol.

A orillas del lago, Magdala vendía "muries", una conserva de pescado muy requerida hasta en la misma Roma. Parece que el consumo de pescado era tan grande, que había que importarlo; y el tratado "Sabbat" se refiere a los arenques secos y al "atún de España", los que no podían ser desalados en agua caliente el día del reposo sagrado.

Insectos
Uno de los alimentos más sorprendentes de la época era la langosta. Juan Bautista se alimentó en el desierto con "langostas y miel silvestre". El tratado "Taanith" llega a pretender que había ochocientas especies de langostas comestibles, todas pertenecientes a la especie de la langosta peregrina, pero evita enumerarlas. En todo caso, cuatro eran de uso corriente; a veces las comían cocidas rápidamente en agua y sal, y así preparadas tenían un gusto parecido al del langostino; otras veces les quitaban la cabeza y las patas y las hacían secar al sol, tras lo cual las encurtían en vinagre o miel, o las reducían a polvo. Ese polvo de langostas, de sabor algo amargo, mezclado con flor de harina, servía para hacer unas galletas muy apreciadas, algo parecidas a lo que en la cocina china se llama "pan de langostinos".

Aceite
Toda esa elaboración culinaria se hacía con aceite, pues la manteca era muy cara y de uso excepcional. La producción de olivos era de tal magnitud que se exportaba hacia otras latitudes y alcanzaba para la elaboración de grandes cantidades de aceite. Las aceitunas se comían conservadas en sal, casi como en nuestros días, y muy a menudo se utilizaban para la obtención de aceites caseros. El primer aceite que se extraía de la muela de piedra o madera, es decir el virgen, se reservaba para los usos litúrgicos y para la pastelería muy fina. Por lo demás, el aceite de oliva no sólo era imprescindible en la cocina y en el culto sino que se le atribuian facultades medicinales. No es de extrañar entonces que por lo menos en treinta de sus pasajes el Libro Sagrado haga del aceite de oliva el símbolo de la fuerza y la salud.

Frutas
Por último, las frutas ocupaban un lugar importante en la alimentación. Los melones, los higos, las uvas, las granadas y las bayas de sicómoro figuraban a menudo en las mesas. A lo largo de los cercos se recogían moras y los dátiles, sobre todo los de Jericó eran muy apreciados. Secábanse algunas frutas, seguramente los higos, y quizás los damascos para elaborar una especie de pan - la expresión "pan de higos" se lee muchas veces en la Biblia- como la que todavía se hace en Turquía. Las frutas secas de Palestina eran muy codiciadas en los mercados de Roma.


Aderezos y condimentos,
 Ha sido muy difícil recopilar datos sobre las prácticas y técnicas culinarias de la Palestina en los tiempos de Jesús. Se han hallado recetas de cocina de amas de casa hititas y egipcias pero no quedó memoria de cocinero profesional alguno. Aparte de la carnes asadas en espetón y de los guisados con el estilo aquél por el cual Esaú vendió su derecho de primogenitura, y gracias justamente a algunas de esas antiquísimas recetas domésticas de hititas y egipcias, se conocen los "cochifritos a la moda de Ascalón", es decir, a la escaloña, un plato consistente en pescados rellenos salteados con salsa de miel y vino.

Lo cierto es que los palestinos gustaban de comidas fuertemente aderezadas. Servían sal en los platos, procedente ésta de Sodoma, ubicada al sudeste del Mar Muerto. También utilizaban mostaza, alcaparras, comino, ruda, azafrán, coriandro, hierbabuena, eneldo, "jeezer" (una variedad de romero silvestre) y naturalmente cebollas, ajos y echalotes. La pimienta era escasa y cara y llegaba de la India en lentas y arriesgadas caravanas de mercaderes; el cinamono o casia olorosa de la que habla el Apocalipsis, era la canela, procedente de Ceylan y China.

También regía una severa lista de interdicciones alimentarias cuyas violaciones eran consideradas como graves pecados: la prohibición, cuatro veces repetida, de comer carne de cerdo era categórica; la liebre también figuraba en la lista de animales impuros y los rabinos no se ponían de acuerdo respecto de la carne de camella, cuya leche proscribían algunos por considerarla impura. Pero sobre todo estaba estrictamente prohibido comer cualquier carne de animal que no hubiese sido desangrado, porque dicen las normas religiosas que "el alma de la carne está en la sangre" (este último forma parte de los principios básicos de la dieta "kasher" que aún en la actualidad observa una parte importante de la comunidad judía).

Bebidas
Había otro terreno sobre el cual la normativa religiosa que imperaba en la antigua Palestina tenía mucho que decir. Ese era el terreno de las bebidas.

Existían varios tipos de refrescos y licores además del agua pura. La leche, el vinagre cortado con agua, que no era otra cosa que la "posca" de los romanos, los jugos de frutas, como de dátiles y granadas más o menos fermentados; la "schechar", una especie de cerveza ligera a base de cebada y mijo parecida a la "cervisia" de los latinos. Pero todos esos líquidos nada valían comparados con el vino, la bebida por excelencia.


Nadie ponía en duda el carácter religioso del vino, pues todo el mundo sabía que fue el mismo dios quien reveló los secretos de su fabricación a Noé. Palestina se jactaba de producir mucho vino y de una calidad excelente, y el libro de los Proverbios declara que debe servírsele vino "al que tiene el alma llena de amargura". La viña llegó a ser el símbolo de Israel de la misma forma que podía verse un sarmiento de oro en el Templo, y por eso se trataba de una bebida sujeta a prescripciones rituales: tenía que ser "kasher" como la carne y eso significaba que sólo manos judías podían trabajar en su elaboración. Jesús, al compararse con la cepa de la vid, al consagrar el vino hasta decir "es mi sangre", muestra que es un hijo de Israel y que permanece fiel a la tradición de su pueblo.

El vino que se bebía era tinto. Ese color aparece mencionado varias veces en el Antiguo Testamento, donde nunca se habla del blanco ni del rosado. Unos caldos eran de mejor calidad que otros, y el Evangelio, al referir el milagro de las bodas Caná, dice que el mejor vino se servía al principio de la comida y el de menor calidad al final, cuando los comensales ya habían bebido mucho.

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Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #254 en: 31 de Octubre de 2017, 08:14:09 »
2.10.3.– El Pan

El pan era la comida básica. Era tratado con gran respeto y existían muchas reglas al respecto. Cualquier miga de aproximadamente el tamaño de una aceituna debía conservarse. En algunos lugares se tiene tanta reverencia hacia él, que si están partiendo el pan juntos, no se levantan a saludar a un huésped hasta terminar de partirlo. Nunca se cortaba, se rompía o quebraba. Durante la Pascua el pan debía ser ácimo, sin levadura.

 

Los pobres comían pan de cebada; los ricos, pan de trigo. El grano se molía entre dos muelas de piedra, tarea que casi siempre estaba a cargo de las mujeres. Amasaban en la artesa, artefacto que ya fue reconocido en el libro del Exodo, y luego le ponían levadura para que la pasta aumentase, salvo cuando había que hacer pan ácimo destinado a la Pascua. Era importante usar levadura fresca y no ácida o corrompida "como la levadura de los fariseos ", diría Jesús.

 

Para que levantara el pan de cebada utilizaban una levadura de mijo y de cebada virulenta, pero para el buen pan de trigo, "un higo" de levadura de trigo bastaba, para que, durante la noche, la pasta fermentase y llenase la pileta donde había sido depositada. Por lo general le daban al pan una forma circular, tanto que solía pedirse como un "redondel". Por último, lo ponían en el horno -en el horno familiar del cual habla el Levítico- directamente sobre las brasas, cuidando que no quedase ni demasiado cocido ni demasiado crudo. Pero como a pesar de los cuidados el pan enmohecía pronto, especialmente en verano, tenían que hacerlo cada dos o tres días.


El método más primitivo para cocer el pan era el de poner los panes sobre piedras calientes. Un ejemplo escritural de esto es la experiencia de Elías (1 Reyes 19:6) "He aquí' asa cabecera una torta cocida sobre las ascuas".

 

Otro método sencillo de cocerlo, es cavar en la tierra un hoyo de un metro y medio de profundidad, y de un metro de diámetro. Después de calentar esta especie de horno, la masa se extiende hasta quedar del grueso de un centímetro, entonces se golpea sobre las paredes del horno donde instantáneamente se cuece.

 

Algunas veces se usa como horno un gran cántaro de piedra. En el fondo de éste se hace un fuego entre algunos pedernales, los cuales retienen el calor. La masa se pone sobre ellos y rápidamente se cuece. Otras veces la masa se extiende hasta quedar muy delgada poniéndose en la parte exterior del cántaro caliente donde se cuece. Piensan muchas personas que fue este horno-cántaro al que se - -en Lev. 2:4, donde dos clases de pan sin levadura tenían que cocerse Los panes de harina fina sc cocían dentro del horno-cántaro, y obleas se cocían sobre el exterior de él.

 

Con frecuencia y en la actualidad, como en los días de las das Escrituras, el pan se cocía ya en horno semi-público, o en horno de un panadero público. Hay pueblos que tienen varios de tos hornos. El tipo de estos hornos consiste en un tubo grande tierra, de como un metro de diámetro, y de uno y medio de largo Se hunde en la tierra en medio de la barraca. Las mujeres se turna para cocer su pan. El combustible se arroja dentro del tubo, y cuan do éste se calienta con el fuego, y oleadas de humo y lenguas de fuego salen del pozo, la barraca, sin chimenea, principia a aparecer como un cráter activo. Malaquías debe haber visto un horno semejante, cuando escribió las siguientes palabras, "He aquí, Viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los hacen maldad, serán estopa" (Mal. 4:1).

Otro tipo de horno oriental es una bóveda larga hecha de piedra parecida a una media caldera de ferrocarril con pavimento de piedra, hacia la mitad, y una tira larga y angosta a cada lado para leña. Todas las noches se saca la ceniza, y con mucha frecuencia los niños de las familias pobres traen un pedazo de hojalata, para llevar en ella a su casa algunas de las brazas del fuego con las que encienden la lumbre en su casa para hacer la cena. Oseas hace mención de "horno encendido por el hornero" (Oseas 7:4) - Esto indica que algunas gentes traen su pan al hornero para que se los cueza. La ciudad de Jerusalén tenía su calle de los panaderos en tiempo de Jeremías (Jer. 37:21).

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