Autor Tema: Documentación para el Belén  (Leído 292871 veces)

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #135 en: 12 de Septiembre de 2017, 08:56:25 »
2.6.14.–  Recaudadores y Publicanos

Estos eran agentes de aduana o recaudadores de impuestos. En aquel tiempo no eran funcionarios del Estado, sino comerciantes que adquirían del Estado, en arriendo, el derecho a la recaudación de impuestos. Para ello pagaban determinada suma de dinero al erario público, quedándose con todo lo que podían sacar por encima de esa suma.

Entre ellos se distinguían dos clases:
Los jefes del sistema de recaudación de impuestos: Eran gente rica, generalmente jefes de las familias de la alta sociedad de Jerusalén, algunos de ellos miembros del Sanedrín (ancianos o senadores del pueblo).

 

Los judíos tenían que pagar a los romanos unos impuestos directos y otros indirectos. Estos grandes arrendatarios de aduanas se responsabilizaban del pago de estos impuestos, luego se reembolsaban esas cantidades con creces, en ete cobro están respaldados por los romanos.

Arrendaban muchos puestos aduaneros, para cada puesto aduanero señalaban un canon de arriendo que era preciso entregar. Los ingresos superiores a éste canon se los quedaba el arrendatario como ganancia personal, llevando esto a la explotación y la estafa.

Los cobradores locales a quienes se les llamaba publicanos.
La mayor parte de los que hacían este trabajo eran pobres o esclavos empleados por una agencia de recaudación de algún gran arrendatario, a su vez los despedían al menor problema.

 

Palestina sufría un sistema de impuestos verdaderamente opresivo, había que pagar derechos de aduana y de peaje a la entrada de los pueblos, en los puentes, los vados, los cruces de caminos. El hostigamiento de los publicanos era molesto y también muy costoso, pues los recaudadores tenían que exigir una cantidad superior a la tarifa oficial si querían ganarse la vida.

 

Es de notar también que el pueblo no conocía con certeza la ley romana de impuestos, y tampoco se atrevía a reclamar, ya que los recaudadores estaban apoyados.

A los ojos de todo sacerdote y fariseo, el publicano era un pecador, pues su profesión era considerada "contaminante" o "impura" por los escribas o doctores de la ley. Para los judíos el único impuesto legítimo es el que se pagaba al Templo, por tanto estos publicanos que cobraban para los romanos, eran también despreciados por la comunidad.

Los publicanos jamás eran invitados a comer, no los trataban, estaban despojados de sus derechos civiles: no podían ser jueces, ni siquiera testigos de un proceso, mucho menos pertenecer a una comunidad de fariseos. Eran, pues, gente tomada como pecador, marginados, mal pagados y con frecuencia maltratados.

Mi versión Playmobil

 

Regresar al índice


Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #136 en: 12 de Septiembre de 2017, 09:11:58 »
2.6.14.1.– Impuestos

Bajo el mandato de Herodes el Grande los impuestos eran exigidos inexorablemente. Este rey debido a sus cuantiosos gastos, necesitaba continuamente más medios. El historiador judío Josefo nos dice: “Como gastaba más de lo que le permitían sus recursos, tenía que mostrarse duro con sus súbditos imponiéndole pesados tributos”. También es verdad que Herodes se preocupaba del desarrollo, de la seguridad y de la civilización de su pueblo, lo cual hacia que se acrecentara la capacidad económica del país. Así creó una seguridad, instalando fortaleza, puestos de control y patrullas por todo el país, para evitarlos posibles ataques de los pueblos vecinos y los atracadores de los caminos. El desarrollo económico mediante la construcción de ciudades y puertos (v. y g. Cesárea), fomentando los oficios y el comercio y como no  nombrar la construcción del Templo de Jerusalén que tenía el solo empleados a  una multitud de obreros (Según Josefo: 10.000 obreros laicos y 1.000 sacerdotes adiestrados. Al terminal las obras se calcula que se quedaron sin empleo 18.000 trabajadores).

 

A la muerte de Herodes, nos dice Josefo, que había dejado tras de sí un pueblo totalmente empobrecido, con la moral desquebrajada e impasible a toda desgracia.

Su sucesor en el trono Arquéalo, hijo del anterior, no trato mejor a su pueblo; por lo que fue depuesto y desterrado en el año 6 d. de C. Por el emperador Augusto a causa de su crueldad. Y sus bienes fueron confiscados.

 

Durante la gobernación directa de Roma las cargas fiscales permanecieron probablemente las mismas. Tacito nos cuenta que, en el año 17 d. de C. Las provincias de Siria y Judea pidieron una reducción de tributos, ya que estas resultaban muy onerosas. Y no es que pagaran más que el resto de La provincias, simplemente es que eran de las provincias más pobres.  Hemos de señalar que para los romanos, las provincias conquistadas eran consideradas como despensas.

A todo esto había que añadir la corrupción, que se extendía hasta los puestos más altos, mediante regalos y sobornos que había que dar  desde los soldados a las autoridades

Por lo tanto los campesinos tenían que pagar elevados impuestos al rey pero no solamente a este sino que también debían pagar ciertos impuestos al Templo.

Así, existían impuestos gubernamentales a la tierra y a otros bienes. El impuesto a la tierra equivalía aproximadamente a una cuarta o quinta parte de lo que ésta produjera. Parte de los impuestos gubernamentales se cobraba mediante recaudadores, llamados publícanos, que a su vez solían contratar en cada pueblo a subalternos que conocían el lugar y sus habitantes y a quienes por tanto, era difícil engañar.

 

Cada recaudador tenía que entregar una cierta suma o cuota a la tesorería imperial, pero a su criterio (o a su codicia) quedaba el determinar cómo cobrarla y cuánto más cobrar para embolsárselo. Eran frecuentes la extorsión y el fraude, y es comprensible, por lo tanto, que los aldeanos desconfiaran de los recaudadores subalternos y les tuvieran temor; siendo constantemente denunciados por ladrones y pecadores.
 
Aunque los impuestos gubernamentales no eran mayores que en otras provincias del Imperio Romano, se volvían muy onerosos cuando se les añadían los impuestos del Templo, que eran "donativos" obligatorios calculados como una décima parte (o diezmo) de las cosechas. También tenían que "donar" los primeros frutos (o primicias) de las cosechas y del ganado, esto último a fin de proveer animales para los sacrificios rituales.. Además existía el segundo diezmo, el cual no se entregaba, sino que era consumido privadamente, pero había que hacerlo inexorablemente en Jerusalén. Y los varones adultos tenían a su vez que pagar al Templo un impuesto anual de medio siclo

 

Si los judíos tenían que pagar todos estos impuestos, es comprensible que difícilmente les quedaba algo más que lo imprescindible para subsistir. Y más si se le añadía el año sabático.

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #137 en: 12 de Septiembre de 2017, 09:21:30 »
2.6.15.– Pueblo

Era la clase social inferior, la plebe, compuesta fundamentalmente por habitantes del campo, muchas veces descendientes de extranjeros, que no conocían la Ley más que en lo fundamental y ni siquiera eso cumplían.

 

Pertenecían a este grupo los comerciantes y los hospederos, los pequeños artesanos, herreros, carpinteros, albañiles, los campesinos con tierras, que apenas les proporcionaban lo suficiente para sobrevivir. Los jornaleros o trabajadores por cuenta ajena, muy a menudo, en paro. Los trabajadores impuros (carniceros, pastores, curtidores, médicos...). Era la gran masa del país.

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #138 en: 14 de Septiembre de 2017, 07:57:47 »
2.6.16.– La Mujer

La mujer no tenía los mismos derechos civiles ni religiosos que el hombre. Una mujer dependía totalmente de su padre hasta la edad de 12 años. A esta edad, se celebraban normalmente los desposorios, y un año después tenía lugar el matrimonio. A partir de entonces la mujer pasaba a depender totalmente del marido. Éste podía divorciarse; la mujer, no. En el templo, la mujer no podía pasar del atrio reservado a los gentiles y a las mujeres. En el culto de la sinagoga no jugaba papel alguno. Solamente se limitaba a escuchar. En los juicios su testimonio no valía. En resumen, la mujer estaba considerada como menor de edad y una posesión del hombre.

 

Cuando la mujer judía salía de su casa, no importaba para qué, tenía que llevar siempre la cara cubierta con un tocado que comprendía dos velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente, con cintas colgantes hasta la barbilla, y una malla de cordones y nudos. De este modo no se podían conocer los rasgos de su rostro. La mujer que de este modo salía de su casa sin llevar la cabeza cubierta ofendía hasta tal punto las “buenas costumbres” que su marido tenía el derecho y, según los doctores de la ley, hasta el deber de despedirla, sin estar obligado a pagarle la suma estipulada para el caso de divorcio. Y sobre esto hay que decir que había mujeres tan estrictas también, que tampoco se descubrían en su propia casa. Sólo el día de la boda, y si la mujer era virgen y no viuda, aparecía en el cortejo con la cabeza al descubierto.

Ni que decir tiene que las israelitas, sobre todo las de las ciudades, debían de pasar inadvertidas en público. Las reglas “judaicas” que se seguían entonces mantenían que era preferible no hablar con las mujeres en público para el bien del alma. Estas reglas de “buena educación” prohibían, incluso, encontrarse a solas con una hebrea, y mirar a una casada, o saludarla. Era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle. Aquella rigidez llegaba a tal extremo que la judía que se entretenía con todo el mundo en la calle o que hilaba a la puerta de su casa podía ser repudiada, sin recibir el pago estipulado en el contrato matrimonial.

 

Pero en verdad no hay que generalizar. También había excepciones. Estas reglas eran tenidas muy en cuenta sólo entre los grupos más puritanos, especialmente los fariseos. La verdad es que dos veces al año, el 15 de ab y el día de la expiación, había danzas en las viñas de los campos, y las muchachas se hacían valer ante los jóvenes. Sobre todo estas prescripciones afectaban a las familias acomodadas, donde la mujer sí que podía llevar una vida retirada, pero no en las familias populares, donde razones económicas lo impedían: la mujer tiene que ayudar a su marido muchas veces en el trabajo. Además, en el campo reinaban relaciones más libres y sanas que en las grandes ciudades, donde las maneras y las costumbres eran algo a lo que se daba más importancia. En los pueblos la mujer va a la fuente a por agua, se une al trabajo de los hombres en el campo, vende productos de la cosecha, sirve en la mesa, etc. Tampoco se llevaba tan rigurosamente la costumbre de taparse la cabeza en el campo.

La situación de la mujer en la casa no se veía modificada, en relación a esta conducta pública. Las hijas, por ejemplo, debían ceder siempre los primeros puestos, e incluso el paso por las puertas, a los muchachos. Su formación se limitaba estrictamente a las labores domésticas, así como a coser y tejer. Cuidaban de los hermanos más pequeños y, respecto del padre, tenían la obligación de alimentarlo, darle de beber, vestirlo, cubrirlo, sacarlo y meterlo cuando era anciano, y lavarle la cara, las manos y los pies. Sus derechos, en lo que se refiere a la herencia, no era el mismo que el de los varones. Los hijos y sus descendientes precedían a las hijas.

La patria potestad era muy grande respecto a las hijas menores antes de su boda. Se hallaban en poder de su padre. La sociedad judía de aquel tiempo distinguía tres edades: la menor (qatannah, hasta la edad de doce años y un día), la joven (na’arah, entre los doce y los doce años y medio), y la mayor (bôgeret, después de los doce años y medio). Hasta esta última edad, el cabeza de la familia tenía toda la potestad, a no ser que la joven estuviese ya prometida o separada. Según este código social las hijas no tenían derecho a poseer absolutamente nada: ni el fruto de su trabajo ni lo que pudiese encontrar, por ejemplo, en la calle. Todo era del padre.

 

La hija, hasta los doce años y medio, no podía rechazar un matrimonio impuesto por el padre. El padre podía vender a su hija como esclava, siempre que no hubiera cumplido los doce años. Los esponsales solían celebrarse muy temprano. Al año de ser mayor, la hija celebraba la boda, pasando entonces de la potestad del padre a la del marido. Y realmente, no se sabía qué podía ser peor. Después del contrato de compa-venta, pues eso era en el fondo la ceremonia de esponsales y matrimonio, la mujer pasaba a vivir a la casa del esposo. Esto, generalmente, significaba una nueva carga, amén del enfrentamiento con otra familia extraña a la recién llegada, a la que casi siempre se manifestaba una abierta hostilidad.


A decir verdad, la diferencia entre la esposa y la esclava o una concubina era que aquella disponía de un contrato matrimonial y las últimas no. A cambio de muy pocos derechos, la esposa se encontraba cargada de deberes: tenía que moler el grano, coser, lavar, cocinar, amamantar a los niños, hacer la cama del marido y, en compensación por su sustento, hilar y tejer. Otros añadían incluso a estas obligaciones las de lavar la cara, manos y pies, y preparar la copa del marido. El poder del marido y del padre llegaba al extremo de que, en caso de peligro de muerte, había que salvar antes al marido. Al estar permitida la poligamia, la esposa tenía que soportar la presencia y las constantes afrentas de o de las concubinas. Pero la poligamia sólo podía ser asumida por la gente pudiente y no era habitual. En cuanto al divorcio, que estaba admitido según la Ley mosaica, el derecho estaba única y exclusivamente de parte del marido. Sólo él podía iniciar el trámite. Esto daba lugar, lógicamente, a constantes abusos.

Naturalmente, dentro de estos límites, la situación de la mujer variaba según los casos particulares. Había dos factores que tenían especial importancia: por una parte, la mujer encontraba apoyo en sus parientes de sangre, especialmente en sus hermanos, lo cual era capital para su vida conyugal; por otra parte, el tener niños, especialmente varones, era muy importante para la mujer. La carencia de hijos era considerada como una gran desgracia, incluso como un castigo divino. La mujer, al ser madre de un hijo, era considerada: había dado a su marido el regalo más precioso.

 

La mujer viuda quedaba también en algunas ocasiones vinculada a su marido: cuando éste moría sin hijos. En este caso debía esperar, sin poder intervenir en nada ella misma, que el hermano o los hermanos de su difunto marido contrajesen con ella matrimonio levirático o manifestasen su negativa, sin la cual no podía ella volver a casarse.

Por supuesto, desde el punto de vista religioso, la mujer israelita tampoco estaba equiparada con el hombre. Se veía sometida a todas las prescripciones de la Torá y al rigor de las leyes civiles y penales, incluida la pena de muerte, no teniendo acceso, en cambio, a ningún tipo de enseñanza religiosa. Una sentencia del Rabí Eliezer, por ejemplo, decía que “quien enseña la Torá a su hija, le enseña el libertinaje”, y otra decía: “Vale más quemar la Torá que transmitirla a las mujeres”. La mujer no estaba obligada a ir en peregrinación a Jerusalén por las fiestas de Pascua, Pentecostés y los Tabernáculos, habitar en las tiendas en la fiesta y agitar los lûlab, hacer sonar el sopar el día de Año Nuevo, leer el libro de Ester (magillah) en la fiesta de los Purim, recitar cada día el semá, etc. De las dos partes de la sinagoga, sabbateion y andron, la primera, dedicada al servicio litúrgico, era accesible también a las mujeres; por el contrario, la otra parte, destinada a las lecciones de los escribas, sólo era accesible a los hombres y los muchachos, como ya indica su mismo nombre. Pero esto no se seguía con exactitud, pues en las familias de elevado rango, se daba a las hijas una formación profana, haciéndoles aprender griego.

Los derechos religiosos de las mujeres, lo mismo que los deberes, estaban limitados. Las mujeres sólo podían entrar en el templo al atrio de los gentiles y al de las mujeres; durante los días de la purificación mensual y durante un período de 40 días después del nacimiento de un varón y 80 del de una niña no podían entrar siquiera al atrio de los gentiles. Durante este período se consideraba a las mujeres fuentes de impureza y debían mantenerse alejadas de los lugares de culto. No era usual que las mujeres impusiesen su mano sobre la cabeza de las víctimas para el sacrificio y sacudiesen sus porciones. Las mujeres podían entrar en la parte de la sinagoga utilizada para el culto; pero había unas barreras y un enrejado que separaban el lugar destinado a las mujeres. Más tarde se llegó incluso a construir para ellas una tribuna con una entrada particular. En el servicio litúrgico, las mujeres se limitaban únicamente a escuchar. No podían hacer la lectura porque era rarísimo que supieran leer y mucho menos se esperaba de ellas que pudieran hacer una enseñanza pública.

En la casa, la mujer no era contada en el número de personas invitadas a pronunciar la bendición tras la comida y tampoco tenía el derecho a prestar testimonio en un juicio. Sencillamente, era considerada mentirosa por naturaleza.

Para concluir, era muy significativo que el nacimiento de un varón era motivo de alegría, y el de una niña se veía acompañado de la indiferencia, e incluso de la tristeza. Los escritos rabínicos llegaban a proclamar: “¡Desdichado de aquel cuyos hijos son niñas!”.

 

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #139 en: 14 de Septiembre de 2017, 08:09:45 »
2.6.17.– Esclavos

La esclavitud entre los mismos judíos. Los judíos podían ser alquilados por sus propios hermanos como sirvientes, pero no se les permitía ser "esclavos de cautiverio" (Lev. 25:39, 40). En lo concerniente a uno de esos alquilados como sirviente, el Señor ha dicho: "No te enseñorearás de él con dureza; mas tendrás temor de tu Dios" (Lev. 25:43). Tal esclavitud era de ordinario tenida con los pobres a causa de las deudas que el hombre no podía pagar (Ex. 22:2, 3). Tal esclavo hebreo podía ser redimido por sus parientes en cualquier tiempo (Lev. 25:48, 49). Si no era redimido, era puesto en libertad después de seis años de trabajo y se le enviaba con presentes y ganados y frutos (Deut. 15:12-14). Un esclavo hebreo podía, por amor a su amo, optar no ser puesto en libertad en el año séptimo, y así convertirse en esclavo a su amo por toda su vida. Se observaba la siguiente costumbre en tales casos: "Entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto a la puerta, y será tu siervo para siempre" (Deut. 15:17).


La esclavitud con amos hebreos y esclavos advenedizos. La Mayor parte de estos esclavos eran traídos de los mercados de esclavos extranjeros (Lev. 25:21). Los extranjeros que vivían en la tierra podían llegar a ser esclavos por la misma razón que los hebreos, a través de pobreza o hurto. Tales esclavos eran tratados como propiedad del amo (Lev. 25:45). Hay indicaciones, sin embargo, que algunos de ellos fueron libertados bajo ciertas condiciones, y algunos escritores tienen la opinión que fueron libertados bajo la ley del Jubileo.


Los esclavos y los libertos, estos últimos sobre todo en el período inmediato a su emancipación, no tenían hacienda ni ingresos y quedaban por ello obligados a vivir de la ayuda ajena. Los esclavos judíos se encontraban en las casas judías bajo el amparo de la ley y eran considerados como jornaleros que vendían su trabajo por un período determinado; el año sabático, que se repetía cada siete años, les traía la libertad si su amo era judío. Más grave era la posición de los esclavos paganos, quienes trataban frecuentemente de mejorarla con su conversión al judaísmo, haciéndose prosélitos. A estos no les alcanzaba la protección del año sabático. Sus amos podían aplicarles castigos corporales. No tenían ningún derecho. Pero, en todo caso, el número de esclavos no pudo ser muy grande en Palestina.

Mi versión Playmobil
 

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #140 en: 14 de Septiembre de 2017, 08:18:55 »
2.6.18.– Mendigos

Algunos enfermos, sobre todo de la piel, leprosos y, de afecciones mentales o nerviosas, endemoniados se veían apartados de toda vida social, incluso de la religiosa. Los minusválidos (cojos, ciegos, paralíticos … ), frecuentemente convertidos en mendigos, eran otro tipo de marginados.

 

Un papel especial desempeñaban los mendigos. En su mayoría eran ciegos, tullidos o mutilados, que se veían obligados a la mendicidad. No existía una previsión social de carácter oficial. Si estos individuos no querían representar una carga para su familia, tenían que pedir limosna. En realidad, la familia abusaba a menudo de su situación, ya que la caridad y la limosna eran tenidas en gran estima por los judíos como acciones especialmente meritorias. Un buen puesto de mendigo a las puertas del Templo, en los caminos de los peregrinos o en los lugares de purificación, como en la piscina de Betsaida, o a la salida del canal de Siloé, podía ser muy rentable. Con los mendigos verdaderamente pobres se entremezclaban simuladores, que se hacían pasar por ciegos y tullidos, holgazanes e individuos insociales, que explotaban la caridad especialmente en las festividades religiosas. Los ciegos, los tullidos o los mutilados de verdad se encontraban en una dura situación no sólo económica, sino también religiosa. La ley les prohibía que entraran en el santuario. También los aquejados de lepra figuran en la serie de pobres y excluidos, a quienes se relega a vivir de la caridad. Sobre el telón de fondo de semejantes disposiciones cobran las historias de milagros que se refieren a Jesús todo su aspecto conflictivo: con su curación se les abría a los enfermos el acceso al reino de Dios.

 

Regresar al índice


Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #141 en: 14 de Septiembre de 2017, 08:35:55 »
2.6.19.– Samaritanos

Los samaritanos (en hebreo Shomronim) son un grupo étnico y religioso que se considera descendiente de las doce tribus de Israel. Según la tradición, son descendientes de Manasés y Efraím, hijos de José. En el año 926 a. C., las tribus del norte se rebelaron contra el Rey Roboam, hijo de Salomón. De esta rebelión surgieron dos reinos: el de Israel, en el norte, con su capital en Siquem (hoy Nablús) y el de Judá, en el sur, con su capital en Jerusalén. En el año 875 a. C. el rey de Israel, Omrí, trasladó la capital a Samaria.


Después de los reinados de David y Salomón, el pueblo judío se dividió en dos reinos: Judá o Reino del Sur, con su capital en Jerusalén; e Israel o Reino del Norte, con su capital en Siquem (que más tarde se trasladó a Samaria)… Cada uno de los dos reinos sufrió el exilio en distintas ocasiones: Judá a manos de Babilonia; e Israel a manos de Siria… la diferencia entre ambos es que los habitantes de Judá lograron restablecerse sin mezclarse con otras razas, mientras Israel se unió con otros pueblos al regresar del exilio….  La Biblia cuenta que el pueblo original marchó al exilio(en realidad sólo la elite intelectual) y fue reemplazado por gente foránea a quien se le dio cierta instrucción religiosa similar a la judía. Aunque el pueblo samaritano, originado con esta mezcla, reconocía la Torá, fue despreciado por el pueblo judío. En realidad sólo la élite eclesiastica e intelectual sufrió el exilio asirio, al sustraerse del pueblo a los depositarios del saber más ortodoxo,este generó liderazgos con una tradición judaica pero distinguida de la ortodoxia reemplazada, lo que fue explicado por las élites desarraigadas como una mezcla ilegítima.


Los habitantes de Judá, quienes dejaron de considerar a los samaritanos como judíos auténticos… De igual manera, los samaritanos dejaron de considerar obligatorio el culto en el Templo de Jerusalén, dando culto a Dios en el monte Garizim… Los samaritanos creen en Yahvé como único Dios… consideraban a Moisés como el profeta por excelencia y observaban la Ley de la Toráh… pero no reconocían el Talmud (tradición oral judía), ni los Profetas (Nevi’im), ni los libros escritos (Ketuvim)…


En tiempos de Jesús, las relaciones entre judíos y samaritanos eran tensas y conflictivas, llegando hasta el odio y la intolerancia en muchas ocasiones. De hecho el todo aquello que pasaba por tierras samaritanas se consideraba impuro, y no podía presentarse como ofrenda en el templo. Los judíos de Galilea cuando peregrinaban a Jerusalén evitaban Samaria.


Mi versión Playmobil
 

Regresar al índice


Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #142 en: 15 de Septiembre de 2017, 08:04:34 »
2.7.– OFICIOS Y PROFESIONES

En el apartado anterior ya hemos descrito algunos oficios, entre ellos Sacerdotes y Publicanos , que consideramos como clases sociales. En este apartado presentaremos los demás oficios.

 

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #143 en: 15 de Septiembre de 2017, 09:13:01 »
2.7.1.- Agricultura 

La base económica de Israel fue siempre la agricultura y la ganadería, aunque las condiciones del suelo y el clima hacían penosa y difícil la vida del agricultor. Gran parte de la tierra era desértica y rocosa y no podía cultivarse. Cuando los israelitas se asentaron por primera vez en la tierra prometida, a cada familia se le asignó una parcela de tierra y se le concedieron también, quizás, derechos de pasto en las tierras comunales. Pero, andando el tiempo, los más adinerados iban "comprando" las parcelas de los agricultores más pobres (Is 5,8). Y los humildes tenían que luchar constantemente por conservar sus propiedades. Investigadores israelíes han descubierto evidencias en el Valle del Jordán que demuestran que el ser humano comenzó a cultivar árboles y plantas hace 11.400 años.

 

En la Primera Edad del Hierro, existían en Palestina una cultura agro-urbana en las llanuras, otra agro-
pastoril en las mesetas y otra, plenamente pastoril, en los desiertos del interior. Lo que muestra una especialización, obligada por las condiciones del medio, de las técnicas agrarias sumerio-asirias del Bronce.

 

Los cultivos se establecían en el valle medio del río Jordán y en la llanura de Jezrael, surcada por el río Quishon, y en pequeñas navas situadas en el fondo de los intermitentes arroyos de montaña, en los que se construían pequeñas represas de tierra para retener el agua y la tierra en las fuertes y ocasionales
riadas.

La ganadería, de ovejas y cabras, se extendía en régimen de trashumancia por la mayor parte del país: se aprovechaban los pastos de verano de los montes del centro del país y los de invierno de las zonas bajas (trashumancia vertical); así como los pastos de invierno de las estepas semiáridas transjordanas del este, y del Negev en el sur, y las rastrojeras de verano de los valles (trashumancia horizontal).

El pueblo israelita era, pues, un pueblo ganadero y agricultor, integrado en una economía agropastoril.

 

 Un labrador israelita típico no vivía en su finca, sino en una aldea o ciudad cercana, que solía encontrarse cerca de una ciudad fortificada. Era importante tener cerca abastecimiento de agua y contar con protección. El agricultor no poseía más tierras que las que él y su familia podían cultivar por sí mismos, quizás con ayuda de unos cuantos criados o jornaleros. Todos trabajaban en las faenas del campo. El labrador tenía labranza y recogía también uvas y aceitunas. Tenía también quizás unas cuantas ovejas y cabras, al cuidado de alguno de sus hijos o de un pastor a sueldo. O bien el labrador podía decidir especializarse en algunos cultivos.

 

La agricultura era el recurso y la actividad principal en Palestina. En Galilea se daba el trigo, y en Judea los cereales, las frutas y los vinos. El sistema era latifundista: había grandes terratenientes y comerciantes. La tierra la trabajaban los jornaleros asalariados.

Su agricultura es muy parecida a la del secano español: en las llanuras, cereales; y en la sierra, vid, olivo e higuera.

 

 Los agricultores tenían tres problemas principales: la sequía, los fuertes vientos del este (el "siroco") que barrían el suelo seco, las plagas de langosta.
Las numerosas referencias al cultivo del grano en la ley de Moisés indica que se esperaba que los israelitas vinieran a ser un pueblo agricultor después de la entrada a la tierra de Canaán, y que el cultivo del grano viniese a ser una de las principales industrias. Es un hecho notable que los métodos que usaban para cultivar y cosechar el grano son virtualmente los mismos que han usado los agricultores árabes en Palestina por siglos y hasta la actualidad.

Los principales cultivos eran grano, uvas (para la obtención de vino) y aceitunas (para la obtención de aceite). Estos tres últimos cultivos se mencionan juntos en innumerables pasajes de la biblia (por ejemplo, Dt 7,13; Neh 5,11; Os 2,8). Pero se cultivaban, muchos cultivos.

Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #144 en: 18 de Septiembre de 2017, 08:24:23 »
2.7.1.1.- Herramientas Agrícolas

Una herramienta agrícola, también denominada apero de labranza o apero agrícola, es un utensilio o instrumento usado en la agricultura con una o ambas manos. Es necesaria para llevar a cabo tareas como desbrozar, labrar, cavar, preparar y acondicionar la tierra; mover, cargar y transportar materiales; sembrar y plantar, regar, abonar, limpiar y mantener; podar, segar, cosechar y recolectar; trillar, cribar, seleccionar, desecar y moler, entre otras.

 

Las herramientas eran simples instrumentos hechos de madera, piedra, asta o hueso. Aparecen hachas, azadas y otras herramientas para el trabajo de la tierra, el corte de la mies y la limpieza de zonas arbustivas para la siembra. Los primeros arados aparecieron hace unos 3.500 años y son una evolución de la azada a la que se añade un tiro, humano y posteriormente animal, para facilitar el volteo profundo de la tierra.

 
Belén de Sumete

La permanencia hasta la actualidad de muchas de aquellas herramientas en sus estructuras fundamentales es un hecho sorprendente. La mayoría de las herramientas; con la evidente incorporación de piezas metálicas, que se iniciaría débilmente en la Edad del Cobre, ya que este metal no mejora la resistencia del sílex, siguió con la Edad del Bronce y se extiende y generaliza en la Edad del Hierro —el hierro aporta la necesaria dureza a los instrumentos agrícolas lo que les hace muy eficaces—; perviven en su integridad y extensión de uso hasta la Revolución Industrial y la aparición de maquinaria agrícola. Aún hoy, siguen siendo necesarias en tareas secundarias en el medio agrícola industrializado y fundamentales en muchas otras regiones, sobre todo de países pobres y poco industrializados.

2.7.1.1.1.- Azada

La azada es una herramienta utilizada generalmente en agricultura, aunque también se usa para otras tareas. Está formada por una lámina con el borde frontal cortante relativamente afilado por un lado y un mango para sujetarla. Se utiliza básicamente para cavar y remover tierras.

 

Las primeras azadas eran de piedra con mango de madera. Como las actuales, incidirían de forma oblicua en la tierra, mediante el impulso humano, para abrir hoyos o surcos.

 

 Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #145 en: 18 de Septiembre de 2017, 08:33:42 »
2.7.1.1.2.- Hoz
Apero de labranza que sirve para segar; está compuesto de una hoja estrecha y curva, con filo o con dientes muy agudos y cortantes por la parte cóncava, unida a un mango corto de madera y se maneja con una sola mano. Tiene como principal uso el corte de tallos de gramíneas, sobre todo de cereales.

 

 

Es una herramienta que comenzó a usarse durante el Neolítico, cuando era fabricada en piedra o hueso, el uso de hoces y guadañas estaba muy extendido en toda la población agrícola, por lo que frecuentemente era empleada también como arma de defensa o de ataque

 

2.7.1.1.3.- Guadaña
La guadaña, dalle o dalla es una herramienta agrícola compuesta de una cuchilla curva insertada en un palo, usada para segar hierba, forraje para el ganado o cereales.

 

La necesidad cada vez mayor de aprovechar las pajas modifica las formas de las hoces generalmente empleadas, y las guadañas con un mango de mucha más longitud las sustituyen en el aprovechamíento de rastrojos y en la siega de forrajes. La inmensa comodidad que proporciona al obrero y por consiguiente el mayor trabajo de ésta, generaliza bien pronto estos útiles, que se han ido modificando notablemente; desde la guadaña representada en la figura 4 pasa á la que indica la figura 10, que ya presenta la ventaja de que puede por la forma de su mango manejarse con ambas manos

 

 Regresar al índice


Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #146 en: 18 de Septiembre de 2017, 08:43:46 »
2.7.1.1.4.- Arado
El arado es una herramienta de labranza utilizada en la agricultura para abrir surcos y remover el suelo antes de sembrar las semillas. Se puede considerar como la evolución del pico y de la azada. En un principio el arado era tirado por personas, luego por bueyes o mulas. Arar aumenta la porosidad, lo que favorece el crecimiento de las plantas, aunque al remover el suelo se pierde agua por evaporación y algo de suelo por erosión, y las eventuales lluvias lavan los nutrientes y abonos que puedan haberse aplicado al suelo, generando pérdidas.

 

En cada país uncen los animales al arado de distinto modo: siguiendo la costumbre, sin considerar si es buena o es mala. En algunos ponen los caballos o mulos unos detrás de otros; en otros de dos en dos y cuando no hay más que tres animales de tiro, los colocan o uno detrás de otro o dos de frente, y el tercero de guía delante de los otros dos que están en el yugo.

 

 

Lo más común es uncir los bueyes de dos en dos, porque los hacen tirar con la cabeza y entonces el timón reposa sobre el yugo, que está atado a sus cuernos. En algunos parajes los colocan uno detrás de otro y entonces, siendo inútil el yugo, ponen una collera en el pescuezo del animal y atan a ella los tirantes del pértigo o del balancín. Aunque los hagan tirar dos a dos, no por esto los ponen siempre bajo el yugo. En Italia los hacían comúnmente tirar como a los caballos: esto es, poniéndoles al pescuezo una collera, para atar a ella los tirantes.

 
Versión Playmobil de Sumete

 
Versión Playmobil de Sumete

 Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #147 en: 18 de Septiembre de 2017, 08:55:00 »
2.7.1.1.5.- Horca
Una horca, horquillo, horquilla u horqueta (del latín furca) o pala de ganchos es una herramienta o apero de trabajo. Está formada por un mango largo, usualmente de madera, que acaba en dos o más puntas llamadas “gajos” o "dientes"; estos pueden ser del mismo material o formar una pieza distinta, de madera o metal, encajada en el asta. Con ella se levantan y mueven materiales sueltos, como paja, mieses u hojarasca.

 

2.7.1.1.6.- Trillo
Un trillo es una apero o antigua herramienta agrícola que se destinaba a separar el trigo de la paja, es decir, a trillar. Es un tablero grueso, hecho con varias tablas, de forma rectangular o trapecial, con la parte frontal algo más estrecha y curvada hacia arriba (como un trineo) y cuyo vientre está guarnecido de esquirlas cortantes de piedra (lascas), o de sierras metálicas (cuchillas).



El trillo era arrastrado, tradicionalmente, por dos mulas o por dos bueyes sobre la parva, es decir, sobre las mieses repartidas en la era. Al moverse en círculos sobre la cosecha extendida, las lascas, o las cuchillas, cortaban la paja y la espiga (que quedaba entre el trillo y el empedrado de cantos rodados del suelo de la era), separando la semilla sin dañarla. Posteriormente se amontonaba la parva trillada y se disponía para ser limpiada por medio de algún sistema de ventilado


Mi versión Playmobil



2.7.1.1.7.- Mayal
El mayal, manal o malle es un instrumento tradicional agrícola utilizado para la trilla de cereales. Está compuesto por dos bastones unidos por correajes o cadenas; generalmente, el bastón más largo y delgado sirve de mango, y el más corto y grueso se usa como maza para golpear la parva (montón de cereales recién segados) o las legumbres.


Regresar al índice

Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #148 en: 19 de Septiembre de 2017, 07:50:30 »
  2.7.1.2.- Los cultivos
Investigadores israelíes han descubierto evidencias en el Valle del Jordán que demuestran que el ser humano comenzó a cultivar árboles y plantas hace 11.400 años.

Los cultivos principales eran: el trigo, la cebada, los higos, el olivo y la viña. Otros cultivos importantes eran las legumbres (lentejas y los garbanzos), la zahina, la lechuga, la achicoria, los berros, las manzanas, los dátiles, las nueces...

 

2.7.1.2.1.- Los cereales
“Trigo y cebada” Ambos cereales se siembran en otoño, pero la cebada se recoge un mes antes que el trigo. Durante la fiesta de las Tortas no Fermentadas, en marzo o abril, se ofrecía en el templo de Jehová una gavilla de las primicias de la cosecha de cebada. Por otra parte, los panes de trigo se ofrecían en mayo, durante la fiesta de las Semanas, también llamada Pentecostés (Levítico 23:10, 11, 15-17).

 

Trigo
Trigo (Triticum spp) es el término que designa al conjunto de cereales, tanto cultivados como silvestres, que pertenecen al género Triticum; son plantas anuales de la familia de las gramíneas, ampliamente cultivadas en todo el mundo. La palabra trigo designa tanto a la planta como a sus semillas comestibles, tal y como ocurre con los nombres de otros cereales.
El trigo (de color amarillo) es uno de los tres granos más ampliamente producidos globalmente, junto al maíz y el arroz, y el más ampliamente consumido por el hombre en la civilización occidental desde la antigüedad. El grano del trigo es utilizado para hacer harina, harina integral, sémola, cerveza (véase también: Historia de la cerveza) y una gran variedad de productos alimenticios.

 

Cebada
Hordeum vulgare, la cebada, es una planta monocotiledónea anual perteneciente a la familia de las poáceas (gramíneas); a su vez, es un cereal de gran importancia tanto para animales como para humanos y actualmente el quinto cereal más cultivado en el mundo (53 millones de hectáreas o 132 millones de acres).

 

La cebada es un cereal de los conocidos como cereal de invierno, se cosecha en primavera (mayo o junio, en el hemisferio norte) y generalmente su distribución es similar a la del trigo. Se distinguen dos tipos de cebadas: la cebada de dos carreras o tremesina, y la cebada de 6 carreras o castellana. La tremesina es la que mejor actitud cervecera presenta. La cebada crece bien en suelos drenados, que no necesitan ser tan fértiles como los dedicados al trigo.

 Regresar al índice


Desconectado jesus_valencia

  • Moderador
  • Estudios de Doctorado completados
  • **
  • Mensajes: 16054
Re:Documentación para el Belén
« Respuesta #149 en: 19 de Septiembre de 2017, 08:11:44 »
  2.7.1.2.2.- Las Legumbres
Era común el consumo de lentejas y garbanzos, los que se usaban frescos o secados al sol para tener una provisión durante todo el año

 

Lentejas
La lenteja (Lens culinaris) , es una planta anual herbácea de la familia de las Papilionáceas, con tallos de 30 a 40 cm, endebles, ramosos y estriados, hojas oblongas, estípulas lanceoladas, zarcillos poco arrollados, flores blancas con venas moradas, sobre un pedúnculo axilar, y fruto en vaina pequeña, con dos o tres semillas pardas en forma de disco de medio centímetro de diámetro aproximadamente.


Garbanzos
El garbanzo (Cicer arietinum) es una especie de leguminosa, muy extendida en la India y en el ámbito mediterráneo. Se trata de una planta herbácea, de aproximadamente 50 cm de altura, con flores blancas o violetas que desarrollan una vaina en cuyo interior se encontrarán 2 ó 3 semillas como máximo. Su periodicidad es anual. El garbanzo es una legumbre con importantes cualidades culinarias y nutritivas.

 

Haba
La Vicia faba o haba es una planta trepadora herbácea, anual, de tallos semierectos que se enredan. Se cultivan en todo el globo por sus semillas,.El haba tiene porte recto y erguido, con tallos fuertes y angulosos de hasta 1,6 metros de altura. Muestra hojas alternas, paripinnadas y compuestas, con foliolos anchos de forma oval-redondeada, color verde oscuro, sin zarcillos; el foliolo terminal no existe o se convierte en un zarcillo rudimentario.
El fruto es una legumbre, posee una vaina alargada de longitud variable entre 10 y 30 cm y consistencia carnosa, tienen un tabique esponjoso con una especie de pelo afelpado o falso tabique entre las semillas siendo éstas más o menos aplastadas. Dentro de esta vaina se ubican las semillas puestas en fila. La vaina, de color verde en estado inmaduro, se oscurece y se vuelve pubescente al secarse. Los granos en el interior de la misma varían entre 2 y 9.

Las semillas son oblongas, de tamaño más o menos grande, dependiendo también de la variedad, y de color verde amarillento que luego, al sobremadurar, se vuelve bronceado. También hay variedades de grano negruzco y morado.

 

2.7.1.2.3.- Zahína
El sorgo o zahína (Sorghum bicolor) es una hierba perteneciente a la familia de las gramíneas (Poaceae), cuyas semillas se utilizan para hacer harina y como forraje. Es un cultivo alimenticio importante en África.
El sorgo tiene una altura de 1 a 2 metros. Tiene inflorescencias en panojas y semillas de 3 mm, esféricas y oblongas, de color negro, rojizo y amarillento. Tiene un sistema radicular que puede llegar en terrenos permeables a 2 m de profundidad. Las flores tienen estambres y pistilos, pero se han encontrado en Sudán sorgos dioicos.
El sorgo se utiliza para producir grano que sirve para la alimentación del ganado, y también para el forraje y la manufactura de escobas.

 

 Regresar al índice