En la vanguardia de la marcha hacia el Oeste.
La gran originalidad del ejército profesional americano fue que, durante la mayor parte del siglo XIX, desconoció parcialmente la vida de cuartel y casi totalmente la vida de guarnición. Su ocupación principal no se basaba en prepararse para eventuales conflictos, sino en constituir la vanguardia de penetración hacia el Oeste. Incumbía al ejército la tarea de explorar los nuevos territorios, de trazar los itinerarios y de levantar los primeros mapas. /.../
Lo más frecuente consistía en transformar los senderos de los indios en pistas que los pioneros recorrerán con sus pesados carromatos: era preciso construir puentes provisionales y consolidad caminos, especialmente en el paso de regiones pantanosas. También esto era la obra de columnas militares.
Subsistía la inseguridad y los soldados debían proteger, contra los indios o contra los bandidos, los convoyes de emigrantes o de avituallamiento. /.../
A pesar del fastidio de la uniformidad, era preciso vivir en estado de alerta constante: los ataques a los convoyes no eran raros, aunque mucho menos frecuentes todavía que los robos de ganado. Para hacer frente a tareas tan diversas, las tropas residían, en pequeños destacamentos, en los fuertes que construían a menudo ellos mismos en puntos todavía inhabitados del Oeste, y que dominaban las grandes rutas de paso o los valles. frecuentemente construidos de madera al principìo, estos fuertes no recordaban las científicas construcciones de Vauban; su nombre procedía más bien del aislamiento y del papel que desempeñaban, apartados de las aglomeraciones.. /.../
En la medida de lo posible el fuerte estaba emplazado sobre una meseta que dominara un río, y bajo la ribera escarpada, cerca del agua, se establecían las cuadras, los talleres y los edificios de los soldados casados. En regiones donde el peligro indio era inmediato, el fuete estaba casi siempre total o parcialmente rodeado de una empalizada de madera. En el norte, as construcciones eran de leña corta; en el sur, de ladrillos secados al sol.
Ocupaban un fuerte, por término medio, dos compañías y cada una no excedía de cien hombres. /.../
Ciertamente, los indios, y especialmente los sioux, habían reanudado, a favor de la guerra civil, la ofensiva, y lograron hacer retroceder la "frontera".Por ello, cuando terminó aquella gran guerra, y durante una decena de años, las luchas indias vuelven a desarrollarse a una escala mayor que nunca. Pero su conclusión se aproximaba. Lo que quedaba de los indios se verá poco a poco confinado en reservas pequeñas y fáciles de vigilar. /.../
En 1890, desaparecería oficialmente la "frontera". A finales de siglo, sólo quedaban ocupados cuarenta de los noventa y tres fuertes. Las unidades militares, hasta entonces dispersas, se reagruparon en regimientos en las proximidades de las grandes ciudades. De este modo, fue desapareciendo paulatinamente la originalidad del ejército norteamericano.
Varios autores. Historia Universal de los Ejércitos. Vol 3 1700-1914, de Pedro I a Moltke. Editorial Hispano Europea, Barcelona 1967.
Continuará