Yo recibí mi primer Playmobil a los 17 años, ya se pueden ustedes imaginar mi desconexión del mundo del juego puro y duro y de las modas de juguetes de los niños de aquel tiempo y sucesivos años.
Jamás había reparado en la existencia de Lego, que me pasó totalmente inadvertido hasta 2008 en que me fijé en ellos por primera vez en los mercadillos del juguete. Ustedes no puede imaginarse la impresión que me causan, entre el horror y el asco, lo lamento pero soy sincero.
No les encuentro ni un ápice de atractivo como no se lo encuentran a Barbie las que se criaron con Nancy y como no se lo encuentran a Nancy las coetáneas de Mariquita Pérez.
Yo no lo veo con los ojos del niño que los tuvo en su infancia, ni los veo con el afecto de los mejores años vividos, para mí son algo recién conocido y me causan aversión, las construcciones podrían tener un pase siendo optimistas (claro que uno que jugó con mecanos, Exin Castillos, y Tente de antes de que se pudieran hacer con ellos barcos y otro tipo de naves, pues ya se imaginarán que los edificios me resultan escasamente atractivos), pero las figuras se me antojan lo peor de lo peor, lamentables.
Sé que tienen millones de seguidores, que sus precios dan vértigo y que son un juguete de culto, pero para mi no, lo siento.
Atte.s.s.s.
PD/Lo cual no quita de que me alegre mucho que don Diablovulcán los tenga.