Como podéis ver, esa estantería tiene ya algo mágico, con ese cajón a modo de secreter, esas estrellas en la lona azul que hace las veces de cubierta... Y es que podría ser también una torre medieval, con su bandera y todo en la cúspide.
Las fotos no reflejan seguramente su edad, que alcanza ya el cuarto de siglo. Digamos que podría ser una estantería dirigida a un público infantil, pero, el día que la vi, me cautivó y no pude resistirme a comprarla. Durante varias décadas, alojó mi colección de CDs preferidos. ¡Qué mejor lugar para tenerlos expuestos! Hace unos pocos años, aquellos cederían su lugar a unos diminutos habitantes, también muy especiales para mí, pues, aunque no suelo tener casi nada de mi colección abierto, sí que hay algunas figuras que voy comprando que, por su especial belleza o significado, quería que tuvieran su propio espacio. Y este no podía ser otro que esta preciada estantería.