Como no quiero dejarme nada, empiezo por el invernadero y los edificios aledaños.
El invernadero me parece sencillamente genial. Arquitectónicamente es una maravilla y, estéticamente, precioso. Era muy complicado resolver todos los retos que te planteaba un edificio así. Y supiste como hacerlo y, además, añadirle una serie de detalles que lo hacían aún más bello: la espectacular cúpula, el reloj solar, los maceteros rodeando la primera estructura, las distintas estatuas, las farolas victorianas de la entrada, etc. En fin, una delicia de construcción, que, a su vez, forma parte de un diorama también delicioso, con un ambiente victoriano perfectamente logrado y cientos de detalles muy cuidados.
Los edificios anexos son también preciosos y encajan perfectamente en todo el conjunto. Al laboratorio, la sala de exposiciones y la sala de máquinas tampoco les falta un detalle y están decorados con sumo gusto y acierto.
¡Os felicito a los tres por este montaje tan soberbio!