Cuente usted con esas diez capas desde ya, por privado me pasa usted su datos de envío si es tan amable, aunque le he hecho algún otro envío no las conservo, borré los mensajes que las contenían.
En cuanto a qué quiero o cuánto quiero ya sabe usted lo que dicen por ahí, para mí hace mucho que esto dejó de ser un juego y es simple y puro negocio, por lo que le recomiendo encarecidamente que se eche a temblar por lo que le pediré a cambio lo sumirá en la indigencia al menos durante cien años, posiblemente sus descendientes sigan pagando la deuda por varias generaciones.
Tenga usted presente que yo jamás olvido nada y para que la posteridad pueda seguir cobrando lo dejo todo bien apuntado en una barra de hielo.
Atte.s.s.s.