Durante varias décadas, los yogures Yoplait compartieron en España anaqueles y neveras con los Danone de “toda la vida”. Estos llevaban ya muchos años comercializándose en nuestro país cuando la multinacional francesa decide entrar en el mercado español, allá por 1970.
Los comienzos de Yoplait debemos buscarlos en 1964, cuando más de cien mil agricultores franceses, agrupados en seis grandes cooperativas lácteas regionales, deciden unirse para vender directamente sus productos a nivel nacional. Es el nacimiento de SODIMA (Société de Diffusion de Marques). Al año siguiente, las cooperativas abandonarán sus propias marcas y crearán una nueva, Yoplait (acrónimo formado por las marcas de dos de estas cooperativas, Yola y Coplait). La flor de seis pétalos elegida como imagen de la marca simboliza la unión de estas seis cooperativas.
SODIMA recurrirá al sistema de franquicia para la expansión de los productos Yoplait fuera de Francia, dado que su estructura cooperativista no le permitía acceder al capital necesario para financiar directamente dicha expansión. Su estrategia consistirá en llegar a acuerdos con centrales lecheras regionales de tamaño medio-grande para que estas produzcan y comercialicen por sus propios medios los productos Yoplait. A cambio, las concesionarias deberían abonar a SODIMA un porcentaje del beneficio neto.
El primer contacto con una central lechera española tiene lugar en 1970. En octubre, SODIMA firma su primer contrato en España con LAGISA (Central Lechera de Gijón). El acuerdo se romperá dos años después y SODIMA firmará entonces con CLAS (Central Lechera Asturiana), la cual se encargará de la producción y comercialización de los productos lácteos Yoplait en todo el noroeste peninsular. Para el resto de la península, SODIMA firmará acuerdos con otras cinco centrales lecheras regionales: ELISA (Especialidades Lácteas Internacionales S.A.), para la zona de Levante; INLENA (Industrial Lechera Navarra), para la zona Norte; INVISA (Industrias Vila S.A.), para la zona de Cataluña; Industrias Lácteas Madrileñas, para la zona Centro; y la Central Lechera de Sevilla, para la zona Sur. En 1981, el Centro Lácteo Balcells S.A. (CELBASA) sustituirá a Industrias Vila como concesionaria de Yoplait para la zona de Cataluña. Cada una de estas seis empresas había creado una división específica para el negocio de Yoplait (Central Lechera Asturiana, Yoclas; Central Lechera de Sevilla, Yogan; etc).
Las seis franquiciadas de Yoplait en España se agrupaban en una sociedad común de servicios, SODIAL. Esta se encargaba principalmente de la publicidad de los productos y del abastecimiento de todo aquello que no era la materia prima.
Con la llegada del Mercado Único Europeo, SODIAAL (la denominación de SODIMA desde 1989) cambiará de estrategia respecto a su negocio internacional y decidirá explotarlo directamente. Recuperará mediante compra algunas de las franquicias españolas, mientras que otras optarán por rescindir el contrato. La elaboración y distribución de los productos Yoplait en España a partir de ahora estará a cargo de SODIBER, la filial de SODIAAL en España creada a tal efecto. Sin embargo, Central Lechera Asturiana y Yogan (Yogures Andaluces S.A.) decidirán mantener sus contratos con SODIMA.
En 1997, tras varios años de tensa relación con las concesionarias “rebeldes”, SODIAAL pondrá fin de manera unilateral a su relación comercial con CLAS y Yogan, a pesar de que por contrato solo podían hacerlo las franquiciadas. Después de varios litigios entre ambas empresas y la multinacional francesa, la Justicia dará finalmente la razón a SODIAAL. Pero para entonces, CLAS ya se había adelantado a los movimientos de la multinacional francesa con una doble jugada maestra. En mayo de 1998, había adquirido Yogan (la zona Sur representaba para SODIAAL casi el 50% del negocio en España) e iba a aprovechar su red de distribución para introducir sus propios productos en Andalucía y Badajoz (podéis ver más abajo el anuncio publicado en prensa celebrando el nuevo acuerdo).
Yoplait cesará su actividad en España en noviembre de 2001, con el cierre de la planta de Alcobendas, poniendo así fin a más de treinta de años de presencia en España.