Tras la Segunda Guerra Mundial, operaban en Grecia tres pequeñas aerolíneas. En 1951, el Gobierno griego decide fusionarlas con la esperanza de que superen la mala situación financiera por la que atravesaban todas ellas. El intento fue en vano, y cuatro años después, el Estado se vería obligado a nacionalizarla ante la falta de compradores privados. Sin embargo, al año siguiente sí que consigue llegar a un acuerdo con uno de ellos para la venta de la aerolínea: el armador griego Aristóteles Onassis. El 6 de abril de 1957 nacerá Olympic Airways, el nuevo nombre comercial de la compañía.
En 1972, los aviones de Olympic Airways ya llegaban a los cinco continentes (este logro permanecería durante años como lema de la compañía: ‘la aerolínea de los cinco continentes’). Pero la muerte del hijo de Alexander Onassis en un accidente aéreo al año siguiente, llevaría a su padre a querer apartarse de ese mundo, deshaciéndose de todas las acciones de la aerolínea griega, que pasaría a control estatal nuevamente. Tras varias décadas sumando pérdidas por una mala gestión y demasiadas irregularidades, en 2003, el Gobierno griego decidió reestructurar el grupo de empresas que por entonces formaban Olympic Airways, traspasando todas sus operaciones de vuelo a una de sus filiales, Macedonian Airlines, que ahora pasaría a llamarse Olympic Airlines. Se buscó nuevamente la privatización de la aerolínea de referencia griega, pero no se encontró ningún comprador. Finalmente, en 2009, y después de varias maniobras financieras poco exitosas, se alcanzaría un acuerdo con uno de los principales grupos inversores griegos, Marfin Investment Group, para la venta de Olympic Airlines, cambiando otra vez de denominación. En 2013, Olympic Air volvería a cambiar de manos, haciéndose ahora cargo de ella Aegean Airlines, la aerolínea griega más importante del momento, que acabaría convirtiéndola en una de sus filiales.