MAYO. 1968.Un dicho del siglo XIX afirmaba que “cuando París estornuda, toda Europa se resfría.” En 1968 se volvió a probar. Hace 50 años, las movilizaciones estudiantiles y obreras de Francia cuestionando el orden establecido, contagiaron a todo el continente.En un contexto de descolonización, nuevos modelos sociales en China y Latinoamérica, y enfrentamiento a la lógica belicista, algo pasó en el 68 que hizo que la gente saliera a las calles pidiendo participación, justicia laboral, derechos civiles, igualdad y paz. Desde París a Praga, de Latinoamérica a EEUU, distintos sectores de la sociedad civil se movilizaron de forma más o menos espontánea para evidenciar que los tiempos estaban cambiando.
Muchas de sus reivindicaciones fueron tomadas por ridículas o escandalosas, pero sembraron semillas de algunos de los derechos que hoy sentimos como evidentes: igualdad racial, participación estudiantil en la vida universitaria, el mismo salario por trabajos de igual dificultad, el fin de las guerras… En su mayoría eran peticiones poco evidentes, pero llenas de vitalismo y utopía que anunciaban una toma de conciencia del malestar social y la posibilidad de que se podía funcionar de otra manera.
Sí, es cierto, a veces, mirando a nuestro alrededor, vemos que el absurdo continúa y pensamos que “queda lejos aquel mayo, queda lejos San Denis… muy lejos aquel París… que al final todo dio igual...”. Se discute si fue o no una revolución, porque ninguno de esos movimientos tuvo un éxito inmediato y algunas estructuras contra las que fueron aquellas reivindicaciones aun se mantienen. Sin embargo, su impacto social y político es indiscutible, porque hoy son pocos los que creen que una guerra es justa, que es normal que una mujer gane menos por ser mujer, que las distintas razas merezcan derechos distintos, pocos creen que las diferentes formas de amar sean delito, o que la sociedad civil no merezca tener voz. Esos son los frutos del 68, “la expansión del campo de lo posible”, como dijo Sartre.
Por eso, 50 años después, hacemos un homenaje a aquellas movilizaciones recordando cinco de ellas: las revueltas estudiantiles en París y México, la huelga de las costureras de Ford en Dagenham, los hippies y las marchas por los derechos civiles en EEUU.
Ficha del diorama