Bueno, después de ver la última tanda de fotos, huelga preguntarte qué ibas a hacer para solucionar el haberte quedado corto en tus cálculos. Está claro que en ese pueblo se te quiere y están deseando ayudarte en lo que se pueda. Ahora el resultado es el deseado.
y seguro que sin decirles nada. eso es el espíritu de los pueblos pequeños.
La peña de amigos del pueblo no tiene precio. Siempre están dispuestos a ayudar y como dice Nessa, no tienes que pedirlo, sale de ellos. En este caso fue así, vieron como había quedado la labor profesional y no dudaron en acudir a mejorar lo hecho.
Y entre mis amigos hay expertos en todo. Desde albañiles a electricistas, fontaneros o carpinteros. Muchos no son profesionales, pero han adquirido con el tiempo habilidades que ya quisieran para si los Pepes Gotera y Otilios que se las dan de genios de la construcción. También por necesidad. En la España despoblada y remota conseguir un fontanero o un electricista es un milagro. Pero siempre hay algún amigo o vecino que te ayuda a resolver una urgencia.
Cuando alguno tiene un proyecto en su casa, los demás echan siempre una mano. Cuando acabamos lo mío, ayudamos a otro a montar una repisa para su barbacoa y luego tocó echar una mano a otro para echar un suelo de piedra a la puerta de su casa. Y los favores se pagan con buenas comidas y copas.
entonces no erais muchos. si solo fue un cabrito.
De nombre Cabrito, de capa negro zahíno, de peso 540 kilos, de la muy acreditada ganadería de Victorino Martín... que hay que contárselo todo nos Nessa
540 kilos no pesaba y tampoco era zahíno. Cinco kilos y medio de animalillo lechal que nos zampamos entre ocho, damas inclusive. Los cuatro que hicimos la obra y las respectivas parejas.
A ver, no sé si será una impresión equivocada, pero en esos vídeos parece que la Bachmann va más lenta que la Steaming Mary.
Creo que en gran parte es un efecto óptico. El circuito de la Bachmannn era apreciablemente mayor que el de la Steaming Mary. Pero si puede ser que la locomotora de Playmobil fuera algo más rápida. También es bastante más ligera y arrastra menos carga.
Menudo cambio, más área para jugar, ya tengo ganas de ver la conexión con el circuito antiguo.
Ese fue el siguiente paso. Conectar lo nuevo con lo viejo. Al echar la plancha de hormigón reventamos una parte de la rampa que caía desde la boca del tunel. Era recta y hubiese invadido el espacio del hormigón. Había que darle una nueva orientación y curvarla hacia el interior. En eso nos pusimos seguidamente.