Ante la expectación despertada por mi circuito ferroviario, muy modesto teniendo en cuenta las maravillas que hacen otros adictos a los trenes de exterior, vamos a mostrar las obras realizadas este verano para rematar el túnel comenzado de manera incipiente el pasado año y la rampa de bajada que aprovecha el recorrido cubierto.
Las obras se retrason involuntariamente por la presencia hasta este verano en mi corral de dos viejos carros de mulas que llevaban aparcados bajo techo mas de medio siglo. Los hemos donado a un museo etnográfico que se encuentra en proyecto y hasta que los recogieron no pudimos ponernos manos a la obra. Había que sacarlos impepinablemente por el lugar donde posteriormente levantamos el tunel y la rampa. Una vez "eliminados" ganamos mucho espacio e iniciamos inmediatamente las labores de excavación.
Este verano nos adopataron además una gata y sus dos gatitos. Se han apuntado a muchas fotos, como la tercera de esta serie.